HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 29 de julio de 2011

Antiguo conventillo de Buenos Aires
EL CONVENTILLO DE LOS FERNÁNDEZ


Supieron ser "Los Fernández" del gabinete nacional, durante la gestión de Néstor Kirchner. Aníbal, ministro del Interior, y Alberto, jefe de Gabinete. Nunca un sí ni un no, en pos de la defensa contundente del kirchnerismo naciente. Esta semana, el dúo regresó en formato teatral, subgénero grotesco, por carta y vía Twitter. Un conventillo.

La secuencia fue así: Cristina Kirchner dijo que su ex jefe de Gabinete terminó siendo el "vocero" del Grupo Clarín en el Gobierno, Alberto le contestó recordando que la Presidente era quien invitaba a los directivos de Clarín a la residencia de Olivos, y Aníbal salió en defensa de la jefa de Estado.

En una carta titulada "Mi respuesta a Alberto Fernández", publicada por el diario La Nación, lo llamó "soldado incondicional de Domingo Cavallo", misógino y mentiroso. Y el ex jefe de Gabinete no se quedó atrás: dijo que era un "barrabrava".

La discusión es, cuanto menos, decadente. Se vea del Fernández del que se mire.
Primero, porque desde 2003 hasta su salida del Gobierno, ya cuando Cristina Kirchner era jefa de Estado, Alberto Fernández también militó en las huestes de los fanáticos del relato único, del que ahora acusa a la Presidente. "Yo sé bien que usted cree en la necesidad de construir un relato propio sobre la realidad que ampare el mundo dual en el que vive", le endilgó por carta a su ex jefa política.

Pero Alberto fue quien en 2008 defendió desde la total intransigencia, por ejemplo, la resolución 125, que imponía retenciones móviles durante la crisis con el campo. Por entonces, acusó a los ruralistas de generar desabastecimiento y de ser unos "locos".

En aquellos días, el dúo funcionaba a la perfección. Su compañero de Gabinete, Aníbal, se alineaba a su jefe de ministros, y ni se le ocurría recordar públicamente el pasado cavallista de Alberto, que luego de ocho años eligió recordar.

"Puede ser que haya acompañado -según él dice- a Néstor Kirchner desde cuando sólo un 2% de los argentinos sabían de él, pero no nos olvidemos de que antes fue un soldado incondicional de Domingo Cavallo, a quien conocía el 100% de los argentinos, y por políticas que estaban precisamente en las antípodas de la visión de gobierno de los Kirchner. ¿Se acuerda de que fue diputado por la lista de Domingo Cavallo?", pregunta Aníbal en una carta pública a Alberto Fernández.

Claro que Aníbal también tiene -como todos los mortales- un pasado. Fue primero menemista, y luego ministro de Eduardo Duhalde, aunque en broma diga ahora que es “duhaldista portador sano". Alberto podría justificarse de la misma manera.

La guerra discursiva comenzó esta semana a raíz del adelanto de un libro en el que Cristina Kirchner cuenta su vida casi en primera persona. En la biografía autorizada, la Presidente, otrora inseparable de Alberto Fernández, lo acusa de haber sido "vocero" del Grupo Clarín dentro de su Gobierno. "Créame que no hace falta fabular batallas para parecer heroica", contestó Alberto, conocedor de sus fortalezas y debilidades.

Hubo silencio oficial al respecto. Pero Aníbal, cual caballero andante, escribió un texto regado de ácidas acusaciones para Alberto, que abandonó el Gobierno después del voto no positivo del vicepresidente Julio Cobos en contra de las retenciones móviles.

El actual jefe de Gabinete ya lo había cruzado. Hace apenas unos meses, por Twitter, Aníbal escribió: "Alberto Fernández se cagó en la amistad de Néstor Kirchner. Cuando iba a Santa Cruz, dormía en la cama de Máximo (el hijo del ex presidente)".

Y Alberto respondió: "Necesita un psicólogo que resuelva su complejo de inferioridad. Aníbal se ha convertido en un energúmeno verbal, yo renuncié a mi cargo porque tenía diferencias con Néstor y Cristina".

Incluso lanzó una enigmática advertencia que sería interesante aclarara en nombre de la verdad histórica que invoca en su misiva: "Si él revisa lo que me debe a mí personalmente, se daría cuenta que no tendría que hablar así".

Los cruces no son precisamente sobre temas de fondo, o de aporte al debate nacional. Más bien, se ajustan a aquella frase que el mismo Aníbal Fernández utilizó para referirse a un cruce subido de tono entre mujeres peronistas (Cristina Kirchner y Hilda Duhalde) en un Congreso del PJ en marzo del 2004. "Es una discusión de alta peluquería", diagnosticó por entonces el ministro, con una dosis de desprecio. Hoy esa peluquería se llama "Los Fernández". z we
Dos bigotes en pugna

* Supieron ser “Los Fernández” del gabinete nacional durante la gestión de Néstor Kirchner.

* Ahora, Cristina dijo que su ex jefe de Gabinete terminó siendo el vocero del Grupo Clarín en el Gobierno y Alberto salió a contestarle.

* Tildó a la Presidenta de “mentirosa” y Aníbal lo cruzó en defensa de la jefa de Estado.

* Protagonistas de una discusión decadente, Aníbal lo llamó “soldado incondicional de Cavallo”. Y Alberto le endilgó el mote de “barrabrava”. La pelea seguramente continuará.

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