24 DE MARZO DE 1976: CAE EL GOBIERNO CONSTITUCIONAL DE ISABEL PERÓN
UNA AMPLIA CONSPIRACIÓN DESTITUYENTE, QUE INCLUYÓ A LAS FUERZAS ARMADAS, ORGANIZACIONES GUERRILLERAS, LOS PRINCIPALES DIARIOS Y MEDIOS, EMPRESARIOS, SINDICALISTAS, LEGISLADORES Y DIRIGENTES POLÍTICOS DE VARIADO COLOR, EMBAJADAS Y AGENTES DE TODO TIPO, PRODUJO EL GOLPE PARA "...TUMBAR LAS CHIMENEAS ARGENTINAS".
El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban y venían promoviendo, una Junta de Comandantes derrocó el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como Isabelita, tras veinte meses de gobierno (entre 1974 y 1976). La Junta, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti, asumió el poder y designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Asimismo dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el gobierno con igual participación. De esta manera comenzó el audodenominado "Proceso de Reorganización Nacional", y una vez mas se dio rienda suelta al ensañamiento histórico contra todo lo que tuviera que ver con el peronismo. La presidenta depuesta fue detenida, trasladada a Neuquén y alojada en el "Palacio Mesidor". A pesar que Isabelita siempre se dio al silencio, con la dignidad característica de una verdadera militante peronista, al ser liberada y llegar en calidad de exiliada a Madrid, allegados lograron preservar algunos de sus comentarios, los cuales muestran el padecimiento y tortura a la que fue expuesta: “En el Mesidor creí que podría llegar a enloquecer o morir envenenada pero la oración me fortalecía. Lo más torturador era la prohibición de lecturas. Ni diarios, ni revistas. Tampoco radio, y las visitas de familiares fueron contadas y cortas. La agresividad de mis guardianes habían impuesto mi silencio absoluto, como también entre cuantos carceleros se cruzaban conmigo. Cuando me traían la comida no me respondían ni a la pregunta de si el alimento tenía o no sal".
“Mi única compañía era la mucama. Con ella, afectuosa conmigo, si podía hablar a puertas cerradas, cuidando las palabras por temor a escuchas. Ella trataba de consolar mi aislamiento del mundo. Solíamos cantar en voz baja canciones de la infancia en las partes que recordábamos. También rezábamos mucho. Todo en un espacio reducido del edificio, sin enterarme nunca si habían otros huéspedes o detenidos en el Mesidor. El silencio era absoluto.
“En ese tiempo se me entregaron muy pocas cartas de familiares y algunas prácticamente ilegibles por las mutilaciones del texto censurado. “El corte a rape de mi cabello, sin consulta previa, fue una fiesta para los carceleros. Eso me hacía recordar que durante la liberación de París, a finales de la Segunda Guerra Mundial, era un castigo aplicado a prostitutas y colaboracionistas."
Las principales acciones del gobierno de facto fueron:
Suspensión de la actividad política, los derechos de los trabajadores y la vigencia del Estatuto del Docente.
Intervención de los sindicatos, la CGT y la Confederación General Económica (CGE)
Prohibición de huelgas; disolución del Congreso y de los partidos políticos.
Destitución de la Corte Suprema de Justicia.
Clausura de locales nocturnos, se ordena el corte de pelo para los hombres.
Quema de miles de libros y revistas considerados peligrosos y censura de los medios de comunicación.
La "desaparición" fue la fórmula más siniestra de la "guerra sucia": el "objetivo" era secuestrado ("chupado") por un comando paramilitar ("grupo de tareas" o "patota") donde, convertido en un número y sin ninguna garantía legal, quedaba a merced de sus captores. La desaparición de personas fue un programa de acción, planificada con anticipación, estableciéndose los métodos por los cuales llevarlo a la práctica: arrojando a los "desaparecidos" al Río de la Plata (previa aplicación de sedantes) desde aviones o helicópteros militares y en fosas comunes; fusilamientos y ocultamiento de cadáveres, sin ningún tipo de identificación.
Hubo miles de desaparecidos, la Conadep constató más de 9.000 casos y los organismos de derechos humanos hablan de más de 30.000, a continuación presentamos un cuadro, según información del Informe de la Conadep, Nunca Mas, Eudeba, 1984, donde se muestra la distribución de desaparecidos según profesión u ocupación, la cual como siempre lleva a la cabeza a los trabajadores:
Obreros: 30,0%
Estudiantes: 21,0%
Empleados: 17,8%
Profesionales: 10,7%
Docentes: 5,7%
Autónomos y Varios: 5,0%
Conscriptos y personal subalterno de las Fuerzas de Seguridad: 2,5%
Amas de casa: 3,8%
Periodistas: 1,6%
Actores y artistas: 1,3%
Religiosos: 0,3%
FUENTE: 62 ORGANIZACIONES PERONISTAS de ROSARIO