HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

jueves, 18 de julio de 2013

Cipayos miserables

Por Diario HOY.- La palabra cipayo se utilizó para describir a todos los nativos que sirvieron en la milicia inglesa para favorecer la causa europea en la denominada Compañía de las Indias Orientales, a partir del siglo XVII y hasta mitad del XIX. Ahora bien, el genial pensador argentino Arturo Jauretche resignificó esta noción a mediados del siglo XX para adaptarla a nuestro país y denominar a los vendepatrias, como por ejemplo fueron los compadritos conservadores de la década infame –años ’30- que hicieron negociados escandalosos y remataron la dignidad nacional para favorecer los intereses de las grandes potencias, especialmente Inglaterra. Ahora bien, si Jauretche se levantara de su tumba –murió hace casi 40 años- y viera el acuerdo que acaba de firmar el gobierno kirchnerista con la multinacional estadounidense Chevron, perteneciente al Grupo Rockefeller, para la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, no tardaría en calificar a la presidenta y a los obsecuentes que la acompañan, como claros exponentes del cipayismo del siglo XIX en nuestro país.
No es para menos, si se tiene cuenta que el kirchnerismo le entregó en bandeja uno de los principales yacimientos de petróleo y gas no convencional del continente a una empresa que está acusada, en varios países del mundo, por ocasionar desastres ambientales. Y no hacerse cargo de sus delitos. Ayer, en lugar de intentar explicar semejante acto entreguista, la primera mandataria viajó al Chaco, una de las provincias más feudales del país, para inaugurar una fábrica de bicicletas. Y en un acto de total hipocresía afirmó: “Esto no es para cobardes”. Algo de razón tiene: hay que ser caradura e inmoral como para que no le tiemble el pulso a la hora de firmar semejante convenio leonino, sin importarle la subsistencia de los pueblos aborígenes y la sustentabilidad de los recursos naturales. En algo es coherente CFK: para ella los más humildes, los más desposeídos, son “bichos” a los que no les corresponde tomar agua pura ni vivir en un territorio no contaminado. Para los K, a “los cabecitas negras” no les asiste otro derecho que cobrar un miserable plan social, que los condena a la indigencia, a cambio del voto fácil en las elecciones. Chevron viene de ser expulsada de Ecuador, donde la Justicia de ese país la condenó a pagar 19.000 millones de dólares por provocar un genocidio ambiental, con miles de hectáreas de selva que quedaron arruinadas. Y hasta provocaron la desaparición de poblados enteros, especialmente aquellos pertenecientes a comunidades indígenas. Lejos de haberse modernizado, esta compañía norteamericana viene a repetir el mismo modelo de saqueo. Es más, utilizará una tecnología (conocida como fracking) que es muy cuestionada y hasta está prohibida en distintos países del mundo. Se teme que, teniendo en cuenta el grado de cipayismo del gobierno nacional, se desencadene un desastre natural de características inéditas que dejará una tierra arrasada, ríos envenenados y poblaciones enteras en peligro de extinción. Por sólo 500 millones de dólares (esa es la inversión real que hará Chevron en el corto plazo), que equivale a la mitad de los que se lleva las empresas de juegos de azar en la Provincia por año, los K terminaron vendiendo el alma al diablo. De hecho, ya se le habían alquilado cuando, durante la última década, avalaron que las multinacionales que explotan la megaminería, que utilizan un modelo de saqueo similar y contaminan con cianuro, consiguiera escandalosos beneficios que no obtienen en ningún lugar del mundo, salvo en las naciones más pobres de África. De ahí que no sea casualidad las denuncias que están circulando acerca los lingotes de oro aparentemente salidos desde Catamarca –allí el excuñado de Néstor Kirchner es uno de los principales operadores políticos K- que habrían terminado abarrotados en algunas bóvedas patagónicas. El contrato con Chevron supera todos los límites de la infamia y la moralidad. Porque, además de permitirle a esa empresa no pagar un centavo de retenciones (mientras la presión fiscal ahoga a las pymes y la AFIP persigue a cualquier ciudadano que quiera comprar dólares), se le entrega en bandeja la explotación de yacimiento Vaca Muerta por un período de tres décadas. Es decir, el contrato finalizará cuando la actual presidenta tenga 90 años. En ese contexto, no habría que descartar que, detrás de este polémico convenio, esté en juego el financiamiento que los K necesitan para terminar de avasallar las instituciones, comprar voluntades y buscar quedarse en el poder luego del año 2015. Muchos kirchneristas sa­ben que, ante semejante acto de entrega, la única forma que tienen de no terminar presos es que CFK siga en el poder. Por eso harán todo lo que esté a su alcance para conseguirlo.

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