PARANÁ METAL

Tomada furioso con Cristóbal López por el vaciamiento de Paraná Metal.

Los representantes del empresario kirchnerista no fueron a las últimas reuniones en el Ministerio de Trabajo y enviaron una nota en la que informaban que se mantenían firmes en su propuesta de despedir 2/3 de los trabajadores y reducir un 30% los salarios. “Leone -director de la compañía- le comunicó a Tomada que la consigna era no poner ni un peso más en la fábrica y que si querían mantenerla abierta que se hiciera cargo el Estado”, contó a LPO una fuente que participó de las negociaciones.

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, está furioso con Cristóbal López. El empresario kirchnerista se retiró de las negociaciones para destrabar el conflicto en Paraná Metal y hace una semana que no envía sus representantes a las reuniones en la sede de la c artera laboral.

La única propuesta que le giró al funcionario a través de un escrito es la de despedir 2/3 de los trabajadores y reducir un 30% los salarios.

“Carlos Leone -director de la compañía- le comunicó a Tomada que la consigna era no poner ni un peso más en la fábrica y que si querían mantenerla abierta que se hiciera cargo el Estado”, contó a La Política Online una fuente que participó de las negociaciones.

Y esa fue, en parte, la última propuesta que recibieron y rechazaron los operarios en Trabajo. Se les garantizaba que iba a mantener los 900 puestos de trabajo –y no echar los 600 que pretende Cristóbal López-, se les ofrecía que 300 cobraran un salario normal, mientras que a los suspendidos se les pagarían sueldos de $1.850 de los cuales 1.750 eran subsidiados por el Estado y sólo 100, salían de las arcas del zar del juego. De las quincenas adeudadas a los trabajadores que tomaron el retiro voluntario sólo se haría cargo de la mitad.

Los trabajadores se negaron a aceptar la propuesta que, además, escondía lo que llamaron una “obstaculización de la libertad sindical”. Si bien reconocen los nuevos delegados pero sólo pueden funcionar si les toca trabajar y si están suspendidos no pueden entrar a fábrica, contaron fuentes del gremio y se quejaron de la flexibilización laboral. “Quieren que un operario haga el trabajo que hoy hacen dos o tres para mantener a más cantidad de trabajadores suspendidos”, contaron.

Vaciamiento

Paraná Metal fue una de las primeras empresas que comenzó con los despidos masivos. Por la crisis económica global, el 16 de diciembre de 2008 anunció que despediría a los 1.200 trabajadores y cerraría la planta de autopartes instalada en Villa Constitución.

Por la intervención del Gobierno, lograron acordar que se suspendieran y bajaran los salarios de los operarios a cambio de que mantuvieran las fuentes de trabajo, mientras desde la gestión kirchnerista buscaban un comprador que quisiera hacerse cargo de la empresa.

En ese momento entra en escena el zar del juego, quien –con clara intenciones de comprarla- inyectó $7 millones a los fondos de la fábrica para pagar los salarios atrasados y mantener una producción básica de 1.100 toneladas mensuales.

Pero la buena noticia duró poco. En marzo y abril se presentaron los primeros retrasos de sueldos y en mayo los trabajadores pararon por 15 días la planta ubicada en Villa Constitución porque no la empresa no cumplía con las paritarias. Según los trabajadores, las inversiones en maquinarias y tecnología que prometieron en un principio, nunca se hicieron

“Cambiaron algunas chapas y acomodaron el comedor de los compañeros. Nada más. Y ya nos dijeron que Paraná Metal va a tener que solventarse por lo que ingresa y egresa, y que ellos no van a inyectar más capital. Hasta ahora venían poniendo $2 millones mensuales”, explicaron desde la UOM en ese momento y hoy analizan que Cristóbal López busca vaciar la fábrica, llevarla a la quiebra y recomprarla a través de otra empresa. En su mejor momento, la planta llegó a producir unas 7.000 toneladas.

“Desde que desembarcó en la planta quiso deshacerse de la mitad de los trabajadores, ahora dice que no es viable y se escuda en que de Ford Brasil suspendió las compras a Paraná Metal –hace casi tres meses dejó de adquirir los block de motor que representan el 95% de la producción de la autopartista- para dejarla al borde de la quiebra”, señalan.

En una solicitada que el empresario publicó en los medios locales, responsabilizó a los trabajadores por la caída de este cliente. Dice que la decisión de la automotriz brasileña se dio por la incertidumbre que generó el paro realizado por los trabajadores en mayo, tras dos meses de retraso en el pago de sus sueldos, generó que la compañía brasileña.

“La empresa se venía quejando mes a mes porque desde que asumió la dirección Cristóbal López las fallas en los blocks pasaron a ser el doble y nunca le dieron bola a los reclamos”, contó Rolando López, delegado de los metalúrgicos en Paraná Metal.

Pero más allá de señalar culpables, lo cierto es que Ford Brasil avisó que revisaría su decisión en octubre, “pero si la empresa está en conflicto y al borde de la quiebra, no van a comprarnos. Ni Ford, ni ninguna otra automotriz”, apuntó el delegado.

La empresa de Cristóbal López no presentó el plan de negocios a principio de agosto y dejó a Paraná Metal al borde de la quiebra y continuaron el bloqueo de la Autopista Buenos Aires-Rosario que comenzaron hace dos semanas.

FUENTE: lapoliticaonline