Por Carlos Pagni/La Nación.-
Tres misterios rodean el allanamiento de la financiera Propyme, que Norberto Oyarbide dispuso y luego canceló por una llamada de Carlos Liuzzi, alter ego de Carlos Zannini : primero: ¿por qué el juez había dispuesto la medida? Es decir: ¿qué se privó de conocer o de incautar al suspenderla?
Segundo: ¿por qué los policías que habrían pedido coimas prometían, a cambio, cancelar el allanamiento, algo que sólo puede decidir el juez?
Tercero: ¿qué relación tiene Liuzzi con el dueño de la financiera, Guillermo Greppi? Según Greppi, son amigos desde hace 30 años.
Es curioso que, a pesar de esa amistad, la hermana de Liuzzi, María Luján, que también trabaja con Zannini, haya denunciado en 2010 a Propyme por falsificar documentos. Liuzzi, que ahora pudo frenar al juez, hace cuatro años no pudo frenar a su hermana. La causa llevó el número 4915. ¿A qué juez le tocó? A Oyarbide.
Se entiende que Carlos Zannini se quiebre en sollozos cuando habla. Demasiadas tensiones. Y ni siquiera la posibilidad de tomarse un mes en Miami. Como Liuzzi.
