HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

jueves, 14 de julio de 2011

EL GOBIERNO BUSCA CONGRACIARSE A CUALQUIER PRECIO CON LA BANCA INTERNACIONAL EN POS DE LA CONTINUIDAD.


EL GOBIERNO CIRCULÓ UNA NUEVA PROPUESTA INFORMAL ENTRE LOS PAÍSES ACREEDORES.

Se destrabó la negociación con Club de París y avanza un acuerdo por la deuda.

La semana próxima se reúnen representantes del Club. Tratarán el caso argentino. Las partes están más cerca. Europa se muestra predispuesta, pero falta convencer a EE.UU.

Luego de meses de un virtual estancamiento en las negociaciones entre el gobierno argentino y el Club de París, las conversaciones se reactivaron en los últimos días y según fuentes vinculadas a la operación podrían llegar a buen puerto en un plazo relativamente corto. El Ministerio de Economía circuló informalmente entre los países miembros del Club un nuevo ejercicio de pago que a priori fue catalogado por los acreedores como “más cercano” a sus aspiraciones.

Las partes parecen ir acercando posiciones y la última propuesta argentina –que tendría un plazo de pago en torno a los 5 años– será debatida informalmente la semana próxima en la reunión mensual que tendrán los representantes del Club de París. Dentro del organismo hay dos posturas bien diferenciadas. Por un lado los principales acreedores de Europa (como Alemania, Francia, España y Holanda) lucen más permeables a cerrar un acuerdo rápidamente porque la crisis financiera en ese continente (que ya generó corridas contra Grecia, Irlanda, España, Italia y Portugal) amenaza los balances de los bancos públicos y privados con cuantiosos títulos de estos países en sus carteras. Sacar de la categoría de default al menos a los préstamos concedidos a la Argentina sería un alivio, aunque marginal.

Del otro lado se ubican los Estados Unidos, que mantiene una postura más dura respecto a la Argentina. En particular tras el incidente diplomático que involucró la valija decomisada en Ezeiza con material bélico de inteligencia. Y aunque el tema se resolvió diplomáticamente semanas atrás, sus esquirlas aún perduran a nivel bilateral.

El Club de París continúa aceptando renegociar la deuda sin involucrar al FMI. Aunque reclama una propuesta que considere “aceptable” para sentarse formalmente a conversar. Hace unas semanas divulgó la cifra de la deuda de la Argentina con el organismo, que estimó en u$s 6.743 millones. Pero el monto no incluye los intereses compensatorios y punitorios desde la cesación de pagos (ocurrida a fines de 2001) que llevarían el pasivo hasta un número en torno a los u$s 8.500 millones.

En el Gobierno intentan acelerar las negociaciones para presentar el acuerdo como una ofrenda electoral a Cristina Fernández, en el marco de la campaña para las elecciones presidenciales de octubre. Será vendido como el retorno pleno de la Argentina al circuito financiero mundial. De hecho, es la última porción importante de deuda en default sin regularizar.

Meses atrás el Gobierno circuló otro ejercicio informal de propuesta de pago que contenía un mecanismo similar al cupón atado al PBI que popularizó Roberto Lavagna al renegociar la deuda con los bonistas en 2005. La idea es supeditar el pago de la deuda al crecimiento del país.
Entre los principales acreedores de la Argentina en el Club de París se encuentran Alemania (30% de la deuda), Japón (25%), Holanda (9%), Italia (8%) y Estados Unidos (7%).

Inversiones

Para el Gobierno es un paso significativo regularizar la deuda con el Club porque permitiría destrabar un flujo de inversiones que hoy están impedidas de llegar al país. Sucede que las principales agencias de inversión de las naciones acreedoras tienen prohibido invertir en aquí hasta tanto cese el default. Algunos estudios privados estiman que se trata de un flujo de inversiones por alrededor de u$s 8.500 millones, a largo plazo y haciendo un cálculo conservador.

Por caso, dos de las últimas centrales termoeléctricas que se construyeron en la Argentina –AES Paraná y Central Puerto– se levantaron con préstamos de los bancos de Japón y de Alemania, respectivamente.

Entradas populares

ARCHIVO DEL BLOG