HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 18 de junio de 2010

EL PELIGRO DE LA TIBIEZA

Motivado por algunas encuestas favorables, Kirchner reforzó su presencia en el Conurbano. Pero algunos intendentes y dirigentes políticos no estarían poniendo toda la carne al asador. Los peligros de jugar a dos puntas.

Néstor Kirchner está decidido a capitalizar, al máximo, esa suerte de recuperación de la imagen del Gobierno que muestran algunas encuestas. Y para ello planificó una serie de desembarcos en el territorio bonaerense, especialmente en el Conurbano, que es la madre de todas las batallas en términos electorales.
El último acto se realizó el miércoles por la noche, en el populoso distrito de La Matanza. Hasta allí llegó Kirchner para participar de una misa por la salud del vicegobernador y ex intendente de ese distrito, Alberto Balestrini, y luego se sumó a un mitin político que se realizó en el Club Huracán de San Justo. El rasgo distintivo fue la poca movilización y entusiasmo que mostraron varios de los intendentes peronistas que participaron de ese evento, que se realizó en el corazón del poderío electoral del PJ bonaerense.

Todo indica que algunos de los barones del Conurbano (expertos en sobrevivir a las tormentas políticas), que se convirtieron en los últimos años en los principales socios políticos de Kirchner, habrían comenzado a medir su apoyo. Y una actitud similar habrían adoptado otros dirigentes, como el líder de la CGT, Hugo Moyano.

“Si hubiera una decisión política, solamente Moyano metía 3 mil camioneros en el acto, pero apenas se vieron”, le dijo a Hoy un importante dirigente cercano a los K. Y agregó: “Se trata de un juego peligroso, dado que estamos en un momento donde no puede haber tibios”.

Kirchner está dispuesto a otorgar una gran amnistía para perdonar a todos los intendentes que fueron catalogados, luego de las elecciones de 2009, de traidores. Todo suma en su objetivo de evitar el balotaje en las presidenciales de 2011. Pero siempre hay un límite, y el ex presidente no dejará de meter presión. Por eso, ayer trascendió que los intendentes ultrakirchneristas empezarán a recorrer otros distritos para intentar sumar voluntades y convencer a los jefes comunales que aún están en duda, utilizando para ello la realización de actos con mucha liturgia peronista. Lo harían cada 15 días. Primero en los distritos más populosos, y luego en diferentes municipios del interior bonaerense.

En la lógica pingüina no suele haber mucho lugar para los matices: se está con el Gobierno o se es opositor. Los Kirchner no quieren saber nada con que haya dirigentes que puedan estar con Dios y con el diablo al mismo tiempo.

Pero hay un hecho que está jugando a favor de los K. Algunos intendentes que quisieron abrirse de la Casa Rosada (luego de las elecciones del año pasado) se encontraron con que no les esperaba un futuro demasiado halagüeño y que, en definitiva, era como tirarse a una pileta sin saber si hay agua. Los temores tienen un fundamento concreto: el PJ disidente se ha convertido en un rejunte de dirigentes con olor a naftalina, a los que les cuesta horrores poder encontrar mínimos consensos, y que no tienen un liderazgo definido.

El miércoles último se oficializó un nuevo espacio, encabezado por un crítico sui generis de la administración K: el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, que reunió en su provincia a algunos intendentes como Pablo Bruera (La Plata) y Sergio Massa (TIgre). El grupo fue bautizado como Los Sub 40, aunque algunos de los que impulsan la iniciativa ya hace tiempo que están peinando canas. Difícilmente, ese sector pueda ocupar un rol determinante en el justicialismo, que siempre se ha caracterizado por su estructura de mando vertical.

Moyano también está en un momento de definición. Descartada prácticamente su candidatura a gobernador bonaerense, ahora apunta todos sus cañones para mantener la conducción del Partido Justicialista, ante la ausencia de Alberto Balestrini. El dirigente camionero sabe que controlar la estructura partidaria es clave a la hora de sentarse a negociar los lugares en la listas: el titular de la CGT quedó más que disconforme por el reparto que se hizo en las elecciones legislativas de 2009, por lo que ahora busca hacer valer su peso político y el apoyo que siempre les dio a los Kirchner.

A este complejo panorama se le suma la pelea subterránea, que se está dando en el seno del kirchnerismo, para definir quién ocupará el lugar de Balestrini como vicegobernador. El quilmeño Federico Scarabino ejerce, por el momento, el rol institucional de ser el presidente del Senado, pero la función de vicegobernador es mucho más que eso. Implica formar parte de una fórmula que, en el caso del oficialismo, volverá a estar encabezada por Daniel Scioli en los comicios de 2011.

Tal como lo viene informando Hoy, hay dos ministros de la Casa Rosada que ya se están poniendo el traje: en primer término, está el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, que ve la posibilidad de que ese cargo sea un trampolín para aspirar a la Gobernación en 2015, dado que Scioli no podrá acceder a otra reelección. Otro que tiene aspiraciones es el ministro del Interior, Florencio Randazzo, que por su falta de peso político ha quedado muy rezagado en la pelea, pese a que su función debería ser la de ministro político del Gobierno K.

FUENTE: DIARIO HOY

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