Por Carlos Tórtora/El Informador.- El juez Blanco, a punto de declarar la caducidad del PJ bonaerense. Los partidos K se harían cargo del FpV.
El kirchnerismo está movilizando todos los recursos disponibles para asegurarse de que la díscola dirigencia del PJ bonaerense no le juegue una mala pasada en los dos turnos electorales que se aproximan, las primarias del 11 de agosto y las elecciones generales del 27 de octubre. La pesadilla del entorno de CFK es que se repita lo ocurrido en el 2009, que terminó con la derrota de la lista para diputados que encabezaba Néstor Kirchner ante la de Unión PRO, con Francisco de Narváez. La noche del escrutinio, el fallecido ex presidente estalló en un ataque de furia al caer en la cuenta de que muchos intendentes, Sergio Massa por ejemplo, habían obtenido bastante más votos para sus listas de concejales que para la lista de diputados del FpV. En otras palabras, que habían jugado doble, autorizando el corte de boleta a favor de De Narváez y colocando hombres de su confianza en las listas para concejales de éste. Ahora está en el aire la posibilidad de que no pocos barones del conurbano repitan la maniobra, aportándole votos a De Narváez a cambio de que éste les permita colocar más concejales en sus listas. Así las cosas, el cristinismo parece haber encontrado la forma de acorralar a los jefes comunales, obligándolos a arrodillarse ante la Casa Rosada. La clave de la nueva operación en marcha pasaría por la compleja situación del PJ de Buenos Aires. El 8 de marzo pasado el apoderado del mismo, Jorge Landau, confirmó que el peronismo bonaerense postergaba las elecciones internas para renovar autoridades, previstas para el próximo 31 de marzo, en adhesión a la decisión que tomó el partido a nivel nacional de suspender los comicios. El apoderado del peronismo y diputado nacional kirchnerista explicó que la decisión está avalada por la resolución aprobada por el Congreso del PJ bonaerense reunido en diciembre del año pasado en el distrito de Tres de Febrero, con el objetivo de “unificar” la renovación de autoridades con el PJ nacional. La decisión de postergar por segunda vez las internas en el PJ nacional y bonaerense fue a instancias de CFK, que buscó de esta manera evitar que se desatara una dura interna con el sciolismo y el massismo antes de las elecciones legislativas de octubre y alinear a todo el partido detrás de su conducción, de cara a una eventual re-reelección en 2015. El pasado 7 de diciembre, reunido en el distrito de Tres de Febrero, el Congreso del PJ bonaerense convocó a internas para el 31 de marzo, prorrogando automáticamente las autoridades cuyo mandato venció en noviembre del año pasado, pero dejó abierta la puerta a una nueva postergación para después de las elecciones de octubre. La última vez que el PJ bonaerense eligió autoridades fue a través de elecciones internas en noviembre de 2008, cuando, con el apoyo del ex presidente Néstor Kirchner, asumió como titular del Consejo provincial del PJ Alberto Balestrini. Sin embargo, afectado por un accidente cerebrovascular, Balestrini fue suplantado en agosto de 2010 por el líder de la CGT, ahora opositora, Hugo Moyano. En diciembre de 2011, tras la muerte de Néstor Kirchner y en medio de fuertes enfrentamientos con la presidente, el dirigente camionero anunció su renuncia al cargo partidario por considerarlo “una cáscara vacía”. Tras la renuncia de Moyano a la presidencia interina, el PJ bonaerense quedó a cargo de la vicepresidente segunda y actual ministra de Gobierno de Daniel Scioli, Cristina Álvarez Rodríguez, quien en el último congreso del 7 de diciembre de 2012 fue ratificada como titular del máximo órgano del peronismo bonaerense, hasta que se elijan nuevas autoridades.
Jaque mate
El caso es que, según una versión originada en altos niveles del gobierno, el Juez Federal de La Plata con competencia electoral Manuel Blanco estaría a punto de dictar la caducidad del PJ de Buenos Aires, entendiendo que los mandatos de los congresales del mismo ya están vencidos y que no hay forma legal de continuar prorrogando el mandato del consejo partidario hasta diciembre de este año, por lo cual correspondería cancelar la personería judicial del partido con más afiliados y votos del país. De confirmarse, la decisión de Blanco produciría un enorme impacto político y, en una primera lectura, parecería golpear al gobierno, que controla cómodamente el aparato del PJ. Sin embargo, la resolución judicial en cuestión vendría a coincidir con el plan oficialista para doblegar a sus intendentes y evitar que le jueguen doble. Si a la fecha del cierre de presentación de alianzas, o sea, el 12 del mes que viene, el PJ está fuera de la carrera electoral, los intendentes deberán entonces sentarse en situación de inferioridad a armar las listas de candidatos con los otros partidos que integrarán el Frente para la Victoria. Esto es, el Movimiento de Integración Latinoamericana de Expresión Social (MILES) que preside Luis D’Elía, el KOLINA que responde a Alicia Kirchner, el Partido de la Victoria, un feudo de Diana Conti, y el partido Hacer por Buenos Aires, que orienta Florencio Randazzo. Estos partidos se fueron armando en los últimos años justamente con la idea de vaciar al viejo PJ y traspasar el peronismo a los nuevos envases jurídicos. Si esta maniobra se concreta, la dirigencia del PJ, al quedarse sin partido, se vería obligada a negociar en desventaja, debiendo conformarse con las candidaturas que le conceda el nuevo club de partidos K, convertidos en los dueños del Frente para la Victoria. Es más, una vez presentadas las alianzas y las listas de candidatos, un oportuno fallo de la Cámara Nacional Electoral podría revocar lo resuelto por Blanco y entonces el PJ seguiría vigente hasta que se realice la elección interna de sus nuevas autoridades. Pero las consecuencias de la caducidad para esta campaña electoral serían irreversibles y los sellos cristinistas se habrían impuesto en el armado de las listas.
