HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

domingo, 12 de enero de 2014

Capitanich está para el cachetazo

Por Diario HOY.- Mientras la presidenta no aparece, el jefe de gabinete tiene que dar la cara por un gobierno con graves problemas y contradicciones El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, está para el cachetazo. Ya no resiste su trabajo de poner la cara por la presidenta Cristina Fernández, que sigue de vacaciones hace más de un mes, mientras su administración tiene las arcas cada vez más vacías, serios problemas de inflación que generan más pobreza, la demanda gremial de aumentos que amenaza con paralizar áreas claves y una crisis energética que dejó sin electricidad por varios días a amplias zonas urbanas, entre otras consecuencias.
En una semana nefasta para el gobierno K, Capitanich protagonizó varios bloopers que lo dejaron mal parado y, además, dejaron al descubierto la interna kirchnerista, en ausencia de una presidenta debilitada porque le quedan menos de dos años de gestión sin posibilidades de reelección. El exgobernador de Chaco dejó su provincia para asumir el 20 de noviembre en la jefatura de Gabinete nacional, en un intento del gobierno para renovar su imagen tras la derrota electoral de octubre pasado. Pero, como era de esperar, en los menos de dos meses que lleva en el cargo va perdiendo por goleada y no pudo atajar una. Capitanich comenzó su gestión en el Ejecutivo brindando conferencias de prensa casi diarias, con extensas charlas en las que respondía (como podía) todo tipo de consultas.

Pero el encuentro con la prensa de ayer fue el más breve, de solo seis minutos porque “la agenda pública está hoy monopolizada por el tema del rayo de Villa Gesell”, se excusó y hasta evitó contestar preguntas. En el medio, el jefe de gabinete con gran boca para hablar de varios temas quedó en offside primero al ratificar el anunció del jefe de la Afip, Ricardo Echegaray para cobrar un impuestazo por los bines personales, que recaería en sectores de menos recursos. Después de lanzar el globo de ensayo como manotazo de ahogado para mejorar la recaudación a costa de los que menos tienen, el gobierno de Cristina Fernández contradijo a sus “cabezas de turco”. Para eso, la presidenta eligió a su niño mimado, el ministro de Economía marxista Axel Kicillof. Ante la desmentida a Capitanich no le quedó otra que meter violín en bolsa y aceptar el juego. 

 Pocas horas después, el jefe de gabinete volvió a quedar en offside cuando anunció que “la Presidenta (Cristina Fernández) instruyó al ministro Axel Kicillof para que, a través del Mercado Central de la República Argentina, propicie la importación de tomates de Brasil para garantizar abastecimiento y precio a los consumidores”. Ante la crisis que viven los productores frutihorticolas locales, Capitanich tuvo que explicar ayer lo disparatado de la medida. “Cuando la Presidenta da instrucciones para eventualmente, ante un faltante de tomates, importar tomates de Brasil, lo que ha hecho es decir al pueblo argentino que estamos dispuestos a cuidar su bolsillo”, refirió. Pero, no solo Kicillof desautorizó al chaqueño, también el secretario de Seguridad, Sergio Berni, lo contradijo por el envío de gendarmes a Córdoba por el conflicto policial y luego por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, por los cortes de luz programados que no prosperaron. 

 En foco / Un gobierno con mala cara 

 El jefe de Gabinete Jorge Capitanich quiso convertirse en el heredero K, pero ahora tiene que abstenerse a ser el que pone la cara en un gobierno que está plagado de problemas y que tiene un panorama negro por delante. Con las arcas vacías, la administración K tendrá que afrontar en poco menos de un mes una complicada negociación salarial. Si no se recompone el poder adquisitivo de los trabajadores, ante una inflación que se anticipa de más del 30%, se paralizarán las escuelas, porque los porteros no las abrirán sus puertas y los maestros no dictarán clase. También afectará a los hospitales porque no trabajarán los enfermeros ni los médicos y ya hubo un anticipo a fin de año de lo que puede pasar si no se cumple el reclamo salarial de las fuerzas de seguridad. 

 Además de los actos fallidos del jefe de gabinete, en esta semana nefasta para el gobierno quedó en evidencia la política mentirosa del kirchnerismo que nada tiene que ver con la realidad. Pero, sobre todo quedó demostrada la incoherencia y la inmoralidad de la gestión de Cristina Fernández. Mientras la modificación del impuesto a los bienes personales iba a afectar a gran número de argentinos de bajos recursos, los precios de los alimentos siguen subiendo sin control. En los últimos tres meses aumentaron más de 16% y no sólo el tomate, un kilo de cereza cuesta $ 80, el durazno pasa los $ 40 el kilo, un costo similar al de un kilo de limones, entre muchas otras frutas que se producen en el país.

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