HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 14 de mayo de 2012

CFK, MACRI, BINNER Y LA UCR NECESITAN FRENAR A SCIOLI.

¿La disputa entre el cristinismo y el sciolismo entró en una etapa de confrontación irreversible? La lectura de los cruces de la última semana indica una escalada inédita. Por primera vez, el mariottismo impulsó en la legislatura un pedido de informes sobre el presupuesto de publicidad dirigido contra el gobernador y nunca antes los ministros de éste habían atacado directamente a Mariotto. Fiel a su estilo de poner siempre paños fríos, Scioli trató de emparchar la situación sin renunciar a nada: admitió sus pretensiones presidenciales pero también que acompañará a CFK si una reforma constitucional le da la oportunidad de la reelección. En esta última frase está la clave de la etapa que se inicia. El cristinismo sospecha que en las silenciosas filas de la dirigencia peronista se incuba el rechazo a la reforma constitucional. Quince días atrás, Scioli y José Manuel de la Sota hablaron del tema y el primero declaró que la reforma no era un tema prioritario. En realidad, en la evaluación de la dirigencia peronista va a predominar el cálculo numérico. Si se consolida la actual tendencia en las encuestas que le da a Scioli alrededor del 50% de imagen positiva, 10 puntos más que a Cristina, los gobernadores del PJ pueden empezar a sacarle el cuerpo a la reforma, porque aquél les daría mejores garantías de ser reelectos en el 2015 que una presidente desgastada por dos mandatos. Este embrión anti-reformista en el PJ tiene su contrapartida en la conducta de la UCR y del FAP. Ambas fuerzas se muestran muy comprensivas con el gobierno y su votación apoyando la confiscación de YPF lo demuestra. Es que tanto la cúpula radical como Hermes Binner empiezan a vislumbrar que CFK puede ser una candidata más débil que Scioli, o sea, que la posibilidad de que el peronismo sea derrotado en el 2015 pasaría por habilitar a aquélla para que sea nuevamente candidata. En definitiva, que para cortar un ciclo de 14 años del peronismo en el poder, lo mejor sería -desde este punto de vista- impedir que el oficialismo se renueve y cambie de candidato. No es de extrañar, entonces, que el diputado bonaerense Gustavo Zuccari haya impulsado el pedido de informes a Scioli sobre el gasto de publicidad y que la mayor parte de su bloque lo haya apoyado. Así las cosas, para el cristinismo sería esencial complicarle la gestión a Scioli para hacerlo bajar en las encuestas. A través de un creciente ahogo financiero, la Casa Rosada podría acorralar a la gobernación, que tiene sus cuentas en rojo. Pero el juego podría convertirse en una ruleta rusa, porque si los intendentes tienen problemas para pagar los sueldos y mantener el gasto social, una oleada de violencia podría sacudir al conurbano y nada garantiza que la gente no termine culpando a CFK tanto o más que a Scioli. Hasta ahora, la guerra fría entre los dos bandos estuvo fríamente calculada. Las operaciones dirigidas por Gabriel Mariotto estuvieron dirigidas a mortificar a Scioli sin herirlo de gravedad y las respuestas de este último se limitaron a diferenciarse sin romper lanzas. En el actual escenario modificado, algunos sectores del cristinismo apostarían a la escalada, o sea, a promover denuncias por corrupción contra el gobernador y su equipo. Si esto comenzara a ocurrir, sería una clara señal de inseguridad y hasta debilidad del oficialismo.

Mauricio, el tercer hombre

La nueva realidad también empieza a mostrar intereses comunes entre la presidente y el jefe de gobierno. La reaparición bonaerense del peronismo disidente a través del Frente de Unidad Peronista encabezado por Francisco de Narváez, Jesús Cariglino y Graciela Camaño, apunta a una acuerdo con Scioli para armar el año que viene listas de candidatos por fuera del PJ. Si esto prospera, el principal perdedor sería Mauricio Macri, que necesita los votos del peronismo rebelde para posicionarse en dirección al 2015.

El surgimiento de un súper Scioli, que renueve la oferta electoral peronista y esconda las lacras de la década K, podría ser entonces mortal para el PRO, cuyas chances de llegar al poder dependen de captar a la masa de peronistas que no vota a CFK pero que sí apoyaría a Scioli. En este punto, las conveniencias de Macri son semejantes a las de radicales y binneristas y lo ubicarían más cerca de desear que Cristina pueda ser candidata otra vez. De ser así, el ex motonauta quedaría fuera de carrera y él podría tal vez arrimar a una elección polarizada con CFK.

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