HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 23 de mayo de 2011

ENTREVISTA: ROBERTO LAVAGNA

“El Gobierno prohíbe las importaciones y eso no da ningún resultado”

Para el ex ministro de Economía se ataca la salida de capitales y una posible disminución de las reservas generando conflictos comerciales.

Por SILVIA NAISHTAT en CLARÍN

El piso es art deco con vista a la 9 de Julio. El cuadro de Daniel Santoro muestra un obrero llorando la partida de Perón en la cañonera, tras el golpe de 1955. Y Roberto Lavagna muestra la tapa del libro que saldrá en pocos días. Lo tituló El desafío de la voluntad y es sobre los 13 meses “cruciales” de su primera etapa en la gestión, que arrancó en abril de 2002 con Eduardo Duhalde hasta mayo de 2003 cuando asumió Néstor Kirchner. Para evitar suspicacias, Lavagna aclara enseguida que en estas elecciones, “no estoy con Duhalde ni con Alfonsín”.

Pocas veces la relación entre el peso y el real fue tan favorable a la Argentina. Sin embargo hay déficit comercial con Brasil. ¿A qué lo atribuye?

La política de inversión en ambos países es muy distinta. Argentina, desde 2006, tiene un nivel de inversión insuficiente. Las mejoras de productividad y de competitividad no se han dado y el tipo de cambio se ha movido en sentido contrario. El gobierno reacciona por la baja inversión y la salida de capitales, generando conflictos con nuestros clientes, con Brasil, con China y Europa. Prohíbe importaciones y eso no da ningún resultado. Los controles a las importaciones tienen que ver, además, con que este año las reservas del país pueden llegar a caer. Insisto: están saliendo capitales a un ritmo importante.

Usted mencionó un tipo de cambio que va en sentido contrario ... ¿hay que ajustar, devaluar?

La devaluación no soluciona absolutamente nada. Cuando nos tocó asumir en 2002, la inflación mayorista era de 19,9% mensual, íbamos camino a la hiper inflación. Pero hubo un programa para frenar el proceso inflacionario y pudimos terminar con un tipo de cambio real alto, bueno para la competitividad de la Argentina. Aquí no se trata del dólar, hace falta un programa económico con capacidad de crear empleo y atraer inversiones que es todo lo contrario a lo que viene ocurriendo desde 2006 en adelante.

Muchas empresas están ganando plata ... ¿Por qué falta inversión?

Hay baja inversión porque hay salida de capitales. La tasa mínima de aumento de inversión en la Argentina es de 20% y el último año que estuvo por encima del 20% fue 2005. Hay un retraso de inversiones agravado por costos internos que no se reflejan en el tipo de cambio. Hemos pasado de un tipo de cambio real de 1,80 pesos por dólar a casi uno a uno como en los tiempos de la convertibilidad. El superávit fiscal ha desaparecido y de allí, el uso de distintas cajas por parte del Gobierno para financiarse como la de ANSeS.
¿Qué queda del programa de dólar alto y superávit comercial y fiscal?

Del programa económico y social del año 2002 no queda nada. Lo único que sobrevive es la idea de que sin aumento del consumo, no hay crecimiento. Pero consumo, como el actual que es sin inversión, genera inflación. Hasta 2006 se hizo centro en el consumo como generador de inversión y productividad. En los últimos años lo único que se hace es alimentar la inflación.

¿Con el escenario que describe, hasta cuándo dura el boom de consumo?

Este es un año donde no va haber cambios, pero ese contexto de alto consumo irá acelerando la inflación.

¿ Cree que la inflación se puede espiralizar?

No, salvo problemas graves en el sector externo.

El vice ministro Roberto Feletti define este proceso como populismo sustentable ...

Es populismo. No creo que sea sustentable.

¿Qué opina de la designación de directores estatales en representación de las acciones de la ANSeS en las empresas?

No hay que verlo con los ojos de la ortodoxia conservadora que se desgarra las vestiduras o alegremente como si fuera una medida revolucionaria, como lo hace la izquierda populista. Hay que ponerlo en el contexto de un programa global. Y preguntarse si una medida de esa naturaleza ayuda a un país que necesita aumentar la inversión y el empleo que depende de la inversión. Hecho como está hecho no ayuda. Es un problema práctico. En un país donde hay un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan, donde los niveles de desempleo de mujeres de hasta 29 años es alto, lo que se necesita es crear empleo de calidad y la única forma es con más inversión. Si la medida no ayuda a la suba de la inversión, no sirve.

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