Por Ignacio Ortelli.- La orden detención contra Ricardo Jaime genera inquietud en el oficialismo. No sólo por lo que el ex secretario de Transporte sabe y pudiera destapar en caso de sentirse arrinconado y sin respaldo del Gobierno. En el kirchnerismo no se descarta que la decisión del juez Bonadio represente sólo un primer paso de una ofensiva judicial más amplia, en un contexto político de por sí adverso.
“¿Hace cuánto se lo investiga a Jaime? ¿Justo ahora el juez piensa que se va a fugar? No es serio. Es una medida exagerada y claramente política en medio de una campaña electoral”, se quejó una fuente oficialista ante Clarín.
Si bien Bonadio basó su medida en la veintena de causas que hay abiertas contra Jaime y los estrechos vínculos que éste mantiene dentro de la Casa Rosada pese a haber dejado su cargo hace cuatro años, para el kirchnerismo el escenario político adverso al Gobierno influyó en su detención.
En ese sentido, el dato de que Jaime podría convertirse en el primer funcionario de la era kirchnerista en ir preso no es menor. Aunque resulta relativo ante la posibilidad latente de que la decisión del magistrado se repita en otros casos.
Conforme se aproxima el 2015, el kirchnerismo sufre cada vez más fugas. De aliados y de propios. Adentro y afuera del Gobierno. Adentro y afuera del Congreso. Y el final de ciclo, tantas veces proclamado por opositores, parece empezar a sentirse también dentro del oficialismo, que ve en la Justicia su principal escollo.
Así, esa férrea defensa que el Gobierno supo hacer de sus funcionarios sospechados, hoy va dejándole lugar al cada cual atiende su juego . “Yo tengo la conciencia limpia. No robé ni robo. Que cada uno se haga cargo de lo que hizo o hace”, agregó la misma fuente. El interrogante, en el caso específico de qué sucederá con Jaime, gira en torno a la cercana relación que tuvo con el matrimonio Kirchner.
