La contratapa de Clarín es una fiesta del humor. Representó, en su momento, una audacia y también un gran reconocimiento a los creadores gráficos argentinos , con sus personajes entrañables, sus historias memorables y atrapantes, y sus singulares visiones que capturan en su dibujo una situación determinada. Todos agrupados en esa página han sido, a diario, una muestra condensada de su talento . Una de las características sobresalientes de esa constelación fue la estabilidad de ese nivel de talento. Altuna nos deleitó con “El loco Chávez” y su insuperable Pampita. Fontanarrosa, bueno, qué más se puede decir de la creatividad, humor y agudeza de este artista inmenso. Todavía “Diógenes” nos interpela con sus reflexiones en el diálogo permanente con el linyera. Y Crist, un cordobés de un trazo gráfico de calidad infrecuente , además de la relación edípica, candorosa y tierna de Matías , que todos los días imagina el increíble Sendra.
Ayer se fue el “Negro” Caloi, el creador de Clemente. La peleó hasta el final sin dejar de darle vida cotidianamente a su personaje .
Caloi fue siempre un peronista, condición que no escondió nunca. Peronista que militó en los ‘70 en Guardia de Hierro , una formación juvenil que pujaba en aquel entonces con la JP de las Regionales, brazo político de Montoneros. En la democracia, respaldó a los gobiernos de origen justicialista.
Su mirada estuvo guiada por esa formación pero no la impregnó . Sus reflexiones fueron las del hombre común, de sus alegrías y sus aflicciones. Por eso, una recorrida por su trabajo publicado en Clarín durante largos años es también un recorrido por la accidentada historia reciente .
Supo captar con maestría el sentimiento popular, condensándolo en una tira diaria en la que Clemente fue su alter ego . Fue un personaje que mantuvo su vitalidad, su frescura y su humanidad.
Un diario se compone por el capital intangible de los talentos que lo hacen todos los días.
Extrañaremos mucho el genio de Caloi .