Por Martín Dinatale/La Nación.-
Timerman frena en Ezeiza un avión norteamericano con material para instruir a la policía en la lucha antidrogas. Adujo que querían introducir material no declarado. Los ecos de esa acción se mantienen. Tres años después de que el canciller Héctor Timerman retuviera en Ezeiza un avión militar norteamericano que llegaba para instruir a policías federales en la lucha contra las drogas, la Argentina retomó los contactos de colaboración estratégica con Estados Unidos.
Pero lo hace de manera indirecta: ahora son los gobernadores -en algunos casos con la venia de la Casa Rosada- los que sellan acuerdos con Washington para enfrentar el narcotráfico, un flagelo creciente en sus distritos. La figura de Timerman decomisando, alicate en mano, "material sensible" del avión C-17 Globemaster III, en febrero de 2011, quedó en el olvido, y las oficinas antinarcóticos de Estados Unidos volvieron a colaborar con el país en cursos de capacitación, intercambio de información reservada o tareas de rastrillaje en áreas calientes del narcotráfico.
En los últimos meses, por lo menos cinco gobernadores firmaron convenios de colaboración para recibir apoyo de oficinas como la DEA, el FBI y otras dependencias del Departamento de Estado.
Según dijeron fuentes diplomáticas y funcionarios provinciales, hasta ahora el acercamiento con Washington lo hicieron Buenos Aires, Chubut, Salta, Mendoza y Santa Fe. Por este tema también tiene aceitados contactos con Estados Unidos el secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Kevin Sullivan, encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, confirmó a LA NACION la participación de su país en tareas de asesoramiento. "Para nosotros es importante seguir colaborando con el gobierno nacional y con las autoridades provinciales, para ver qué estrategias se pueden aplicar para enfrentar el narcotráfico".
A la vez, el actual número uno de la embajada norteamericana, ya que Washington no envió aún al nuevo embajador, añadió: "Mantenemos una comunicación abierta tanto con el gobierno nacional como con las autoridades provinciales".
Sullivan destacó también que Estados Unidos "está dispuesto a ampliar estos canales de cooperación [en materia de lucha contra el narcotráfico] si los representantes argentinos así lo requieren".
Es decir que Washington aceptaría ampliar la lista de gobernadores que requieran colaboración y ayuda de Estados Unidos para combatir el narcotráfico.
Mal que le pese a Timerman, desde la Casa Rosada ratificaron el creciente nivel de cooperación que hay con Estados Unidos para combatir el narcotráfico en la Argentina.
"El episodio del avión militar norteamericano y Timerman ahora quedó suscripto al canciller. En adelante vamos a modificar esta línea", se sinceró ante LA NACION un destacado ministro que maneja temas relacionados con el combate contra las drogas.
Este hecho se traduce por diversas vías: el intercambio de información sensible, los cursos de apoyo y entrenamiento a fuerzas de seguridad en Estados Unidos y en algunos casos el aporte de equipamiento necesario para enfrentar bandas traficantes de drogas.
La ley 26.052 les permite a las provincias lograr un mayor accionar en la lucha contra el narcotráfico. Hasta ahora son ocho las provincias que adhirieron a esta norma por diferentes motivos (ver aparte). La mayor parte de los distritos que lograron ampliar las facultades de acción de sus tribunales y policías en el combate contra el narcotráfico pidieron ayuda a Estados Unidos.
LOS CASOS
Por ejemplo, el gobernador de Mendoza, Francisco Pérez, estableció un acuerdo para que cuatro funcionarios de la Dirección de Narcocriminalidad que él mismo creó reciban cursos de instrucción en Washington para la lucha contra las drogas. "Al gobernador Pérez le preocupa mucho este flagelo y está decidido a avanzar en toda la cooperación que sea necesaria", dijo a LA NACION un estrecho colaborador del mandatario mendocino.
Por otra parte, el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, y su ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, se reunieron el mes pasado en Washington con referentes del Departamento de Estado que les trasladaron un duro diagnóstico del crecimiento de la violencia y las drogas no sólo en Santa Fe, sino también en Córdoba y Entre Ríos.
Este diagnóstico forma parte del informe anual sobre el avance del narcotráfico en el mundo que ayer difundió el gobierno de Estados Unidos en su capítulo actualizado. Según fuentes calificadas de Washington, se espera un diagnóstico más duro para el capítulo argentino si se lo compara con el informe del año pasado.
Bonfatti no sólo se llevó un diagnóstico pesimista de Washington, sino también el compromiso de recibir ayuda de especialistas en la lucha contra el tráfico de drogas. De hecho, un grupo de expertos en investigación criminal de Santa Fe contra el narcotráfico recibió cursos del FBI. Pero Santa Fe no sólo recibió colaboración de Estados Unidos en esta materia. También obtuvo ayuda de Israel, Colombia y Brasil.
En su reciente viaje a Nueva York, Daniel Scioli también habría estrechado lazos con la administración norteamericana para recibir cooperación e intercambiar información sobre el narcotráfico. Así, Buenos Aires, que tiene más de 60 fiscales especializados y 100 jueces de garantías para el combate del tráfico de drogas ilícitas, recibiría apoyo directo de oficinas antinarcóticos de Estados Unidos.
El gobernador de Chubut, Martín Buzzi, acaba de realizar gestiones con Washington para poner en marcha una serie de convenios de cooperación con fuerzas especiales de lucha contra el tráfico de drogas y la policía de su provincia sería instruida en la materia.
En Salta, los trabajos de cooperación de la DEA están bastante avanzados y el gobernador Juan Manuel Urtubey está convencido de que sin la ayuda de gente especializada sería imposible combatir el narcotráfico. Desde enero pasado hasta ahora hubo más de 60 detenidos por tráfico de drogas en Salta, y esto, aseguran colaboradores de Urtubey, se debió en gran medida a la ayuda externa de Estados Unidos.
En el caso del Ministerio de Seguridad, la situación ha cambiado sustancialmente en relación con el vínculo con Estados Unidos. El ministro Arturo Puricelli y Berni están convencidos de que la colaboración con Estados Unidos es "necesaria y clave" para combatir el narcotráfico en la región. No se trata de un análisis ideológico de la problemática, sino fáctico.
Así, este sector de la Casa Rosada dejó atrás la etapa de "aislamiento" con Washington que encaró en su momento la ex ministra de Seguridad Nilda Garré. También parecen haber quedado atrás Timerman y su alicate en mano, por lo menos para la visión de varios funcionarios kirchneristas y para los gobernadores.