Villa Moreno volvió a ser escenario del asesinato de un adolescente. Facundo, la víctima, murió este jueves tras ser acribillado a balazos. Desde el Frente Darío Santillán repudian la “inoperancia” del Ejecutivo provincial, “que mantiene la ficción de derrumbar kiosquitos mientras las disputas territoriales de la droga se cobra la vida de los pibes”.
Desde la misma agrupación a la que pertenecían las víctimas del atentado a balazos del 1º de enero de este año por el que murieron Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez, manifestaron su indignación por este nuevo hecho, al que ubican en un contexto de “desidia y complicidad institucional”.
Desde la misma agrupación a la que pertenecían las víctimas del atentado a balazos del 1º de enero de este año por el que murieron Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez, manifestaron su indignación por este nuevo hecho, al que ubican en un contexto de “desidia y complicidad institucional”.
Pero aclararon que las conjeturas difundidas en medios locales que vinculan el asesinato de Osuna con una supuesta intención de silenciarlo en la causa del Triple Crimen son erróneas ya que el joven jamás declaró en calidad de testigo en dicho proceso.
Desde el movimiento explicaron que Facundo sí fue víctima de un atentado anterior, el 29 de diciembre de 2011, en el que lo hirieron en las piernas y por el que incriminó a Maximiliano Rodríguez, herido a su vez en otro episodio que resultara el presunto detonante del Triple Crimen.
“Sabemos que fue individualizado el ejecutor de su asesinato, y que éste estaría vinculado a las disputas dentro del círculo de comercialización de drogas”, dijo este viernes a Redacción Rosario uno de los miembros del Movimiento Darío Santillán.
“Las conjeturas que intentan explicar el suceso abren a la confusión”, advirtió, y aclaró que lo que “sí pone en evidencia la muerte de Facundo es la inoperancia del ministro de Seguridad Raúl Lamberto, que reduce el problema de la complicidad policial a un sector minoritario de la fuerza cuando es la institución como tal la beneficiaria del negocio del narcotráfico”.
“Mientras (Lamberto) mantiene la ficción de demoler kiosquitos que horas después se reabren en otra cuadra, la disputa territorial por la comercialización de la droga se cobró ya la vida de 90 pibes”, concluyó.
En un comunicado, el Movimiento Darío Santillán, reafirmó su exigencia a que las decisiones del poder político “confronten con la propia realidad que se vive en los barrios y no con ficciones de topadoras ajusticiando a perejiles que resultan ser el eslabón más recóndito en la cadena de mando del narcotráfico”.
“Ya son tiempos de que la Justicia, además de apresar a irrelevantes camioneros que trasladan la mercancía, den con las cabezas de este cúmulo de muerte e impunidad que se llama narcotráfico, y que encuentra su razón de ser en la complicidad policial”, sostienen en el escrito.