Por lapoliticaonline.-
La explosión de la red de gas de un edificio en la zona céntrica de la ciudad, que dejó un saldo de 12 personas muertas esconde una cadena de responsabilidades: desde el gasista matriculado cuentapropista hasta la historia de desinversión de la empresa Litoral Gas a cargo de la concesión desde 1992 cuando se privatizó Gas del Estado.
La explosión que afectó al edificio de Salta y Oroño, según indican los primeros avances en la investigación judicial, se habría generado a partir de la intervención de un gasista cuentapropista que se disponía a hacer trabajos en la red cuando, por motivos que aún no se aclararon, habría realizado una mala maniobra que derivó en la violenta explosión.
Según los protocolos que establece el Ente Regulador del servicio, el gasista debía haber informado a la empresa Litoral Gas que se disponía a trabajar en el lugar para que cortase el servicio en el edificio.
Según la empresa, el gasista no habría notificado la tarea que se disponía a hacer, lo cual generó el lamentable siniestro.
Por otro lado, y sumado a la negligencia del operario, Litoral Gas demoró cuatro horas en interrumpir el servicio de gas transportado por el caño maestro.
Esto implicó que durante todo ese tiempo, hubiera una gran lengua de fuego que impedía el ingreso de rescatistas, recalentando las dañadas estructuras hasta generar peligro de derrumbe.
La intendenta Mónica Fein, en declaraciones a los medios locales, se preguntó porqué la empresa había demorado en cortar el servicio en la zona.
Suez y Techint los dueños del gas
La sociedad Tibsa Inversora S.A. fue la adjudicataria del servicio de gas cuando, en 1992, Gas del Estado se privatizó y el servicio pasó a manos de las provincias.
Durante la gestión de Carlos Reutemann, Santa Fe concesionó el servicio a Tibsa, propietaria del 91,66% de las acciones mientras que el resto de los títulos pasaron a manos de ex trabajadores de la empresa estatal.
Tibsa Inversora está compuesta por la belga Suez y el grupo Techint.
En conversaciones con LPO, un empresario santafecino del sector energético sostuvo que durante los primeros años de gestión, la empresa privatizada retiró las válvulas de paso que dividía a la ciudad en distintos sectores por cuanto implicaban “importantes costos de mantenimiento”.
Sin las válvulas, Rosario no cuenta con la posibilidad de desafectar rápidamente un sector determinado, sino que debe cortar la provisión de toda la ciudad.
La falta de llaves de paso en el sector siniestrado obligó a una brigada a tener que hacer un pozo considerable en el pavimento, cavar e improvisar un by pass para detener la emanación de gas.
El trabajo demandó cuatro horas vitales para permitir a los rescatistas el ingreso al edificio.
