Por Paola Cándido/El Ciudadano.- Ocurrió entre la mañana y el mediodía, cuando el río estaba lleno de gente. Una nena perdió una falange de una mano.
El calor agobiante del día de Navidad llevó a miles de rosarinos, como tantas otras veces, a mitigarlo en las aguas del río Paraná. No es una película de clase B, pero lo cierto es que 62 personas, entre ellas siete menores, fueron atacadas por feroces palometas mientras se refrescaban en el agua a la altura de la Rambla Catalunya, por lo que debieron ser asistidas y derivadas a hospitales de la ciudad, según informaron desde el Sistema de Emergencias Sanitarias (Sies).
La aparición del pez carnívoro fue advertida por personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM), Defensa Civil, guardavidas, policías y el boca a boca entre los propios bañistas. Sin embargo, pese a las advertencias, el público hizo oídos sordos e igualmente no se privó de darse un chapuzón en el río marrón. Y entonces fue cuando se encontró con la mala novedad de que poco amigables palometas habían copado buena parte de la zona habilitada para bañarse.
Federico Cornier, director del Sies, explicó a El Ciudadano que el total de las personas afectadas por las mordeduras de estos peces fueron 62, entre ellas siete niños; la gran mayoría fueron adultos jóvenes. La peor parte se la llevó una nena de 7 años, a quien tuvieron que amputarle una falange del dedo meñique de la mano izquierda. La pequeña fue derivada al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, donde después de practicarle la curación de rigor recibió el alta médica.
El resto de los heridos, sin lesiones de mayor consideración, se fue acrecentando con el correr de las horas. Todos fueron atendidos en la carpa sanitaria permanente que el Sies instala cada verano en la zona más concurrida de la costa de la ciudad. Dado el extremo calor, la cantidad de gente y el sorpresivo ataque de las palometas, la atención tuvo que ser reforzada.
A media mañana
Gustavo Centurión, uno de los médicos del Sies que trabajó en la carpa sanitaria especificó: “En la temporada es la primera vez que pasa esto. Fue muy agresivo. Empezó a darse después de media mañana, cuando empezaron a aparecer personas con mordeduras en los talones, los pies y las manos, y a algunos las palometas les arrancaron literalmente pedacitos de carne”, puntualizó.
Por su parte, Gabriela Quintanilla, subsecretaria de Salud Pública de la Municipalidad, detalló que las palometas vienen en cardumen y, según los biólogos, el ataque de estos peces dura pocas horas y se produce por el calentamiento del agua.
“Esto me permite ver que hay muy poco cuidado de la gente. Los menores de un año no pueden estar expuestos al sol, ya que se pueden lesionar el ADN. En ese caso provoca melanoma en el adulto, es decir, puede aparece ‘cáncer de lunares’. Hay varias razones por lo que la gente no tendría que estar en la costa, sobre todo porque el golpe de calor es de gran riesgo. E evidente que es difícil controlar a 8.000 personas en mil metros cuadrados”, concluyó Quintanilla.
