Por Carlos Tórtora/El Informador.-
El duelo decretado por la tragedia de Rosario impuso que se suspendieran los actos de cierre de las campañas electorales. El hecho tiene valor simbólico, ya que la campaña, mediocre como pocas, en realidad ni merecía un cierre. Así es que hoy se vota en un clima extraño. Por un lado, es obvio el bajo interés de la mayor parte de la población por participar en las PASO, pero también la protesta del 8 A tuvo menos adherentes que las anteriores marchas, lo que configura un humor social muy especial, ya que nada indica tampoco que esta apatía signifique en lo más mínimo una recuperación del consenso que el gobierno nacional perdió en los últimos meses. Si les damos crédito a las principales encuestadoras, en los grandes distritos los resultados de hoy no serían de ningún modo irreversibles para el 27 de octubre. Esto es que el Frente Renovador de Sergio Massa ganaría por una diferencia ajustada, lo mismo que el PRO en Capital, el Socialismo en Santa Fe y el delasotismo en Córdoba. En el 2011, el aplastante 51% obtenido por CFK en las PASO definió las elecciones del 23 de octubre dos meses antes.
Ahora ocurriría lo contrario, es decir que el resultado de las PASO sería revertible de acá al 27 de octubre, lo que les restaría significación y las reduciría simplemente a marcar tendencias. Para los protagonistas de la política se abriría entonces hasta octubre una etapa llena de dudas. Por ejemplo, ¿le conviene al gobierno avanzar sobre el Grupo Clarín o esto repercutiría negativamente en la imagen de cierta moderación que CFK intentó dar en las últimas semanas? Tal vez anteayer, la Casa Rosada haya puesto en marcha el engranaje para aplicarle al multimedios la intervención que permite el artículo 20 de la nueva ley que regula el mercado de capitales.
La Comisión Nacional de Valores dispuso instruir un sumario a Papel Prensa y a sus titulares “por grave irregularidad en relación a presunta auditora externa suplente”. La resolución 17.147 del organismo de control del mercado de capitales tomó en consideración la denuncia formulada por los directores titulares de la empresa, en representación del Estado nacional (accionista minoritario).
Según esos directores -Beatriz Paglieri (secretaria de Comercio Exterior), Pablo Aldo Cerioli y Rubén Zampino-, se cometió una “nueva irregularidad” en relación con María Cristina Larrea, como presunta contadora certificante suplente de la sociedad. Larrea invocó la condición de auditor externo suplente de Papel Prensa, sin haber sido designada por la asamblea de accionistas o por manda judicial, por lo cual “se arrogó un cargo inexistente” con la “pretensión de usurpar un cargo que no detenta y para cuyo ejercicio no fue investida”, de acuerdo con la denuncia.
El sumario de la CNV abarca a los directores Héctor Aranda, Jorge Rendo, Guillermo González Rosas, Alberto Maquieira, Raúl Aguirre Saravia, Jorge Bazán, Daniel Fernández Muñoz y Eduardo Lohidoy. Del mismo modo, se instruyó sumario al Consejo de Vigilancia de Papel Prensa, integrado por Alberto Ibáñez, Iván Sirito de Zavalía y Adolfo Ablático; y al Comité de Auditoría, formado por González Rosas, Bazán, Maquieira y Alejandro Urricelqui. La investigación sumarial se abre “a los efectos de precisar todas las circunstancias y reunir los elementos de prueba tendientes a esclarecer la eventual comisión de irregularidades, individualizando a sus responsables”, precisó la CNV. En ese sentido, el organismo fijó como fecha para la audiencia preliminar el próximo 13 de noviembre.
En síntesis, que esta maniobra podría ser la punta de lanza para la ofensiva oficial sobre otras empresas del Grupo, como Cablevisión, Clarín y Radio Mitre. Pero también hay que observar el tema a la luz de otro movimiento. La Corte Suprema podría fallar a la brevedad confirmando en su casi totalidad el fallo de la Sala I de la Cámara Civil y Comercial Federal que declaró inconstitucionales varios artículos claves de la Ley de Medios Audiovisuales. De dictarse entonces una sentencia definitiva favoreciendo al multimedios, esto en medio de una campaña electoral, el gobierno podría sentirse obligado, para no perder poder, a intervenir los directorios de las principales empresas del grupo.
Del mismo modo, desde ahora y hasta octubre, la presidente deberá decidir si afloja el cepo cambiario en función de mejorar sus chances electorales.
En otro orden de cosas y como los resultados de esta operación fueron buenos, el cristinismo se vería obligado a mantener hasta octubre a Daniel Scioli como su figura estelar, para que continúe aportándole su buena imagen a la candidatura de Martín Insaurralde. El problema que esta sciolidependencia se nota cada vez más, en la medida que en sus apariciones públicas CFK cosecha abucheos y hasta algún botellazo, como días atrás en Rosario. En el hipotético caso de que, Scioli mediante, el FpV consiguiera ganarle a Massa o reducir la diferencia al mínimo, la presidente se estaría comprando un nuevo y grave problema, porque el gobernador surgiría como el candidato presidencial indiscutible para el 2015. En síntesis, que al gobierno parece irle algo mejor electoralmente cuando se corre hacia el centro, no ataca la libertad de prensa y relativiza su guerra contra la justicia. Pero el problema es que son estas dos banderas son casi la única identidad de un kirchnerismo avejentado, y ya incapaz de despertar ilusiones.
Qué hacer
Sin embargo, las dudas para el período agosto-octubre no serían un patrimonio exclusivo del poder. Arrastrado en parte por los acontecimientos, Sergio Massa pasó en pocas semanas de ser un kirchnerista algo díscolo a convertirse casi en el jefe del peronismo disidente. ¿Que le convendrá hacer para ganar en octubre? ¿Profundizar su costado opositor o perfeccionar su destreza para la ambigüedad? En el fluido espacio del peronismo disidente la situación es también confusa. Si Francisco De Narváez queda hoy cuarto detrás de Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín, su armado para octubre correría el riesgo de desmoronarse. Es que en el peronismo es ley que todos corran presurosos para sumarse al vencedor y así es que muchos dirigentes que hoy revistan en el denarvaísmo podrían aterrizar en Tigre en cuestión de horas. Tal vez hasta Hugo Moyano se sienta obligado a dar el paso.
En los casos de Binner y De La Sota, si obtienen hoy resultados aceptables conservarían intacta su capacidad de actuar en la política nacional. En el caso del cordobés, si se decidiera a disputarle el protagonismo a Massa, no solo contaría con el apoyo de los peronistas que desconfían del pasado kirchnerista de este ultimo, sino que el gobierno se sentiría aliviado de que aparezcan vallas en el camino de la estrella del delta.
