Pero cabe recordar que en agosto pasado, un sábado se internó en el mismo sanatorio por el famoso golpe en la cabeza y fuentes seguras nos afirmaron que ahí le descubrieron el Síndrome de Pick, que provoca histrionismo, desinhibición y chistes fuera de lugar, como se vio claramente en el baile del 10 de diciembre pasado, mientras en el país se lloraban los muertos por los saqueos. De ahí que varios de sus íntimos le recomendaran que no hiciera más actos públicos porque se desinhibe, actúa histriónicamente y le baja la popularidad, que hoy en día está muy alicaída. El miércoles estuvo 9 horas en el Otamendi y algo parecido ocurrió ayer y se espera que concurra todos los días hasta el domingo, cuando le darían el alta a su madre. Por lo cual, el Otamendi se ha convertido en una extensión de Río Gallegos, el Calafate, la Rosada y Olivos.
Y así fue que ayer recibió la visita del hoy todopoderoso ministro de economía Axel Kicillof, un pacman que se queda con todos los cargos de todos los ministerios pero corre de atrás a las variables económicas y está incapacitado para dominarlas. Según nuestras fuentes, el ministro no cumplió con la orden presidencial de recuperar reservas internacionales del BCRA y por el contrario éstas disminuyen día a día y ayer bajaron 100 millones más, quedando en 29.758 millones de dólares, mientras que el dólar blue se disparó a $ 11,55 acercándose peligrosamente a los $ 12. La presidente ahora piensa que Juan Carlos Fábrega tenía razón en devaluar de golpe, porque las devaluaciones diarias que impuso Kicillof y el impedimento de éste a Fábrega para que suba las tasas han fracasado rotundamente. Pero el ministro tiene mucha labia y la presidente no sabe de economía y se ha convertida en otra alumna privilegiada del profesor de historia de las ideas económicas que es él. Sin embargo, esto no cambia las reglas del juego. Cuando los resultados son malos, como en este caso, la culpa es del ministro pero nunca de la presidente, que dio el OK para que las medidas se pusieran en práctica.
La ofensiva sindical
Da la impresión de que este gabinete renovado hace poco ya está agotado. Mientras tanto, la incertidumbre en los mercados y en el público aumenta aceleradamente y si todavía no se produjo el rodrigazo es porque sigue vigente la única ancla que tiene la economía, que son los salarios, que todavía no empezaron a discutirse. Aunque Hugo Moyano y Luis Barrionuevo quieren apurar esas discusiones en la cumbre del lunes en el hotel Sasso de Mar del Plata. Aunque no se sabe qué éxito tendrá esa convocatoria, porque Daniel Scioli duda en concurrir y Sergio Massa no quiere quedarse pegado a Scioli, quien teme que en el gobierno lo acusen de pactar con los más duros opositores, como el tigrense y José Manuel de la Sota. En el massismo, la mayoría de sus dirigentes le dicen al jefe del Frente Renovador que falte a la cita, porque Moyano y Barrionuevo juegan a Scioli presidente 2015, pero Massa no tomó una decisión definitiva. En tanto, Moyano y Barrionuevo quieren arrancarle al gobierno un aumento de emergencia por el primer trimestre de este año y no les falta razón, porque el salario pierde día a día frente a la alta inflación.
