HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

martes, 4 de octubre de 2011

ANTE EL DEFAULT DE LA OPOSICIÓN POLÍTICA


El ajuste en puerta puede potenciar la oposición social

El gobierno está perdiendo aceleradamente su principal argumento para ganar las elecciones. Ya no es creíble que la economía argentina está blindada y que permanecerá al margen de la crisis global. La baja del 20 por ciento del precio de la soja en apenas un mes y la incesante suba del dólar son dos señales que anticipan el fin de fiesta del modelo K. Paradójicamente, este nuevo escenario no sólo no parece costarle votos al gobierno, sino que hasta puede darle más. Ante la paupérrima oferta electoral de la oposición, no hay que descartar que buena parte del electorado independiente entienda que se le debe dar todo el apoyo posible a CFK para que enfrente la crisis en mejores condiciones. Tal vez ésta sea una de las razones que inhiben a los candidatos de la oposición y que explican la sistemática omisión de los mismos a mencionar las complicaciones que acechan a la economía. Tampoco entran en la agenda electoral las medidas de ajuste que estaría preparando Amado Boudou y que, obviamente, se conocerán una vez que el 23-o se hayan terminado de contar los votos.

Un mes atrás, Dilma Rousseff se anticipó a la caída de los indicadores anunciando un ajuste de U$S 9000 millones de dólares para lo que resta del año. El recorte brasileño fue aceptado en líneas generales por la oposición y los sindicatos. En este punto se abren interrogantes. Cuando se baje de la tribuna de campaña y reconozca que deberá tomar medidas de emergencia, ¿buscará la presidente el consenso de la oposición? Nada indica que esto vaya a ocurrir. Hay que recordar que el kirchnerismo soportó la crisis del 2008 sin dialogar con sus críticos. Por otra parte, todo indica que el 24 de octubre y por un tiempo ya no habrá prácticamente oposición. La UCR podría ingresar en una aguda crisis partidaria y el Peronismo Federal en una virtual disolución. El interés cristinista por acercar a sectores de la oposición se limitaría a cooptar los votos de diputados y senadores, pero sin hacer grandes concesiones. Por ejemplo, Felipe Solá, luego de haber abandonado oficialmente la oposición, no conseguiría ahora que la Casa Rosada valorice públicamente su gesto. También Mario Das Neves, luego de distanciarse públicamente de su compañero de fórmula Eduardo Duhalde, acaba de probar la displicencia presidencial. El viernes pasado, el gobernador chubutense posó junto a CFK en la inauguración del parque eólico de Rawson. Según refieren testigos, Das Neves intentó en el acto despuntar simpatía con Cristina, pero ella se mantuvo absolutamente formal y, cuando abrió su discurso, no hizo mención a las palabras de aquél. Se trató de un mensaje más que esclarecedor para el chubutense, es decir, que en Olivos no olvidarían que fue un férreo detractor de las políticas nacionales mientas duró su sueño a la presidencia.

La nueva oposición

Este panorama en apariencia haría que el cristinismo pueda pilotear la tormenta económica sin mayores resistencias internas. Sin embargo, un ajuste realizado por una presidente que se juramentó públicamente a que jamás haría tal cosa bien podría desatar la reacción de los sectores del oficialismo más expuestos a sufrir los recortes. Esta lista la encabezan la CGT y los movimientos piqueteros. No es casual que el nuevo aliado de Hugo Moyano sea el ultraduhaldista Gerónimo “Momo” Venegas ni que la tensión entre la CGT y la Casa Rosada esté creciendo rápidamente. Por ser justamente un viejo aliado del kirchnerismo, el líder camionero estaría obligado a reaccionar contra cualquier medida que reduzca en los próximos meses la capacidad adquisitiva del salario, por ejemplo, un aumento de tarifas. De no hacerlo, Moyano sería sobrepasado rápidamente por los gordos y también por el activismo de izquierda.

En el escenario del ajuste, el sindicalismo tendería entonces naturalmente a asumir el rol opositor. Por motivos parecidos, los grupos piqueteros, que prosperan gracias a administrar buena parte del gasto social del gobierno, también serían sensibles a cualquier reducción de sus prebendas. No es un secreto que tanto la presidente como su fallecido esposo nunca toleraron que los corrieran por izquierda. El tembladeral internacional puede convertir ahora en realidad esa pesadilla, haciendo emerger a una oposición social, en reemplazo de la defaulteada oposición política.

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