Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
El gobernador de Buenos Aires, apoyado en el éxito -hasta ahora- del Operativo Atlántico de seguridad en la costa, dijo que no hay marcha atrás con el aumento otorgado a la policía provincial que se cobrará a fin de mes. De este modo, se diferencia de gobernadores ultracristinistas como Sergio Urribarri y Maurice Closs, que pretenden dar marcha atrás con los aumentos por pedido de Carlos Zannini y la presidente, que intentan ganar espacio político y enfrentar la denominada “extorsión policial”.
Y en última instancia, recurrir al Ejercito. Allí el teniente general Milani se comprometió a apoyar una jugada de ese tipo, porque ya se manifestó partidario del “profesionalismo integrado”, es decir, que su fuerza apoye un proyecto nacional y popular como hizo en 1975 el teniente general Alberto Numa Laplane, que tuvo finalmente que renunciar y dejarle su cargo al general Jorge Rafael Videla.
Un mundo de prebendas
Pero en estos tiempos no hay ningún general Videla ni nada que se le parezca y el apoyo de los mandos militares a su jefatura es incondicional por los favores que día a día Milani les concede a oficiales y suboficiales. En cuanto al sector de Inteligencia, que en la jerga de los hombres de armas es denominado como “los ganchos”, se les ofrecen terrenos y créditos del plan PROCREAR, algo parecido a lo hizo en la época de Raúl Alfonsín el teniente Coronel Miguel del Pino de la mano de el “Coti” Enrique Nosiglia y Aníbal Reynaldo. Este presidente del Banco Hipotecario Nacional generó un déficit cuasi fiscal que llevó al alfonsinismo a la hiperinflación, aunque cabe señalar que Del Pino tenía mucho mejores antecedentes que Milani en la lucha antisubversiva. Se lo distinguía por sus enfrentamientos en combate y no en secuestros disfrazados de deserción como hizo el entonces teniente Milani.
Scioli, en cambio, en privado, sostiene que está completamente en desacuerdo en que el ejército vuelva a convertirse en un actor importante de la política nacional. De ahí que confirmara los aumentos a la policía provincial y respaldara las gestiones del ministro de seguridad Alejandro Granados y los barones del conurbano que lo apoyan. La noche de año nuevo le trajo una noticia importante: que el gobernador José Luis Gioja pasó esa velada con toda su familia en el Hospital Italiano y con una recuperación asombrosa, ya que mentalmente está de maravillas, uno de los problemas que temían médicos y amigos. Y tal es el estado mental óptimo en el que se encuentra, que se dio el lujo de acordarse mal de la madre de Carlos Zannini. Éste también tuvo que soportar en los últimos días que Jorge Capitanich, el jefe de gabinete, retomara la autonomía que había perdido cuando no le dejaron enviar los gendarmes a Córdoba.
El chaqueño ya no las tiene a todas consigo pero por lo menos no le pide permiso a Zannini para nada. Axel Kicillof, por su parte, que se manejaba con autonomía sobre Zannini, ahora está golpeado por la crisis energética que lo salpicó también a Julio de Vido. El ministro de economía está a cargo de esa área desde hace dos años y recientemente protagonizó un hecho destacable: apareció en una foto en Calamuchita mientras Ricardo Echegaray atajaba penales aclarando pero oscureciendo su viaje y estadía lujosa en Río de Janeiro.
Scioli, ante el empate técnico entre Zannini y Capitanich, y con el apoyo de Gioja, un líder natural entre los gobernadores peronistas, espera -una vez más- que los cristinistas, ante las grandes dificultades económicas y sociales, recurran a él para que sea el candidato natural a la presidencia en el 2015, o antes, si se adelantan los comicios.
