El deceso de quien fue el último presidente de la República electo bajo voluntad popular, Hugo Chávez, dejó interrogantes en el modo de conducción del país, principalmente en asuntos de seguridad nacional, que se han caracterizado por ser tratados con el mayor hermetismo, precisamente por lo que implican.
En el país coexisten dos organizaciones gubernamentales de inteligencia, destinadas a salvaguardar los intereses de la nación y prevenir amenazas tanto internas como externas que alteren el orden público. Al frente de estas acciones está el Ministerio de Defensa, a través de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) y a través del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), antes Disip hasta que en el 2009 fue disuelto por el Presidente Chávez.
Hay que resaltar que el Sebin, al momento de su creación, estaba adscrito al Ministerio de Interior y Justicia pero en diciembre del 2012 fue trasladado, mediante decreto presidencial y al momento en que Hugo Chávez convalecía en Cuba por su enfermedad, a la Vicepresidencia de la República, que tenía entonces a Nicolás Maduro al frente, hoy Presidente Encargado y candidato presidencial.
Es por ello que, al momento de los cambios gubernamentales, cuando el también ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, tomó la Vicepresidencia de la República, surgieron las dudas sobre las directrices del Servicio de Inteligencia que, según opinión de expertos como la especialista en materia militar Rocío San Miguel, fue anclada a la Vicepresidencia de la República pues, al faltar Hugo Chávez, que asumía directamente el control de la misma, se buscó que Maduro siguiera con tal administración.
¿Quién manda a quién?
Sin embargo, en la realidad la situación es distinta. Aun cuando el mencionado organismo fue adscrito a último momento a la Vicepresidencia de la República, en la práctica, los lineamientos del mismo son autónomos.
El Servicio Bolivariano de Inteligencia, por su parte, está dirigido por el General de División del Ejército, Miguel Rodríguez Torres, quien preside el organismo desde que era conocido como Dirección Nacional de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip). El funcionario es cuestión es conocido por su cercanía con el fallecido Presidente, a tal punto de ser considerado uno de sus hombres de confianza, de allí que se mantenga en el cargo.
Aliado pro Diosdado
Asimismo, también es un fuerte aliado del parlamentario Diosdado Cabello, figura clave en el ala militar que hace vida en el partido del gobierno. Esto es comprobable ya que ambos son amigos, por ello es que durante el año 2000 pasa a ser la mano derecha de Cabello en la conformación de los círculos bolivarianos para el relanzamiento del movimiento MBR-200.
El General es graduado de la Academia Militar en el año 1984 como integrante de la promoción General de Brigada Juan Gómez. Fue miembro fundador del MBR-200 cuando el mismo era sólo integrado por militares. Es por ello, quizás, que vuelve a asumir la coordinación de la organización 20 años después, esta vez eminentemente conformada por civiles y orientada a la formación ideológica.
Su alianza militar con Cabello, parlamentario reacio a la injerencia cubana, lo muestran distante de la asociación con Maduro, cuyos nexos con el país caribeño datan de mucho antes de que Chávez visitara la isla, y donde recibió formación ideológica.
Maduro y Rodríguez Torres
Además, hay que resaltar que entre ambos funcionarios ya hubo una situación irregular en mayo del año 2011, cuando el 23 de ese mes Rodríguez Torres le solicitó a Maduro, entonces Canciller, la remoción del cargo diplomático de una funcionara del Sebin, Liza Torres Alvarado, que trabajaba de forma alterna como representante de la OEA. Esta situación no era bien vista en la comunidad internacional pues esto es considerado como “espionaje”, de allí que el FBI ordenara investigar las cancillerías venezolanas ante la presunta presencia de otros “espías”.
De hecho, el presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, Juan Francisco Contreras, consideró que el nombramiento fue producto de tener en el cargo de cancillería, que tenía Maduro entonces, “a gente que no tiene la menor idea de lo que son las relaciones internacionales”. No obstante, para el 13 de mayo del 2011, la funcionaria ya había sido removida del cargo diplomático, según un documento, por orden directa de Nicolás Maduro. Esto deja entrever el poder del uniformado ante los “errores” del entonces canciller.
LA DIM
La dirección de Inteligencia militar es quizás el organismo de inteligencia y contrainteligencia más importante del país, pues es capaz de advertir cualquier amenaza tanto interna como externa. Valiéndose de este argumento, puede obtener información mediante vías no regulares. La data más importante del país está en la DIM.
Esta organización tiene al frente al general Wilfredo Figueroa Chacín, antiguo Comandante de la Brigada de la Guardia de Honor Presidencial. Sin embargo, una alta fuente cercana a esta dependencia informaba que el mismo es sólo una figura, pues el general Hugo Carvajal, mejor conocido como “El Pollo”, que estuvo al frente de esta institución por siete años, sigue muy ligado a la misma.
Según la información suministrada por la misma fuente, este militar, nacido en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, portador de la cédula 8.352.301 y graduado de la Academia Militar el 5 de julio de 1981 en la promoción “Teniente Pedro Camejo”, se ha mostrado reacio a la “injerencia” cubana en la institución, y así se lo habría hecho saber al Jefe de Estado. Es considerado también uno de los hombres de confianza del fallecido Hugo Chávez, ya que participó en el golpe de Estado de 1992 y fue preso junto con este.
¿Quién es “El Pollo”?
Hoy por hoy es fichado, junto al también general Henry Rangel Silva, gobernador del estado Trujillo, y Rodríguez Chacín, gobernador del estado Guárico, por ser, presuntamente, colaborador y facilitador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Es otro funcionario que se le ha relacionado especialmente con el parlamentario Diosdado Cabello. De hecho, el ex gobernador del estado Monagas, que rompió con las filas del PSUV el pasado 2012, José “El Gato” Briceño, denunciaba que antes de su ruptura, Cabello y su hermano se habrían aliado con Hugo Carvajal para levantar expedientes, grabarlo y llevar “chismes” a Hugo Chávez a través de los servicios de inteligencia, de allí que anunciara que todos los teléfonos suyos y de sus familiares estaban siendo intervenidos.
“El Pollo”, como es conocido popularmente, fue salpicado por una ola de rumores de que había sido llevado por los Estados Unidos para “soplar” al gobierno venezolano, siguiendo los pasos del ex magistrado Eladio Aponte Aponte. Sin embargo, luego de tales “rumores”, el parlamentario Diosdado Cabello salió al frente a desmentirlos, al tiempo que informaba que Carvajal se encontraba fuera de la palestra pública debido a una lesión de rodilla producto de un salto en paracaídas.
Su postura reacia a la inteligencia cubana y su acercamiento al parlamentario Diosdado Cabello lo repuntan como una ficha de poder con la que deberá lidiar Maduro en caso de asumir la presidencia el próximo 14 de abril, un considerado “aliado” de la cultura cubana.
Diosdado y la inteligencia
Cabello, quien ocupa actualmente el segundo cargo de mayor relevancia en el país, la presidencia de la Asamblea Nacional, ha sido una figura clave dentro de la inteligencia y contrainteligencia venezolana. Como vocero del PSUV, ha sido uno de los militantes que ha denunciado a diestra y siniestra los planes “ocultos” de la oposición venezolana. La pregunta entonces es, ¿quién informa a Cabello?, tomando en cuenta los vínculos que tiene con los directores de los dos servicios de inteligencia que hacen vida en el país.
Cubanos infiltrados
Mucho se ha dicho sobre la injerencia cubana en el espionaje dentro del país. Al respecto, la fuente vinculada a estos servicios informaba que tal situación es sólo un mito. Ninguno de los servicios de inteligencia obedece a una línea cubana, la línea es dictada, a juicio del informante, por la necesidad y los movimientos dentro del país. Asegura que las directrices de tales organismos son dictadas por el Ceofanb y por Casa Militar. Esta situación pondría además en el peldaño de poder más alto al general Wilmer Barrientos, jefe operacional de la Fuerza Armada, cuyo rango está por encima del ministro de Defensa, Diego Molero. (6to Poder)
