Unos 6250 atletas serán sometidos a tests anti doping antes y durante los próximos Juego Olímpicos de Londres, que comienzan oficialmente el 27 de julio. Los 26 casos positivos detectados en Atenas (todo un record) hicieron que los esfuerzos de las autoridades se redoblaran con respecto a este tema.
Se revisarán muestras de hasta 8 años de antigüedad y se efectúa un seguimiento de cada atleta olímpico mediante un sistema llamado "pasaporte biológico" Más de 10 mil atletas competirán en la edición número 30 de los Juegos Olímpicos que se realizarán a partir del 27 de julio en Londres, Inglaterra. Aproximadamente la mitad de ellos (incluyendo los ganadores de medallas) serán sometidos a controles anti doping. Cerca de 250 sustancias están en la lista de las no permitidas en la campaña anti doping más grande de la historia de los juegos. Un laboratorio no especificado al norte de Londres, a cargo del gigante farmaceutico GlaxoSmithKline se hará cargo de realizar hasta 400 pruebas diarias. El número de pruebas es uno de los datos más relevantes acerca de la agresiva campaña. este año se realizarán 6250 pruebas. Un número ostensiblemente mayor que las 4770 de Beijing y las 3600 de Atenas
Se revisarán muestras de hasta 8 años de antigüedad y se efectúa un seguimiento de cada atleta olímpico mediante un sistema llamado "pasaporte biológico" Más de 10 mil atletas competirán en la edición número 30 de los Juegos Olímpicos que se realizarán a partir del 27 de julio en Londres, Inglaterra. Aproximadamente la mitad de ellos (incluyendo los ganadores de medallas) serán sometidos a controles anti doping. Cerca de 250 sustancias están en la lista de las no permitidas en la campaña anti doping más grande de la historia de los juegos. Un laboratorio no especificado al norte de Londres, a cargo del gigante farmaceutico GlaxoSmithKline se hará cargo de realizar hasta 400 pruebas diarias. El número de pruebas es uno de los datos más relevantes acerca de la agresiva campaña. este año se realizarán 6250 pruebas. Un número ostensiblemente mayor que las 4770 de Beijing y las 3600 de Atenas
Pero ese no es el único dato. Los atletas están siendo testeados en cualquier momento y lugar y se espera que el 40% de las pruebas a realizarse se terminen antes de la inauguración oficial de los Juegos. Los 5 primeros atletas de cada competición y dos más elegidos al azar serán sometidos a las pruebas. De hecho, cada muestra será conservada por 8 años para realizarle estudios retroactivos en caso de dopaje.
John Fahey, presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), reiteró sus advertencias a los tramposos.
Fahey parece determinado a no perder oportunidad alguna en los llamados de atención a deportistas y entrenadores seducidos con la idea de alcanzar triunfos con medios traperos. "No la tendrán fácil en esta ocasión. Ya saben que hasta podemos sacar a relucir resultados de exámenes que se dejaron pendientes desde Beijing-2008", comentó.
Los incesantes comentarios respecto al dopaje en estos días se relacionan directamente con el pasaporte biológico, puesto en marcha en algunos deportes como el ciclismo y el atletismo. Se trata de una suerte de tarjeta de identidad sanguínea que ya causó escozor en el Tour de Francia de 2009 a la fecha y que, a priori, colocó contra la cuerdas a numerosos corredores dudosos y supuestamente aquejados de lesiones. La idea de no competir se convirtió en moda. Pero para evitar escurridizos, el patrón de la AMA asegura que los métodos de detección de sustancias prohibidas se han perfeccionado notablemente. De historias tristemente memorables, la televisión británica destacó el caso de los 100 metros planos en Seul-88 cuando se hablaba de la carrera del siglo por la rivalidad del canadiense Ben Johnson con el estadounidense Carl Lewis.
Finalmente, el musculoso ó Big Ben canadiense, fue declarado culpable de dopaje y su trayectoria deportiva terminó hundida en el lodazal de los villanos, que apenas se recuerdan y siempre como referencia de la maldad.
En todo caso, el australiano Failey no quiere casualidades y así repite su frase favorita por los salones del centro principal de prensa de la Olimpiada.
"Lo digo de la forma más clara posible: si eres un atleta que se dopa y estás pensando en competir en Londres, debes retirarte de tu equipo olímpico", recalcó.
Por lo pronto, ya el corredor español Ángel Mullera fue separado del equipo olímpico de su país a Londres-2012, tras las revelaciones sobre presuntas prácticas de dopaje del fondista.
La Federación Española de Atletismo (RFEA) no tuvo otra opción que revelar informaciones sobre el consumo de dos tipos de eritropoyetina (EPO) durante la preparación de Mullera, especialista de los tres mil metros con obstáculos
Dopaje encubierto
"El desafío en este 2012 es que los atletas usan sustancias que se camuflan con sustancias naturales", dice el doctor Matthew Fedoruk, director científico de la agencia de USA para el Anti Doping.
El desafío al que el doctor se refiere tiene que ver con el hecho de que el cuerpo humano produce naturalmente algunas sustancias como la testosterona y es dificil detectar si esta se ha producido artificialmente o de manera natural. Aparentemente, la práctica de los atletas tiene que ver con el consumo de drogas aprobadas por la FDA que elevan el nivel de estas sustancias camuflando los efectos que podrían tener otras drogas en el cuerpo.
La historia del dopaje en los Juegos viene creciendo. El récord histórico que se había logrado en Los Angeles 1984 (con 12 casos positivos) fue superado en Atenas con 26 casos, 5 de los cuales fueron detectados recientemente.
Afortunadamente, las autoridades cuentan con una interesante herramienta: el pasaporte biológico. Se trata de la forma más efectiva elaborada hasta el momento para detectar dopajes. El test, que hace un seguimiento a la sangre del atleta a lo largo del tiempo, no necesariamente detecta sustancias, sino que sigue el comportamiento psicológico del atleta, lo que sí puede indicar que hubo doping.
El pasaporte biológico hace un seguimiento a ciertas sustancias como la hemoglobina, que puede subir o bajar si el organismo está en un proceso de doping.
Revisando el archivo
La comisión médica del Comité Olímpico Internacional anunció a mitad de abril que realizaría nuevas pruebas con las técnicas actuales, más modernas, de algunas de las casi 3.000 muestras congeladas tras los Juegos de hace ocho años.
En ellas hay algunos positivos, según pudo saber la mencionada agencia de noticas germana, aunque el organismo que rige la actividad olímpica a nivel mundial no confirmó ni desmintió la presunta novedad.
Según las normas del COI, los análisis antidoping a posteriori se pueden realizar durante los ocho años siguientes a unos Juegos y conducir a sanciones en caso de positivos. El plazo para Atenas expira el 29 de agosto.
Sin embargo, el Comité Olímpico no tenía planeado analizar de nuevo las muestras de Atenas 2004 porque no tenía constancia de que se hubieran usado sustancias indetectables hace ocho años y que ahora pudieran ser reveladas. Pero los medios internacionales habían criticado la decisión, y el organismo olímpico reconsideró su postura.
Por su parte, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ya anunció hace meses que quiere sacar adelante un reglamento vinculante para proceder con los análisis a posteriori. "Se ha invertido mucho dinero en la mejora de tests, por lo que aumentan las posibilidades de detectar nuevos positivos", dijo el director general de la AMA, David Howman.
Sólo tras las críticas generadas, el COI se decantó por realizar los análisis. Según Arne Ljungqvist, presidente de la comisión médica, en el punto de mira iban a estar las disciplinas especialmente afectadas por el doping y los ganadores de medallas.
Cuando en agosto de 2004 se anunció la congelación de muestras para la realización de análisis con los métodos nuevos nacidos de la investigación, el dirigente del COI y entonces presidente de la Agencia Mundial Antidoping (AMA), el canadiense Richard Pound, habló del "comienzo de una era" en la lucha contra el fraude deportivo.
En los análisis a posteriori hechos a las muestras congeladas de los Juegos de Invierno de Turín 2006 se buscaron restos de CERA, la tercera generación de la sustancia de doping sanguíneo EPO, pero no se hallaron resultados positivos.
A su vez, en los exámenes posteriores a Pekín 2008 seis deportistas dieron positivo, entre ellos, los ciclistas Stefan Schumacher y Davide Rebellin (medalla de plata en fondo en carretera) y el campeón olímpico de los 1.500 metros, Rashid Ramzi, de Bahrein.