HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 31 de agosto de 2011

EL AMADO 'YUYITO'

El problema no es la "sojización total" sino lo que esconde el Gobierno

Si bien la Argentina vive bajo el peligro de lo que se llama la "sojización total", y por ende, de la dependencia de China y de los vaivenes que sacuden los mercados, ello no representa mayor peligro que la atadura que el kirchnerismo generó sobre la suerte del "yuyito" atentando (fuera del discurso oficial) contra la industria nacional, cuyo desarrollo, en las condiciones actuales, no resulta más que "una política de subsidios y gran despilfarro".

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- El precio de la soja se estabilizó hoy en torno a los US$530 en el mercado internacional luego de tocar ayer su máximo nivel en los últimos 3 años. Según informó la agencia de noticias 'Reuters', la tonelada de oleaginosa se comercializa hoy con una contracción de poco más de US$4. "Si a la soja, que es un producto integral, le sumas el trigo, el maíz y el girasol, por esos productos entraron casi US$100.000 millones en los últimos tres años", calculó el economista Carlos Melconian. El analista remarcó que "en el funcionamiento de la economía argentina está siendo preponderante ese factor, más por el ingreso de dólares que por la retención que se les cobra, sin subestimar la parte fiscal". Pero, el panorama no es tan positivo, pues la cada vez más importante dependencia de la soja pone en peligro a la economía doméstica, pese a que el discurso K habla de "promover la industrialización en el país". No solo se refuerza la dependencia de China sino que además vuelve al país vulnerable ante los vaivenes que sacuden a los mercados. La producción de la soja crecerá en el país al ritmo de un 3% anual, mientras que el área sembrada aumentará un 1,4% por año, según un informe elaborado por la 'Fundación Mediterránea', según publica el diario 'Hoy'. Se trata de la principal fuente de ingresos del kirchnerismo, que ata así su suerte al valor de este grano. Una caída en el precio (algo esperable debido a que ya está sobrevalorado) traería graves consecuencias a la economía nacional, sin que se hayan tomado los recaudos para evitarlo, y los primeros en pagar los platos rotos serán los ciudadanos comunes, que deberá afrontar un escenario de recesión.

En diálogo con 'Clarín', el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, se refirió a la "sojización total": "en los últimos años hemos perdido 12 millones de cabezas de vacunos (...). Si no hay cambios, el país marcha hacia una sojización total".

Según la entrevista, Biolcati diagnosticó que la política implementada en ese lapso "ha destruido la productividad, la rentabilidad y la inversión en el sector". Entre otras cosas, esto fue lo que dijo:

- ¿Cuál es la herencia que dejan 8 años de gestión kichnerista para el sector agropecuario?

- Fue un período signado por trabas a la exportación, de partir del concepto equivocado de desvincular los precios internos de los internacionales, pretender desvincularlos a través de reservas de alimentos en el mercado interno por encima de las necesidades. Ese desacoplamiento terminó en condiciones muy ruinosas, que le costó mucho ver al gobierno. Se aplicaron retenciones confiscatorias, y el conflicto por la 125, terminó de destruir la relación, y llevó a este empecinamiento en continuar con una política que ha destruido la productividad, la rentabilidad y la inversión en el sector, un poco motivado por la necesidad de caja y otro poco por una ideología y un resentimiento.

- ¿Cuáles fueron los sectores más perjudicados por esta política?

- El tema más escandaloso es el de la carne. En los últimos cinco años perdimos 12 millones de cabezas, el equivalente al stock de Uruguay. Perdimos los primeros puestos de exportación de carne en el mundo. Nos superó Brasil, Uruguay, y Paraguay. Caímos más de 20 por ciento en producción, y bajó de 70 a 50 kilos el consumo por habitante al año por la escasez y el consiguiente aumento de precio, y la convirtió en un alimento caro. También se perjudicó muchísimo a la lechería. Ante un buen precio internacional, se fijó un precio de corte para la leche en polvo. Las exportaciones que superaban ese corte, la diferencia iba toda para el gobierno, impidiendo la inversión. En trigo, las trabas a la comercialización, la discrecionalidad con que se otorgan los ROE, la fijación de cupos, destruyó el mercado, impidiendo la competencia. Eso desalentó la producción. Y sin ninguna necesidad, porque su producción triplica las necesidades del mercado interno. El único producto en el cual se puede canalizar los esfuerzos del sector es la soja, con un 35% de retenciones que significa caja fácil para el Estado. Es todo soja; el gobierno dice haberla combatido y la convirtió en un monocultivo en Argentina, con los consiguientes problemas, como el desarraigo de las poblaciones. Es una política contraria a lo que han predicado. A los precios internacionales actuales y las retenciones, el país marcha hacia una mayor sojización porque es el único producto que deja alguna rentabilidad. Es lo que el Gobierno busca.

(...)

- ¿Cuáles serían las consecuencias para el sector si hubiera una recesión mundial?

- Hoy si los precios caen nos vamos a encontrar en serios problemas. (...)

Según publicó este lunes el diario 'La Nación', la Argentina recibe más divisas que Brasil por exportaciones de soja, pese a que su producción es menor, según un trabajo elaborado por sectoresonline.com, la línea sectorial de la consultora abeceb.com, que compara la conformación del complejo oleaginoso de ambos países.

En 2010, las exportaciones de todos los productos de la soja (poroto, harina, aceite y biodiésel) representaron para la Argentina ingresos por US$ 27.140 millones, mientras que el país vecino percibió US$ 18.346 millones. Aquí, la cosecha fue de 49 millones de toneladas, mientras que en Brasil llegó a 75 millones de toneladas.

Actualmente, la industria procesa alrededor de 39 millones de toneladas, cuestión que en una década obtendría una suba de más del 43%. En ese marco, el esquema productivo del país no se modificaría y agudizaría su dependencia. Sin embargo, China (principal mercado) podría restringir sus compras a causa de la crisis mundial y así generar un desplome en el precio de la soja, lo que sería la cristalización de los pronósticos de muchos que ven la debilidad de un modelo productivo basado en la exportación de productos primarios sin valor agregado.

"Esta situación genera una dependencia, ni siquiera de la vieja estructura primaria, sino de un solo producto. El modelo se torna extremadamente vulnerable", indicó a Hoy el economista Claudio Katz.

Además, resaltó que el desarrollo de la sojización no sólo atenta contra la industria nacional, sino que impone "una cultura sin campesinos, que terminan siendo desalojados, y también el desplazamiento de los pequeños productores". A su vez, Katz cuestionó el modelo económico K: "El avance prioriza una alianza con los grupos industriales más concentrados. Una política progresista es revertir la situación actual y retomar viejos instrumentos como la Junta Nacional de Granos, para que toda la actividad no esté centrada en algunas empresas. En el país son quince las compañías que monopolizan la comercialización".

Según el informe mencionado de la Fundación Mediterránea, mientras se prevé un crecimiento del sector hasta la campaña 2020-2021, en el transcurso de esos diez años el millonario negocio de la oleaginosa generará apenas 48 mil puestos de trabajo. Esta cifra contrasta con la necesidad de empleo digno que hay en el país, donde la desocupación se encuentra entre el 7,3% (según el INdEC) y el 10% (según privados). A eso hay que sumarle que el trabajo en negro ronda el 30%.

Lo que se pretende, más allá de la discusión sobre el proceso de la dependencia de la economía nacional con la comercialización de la soja, es aquella que se desprende y que apunta a dilucidar los puntos débiles de la producción nacional.

"El problema no es la sojización en sí misma. Los problemas de fondo tienen que ver con los límites históricos de la economía argentina, que no ha logrado desarrollar una industria sostenible más allá del agro", señaló a Hoy Juan Kornblihtt, doctor en Historia y becario post doctoral del Conicet que hace años viene realizando investigaciones en torno al desarrollo histórico de la economía argentina.

A su vez, el miembro del Centro de Estudio e Investigación en Ciencias Sociales (Ceics) cuestionó el llamado "modelo de inclusión social" del Gobierno y sus anuncios respecto al crecimiento de la industria automotriz. En ese sentido, advirtió que "las once plantas automotrices (establecidas en el país) no alcanzan la productividad de una sola planta en los Estados Unidos".

"El gran desarrollo industrial no es más que una política de subsidios y un gran despilfarro, como pasa con los fondos del Anses que se utilizan para financiar a estas empresas (automotrices) y bancos. En realidad, no cambió nada en lo que hace a la matriz industrial, lo que generará que cuando caigan los precios internacionales de los productos agrícolas, se va a poner en evidencia los límites de la industria", afirmó Kornblihtt, quien agregó que "la recuperación del empleo va de la mano de lo que es el empleo informal y tercerizado", y que con la crisis internacional y una posible devaluación del real en Brasil, "lo primero que va a ser atacado van a ser esos puestos de trabajo".

Entradas populares

ARCHIVO DEL BLOG