EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES PROLIFERAN LAS COCINAS DE DROGAS.
Con la rapidez con que crece un negocio tan ilegal como rentable, se calcula que en el territorio bonaerense ya funcionan entre 400 y 500 asentamientos donde se producen drogas, que tienen como destino el viejo continente. La materia prima entra por vía aérea, a través de los pasos fronterizos.
En la provincia de Buenos Aires crece un negocio mortal: la producción de estupefacientes. Es por eso que la proliferación de cocinas va en aumento en el territorio provincial, donde abunda la mano de obra barata, que son quienes se emplean para la producción, y se incrementa día a día la cantidad de consumidores, que hacen del narcotráfico un negocio redondo.
Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, aseguró a Hoy que “en la Provincia hay 400 y 500 cocinas operando”. Lo que facilita el armado de lugares de producción es que montar una cocina es una tarea sencilla: “Es bastante simple armar una cocina, hasta en un baño, un químico, puede hacerlo”, aseguró Izaguirre. El presidente de la asociación destacó que “la zona sur de la Provincia es el punto más álgido de la región: Lanús, Avellaneda. Desde ahí se busca a gente humilde que lleve adelante el negocio; y por ahí alguien pobre se hace millonario de la noche a la mañana; hasta que, como son inexpertos, terminan prendiéndose fuego, como pasó en tantas casas”.
La geografía no se equivoca, y no es casual que los lugares que se señalan como “zonas álgidas de producción” sean las regiones donde el delito golpea más fuerte. “Esto funciona como una red: las cocinas buscan vendedores minoristas que hagan la distribución, que son en general personas jóvenes, y a su vez tienen sus dealers. Hay que mirarlo a esto con una visión empresarial”, aseguró Izaguirre, dando cuenta del entramado de un negocio que de improvisado no tiene nada. “El problema es que muchos cocineros están tratando de quedarse con el negocio en determinadas zonas y presionan a los vendedores minoristas, como pasó en Monte Grande con la muerte del menor. Esto es así: plata o plomo”, expresó el presidente de la asociación, como resumiendo el modo de accionar de las bandas narcos.
Carteles
Izaguirre destacó a este diario que “en la Provincia están los cárteles mexicanos. Es una zona de exportación, usan el puerto Zárate-Campana para exportar a Europa. Se llevan 1.500 Kg de cocaína por viaje. Un buen servicio de inteligencia debería saberlo, pero es un enorme negocio”. El especialista en drogas destacó que en Argentina la producción está tercerizada: traen la pasta base de cocaína a las cocinas de la Provincia, y ahí se hace el tratamiento, la separan, la purifican. “Las cocinas se quedan con el 20% de la producción, más la comercialización de paco”, aseguró el presidente de la asociación, quien informó que “la cocaína de Argentina es muy buscada en Europa porque es muy pura”. Aunque resulta una paradoja que en Europa reconozcan como buena la producción de cocaína, en vez de elogiar la cría de ganado o los productos agropecuarios, lo peor es que la droga no solo trae la violencia de los consumidores, que en estado de locura son capaces de matar por un par de zapatillas, sino que además genera un clima de violencia, donde reina el ajuste de cuentas y el sálvese quien pueda.
Sin control
“Por el norte del país entran 120 aeronaves diarias, con hasta 600 Kg de drogas cada una. Los estupefacientes pueden ser transportados tanto por el piloto como por el copiloto, lo que incrementa las dosis importadas. Lo que se trae es pasta base, cocaína y marihuana”, aseguró el presidente de la Asociación Antidrogas. ¿Cómo es posible que cargamentos de estupefacientes crucen la frontera sin ser revisados? “Todo esto pasa porque Fuerza Aérea tiene prohibido controlar el espacio aéreo. Argentina y Africa son los únicos dos lugares donde pasa esto, y acá no hay quien los pare: vienen con droga y se van con efedrina. El diario Excélsior, de México, denunció cómo salían de Chaco aviones con efedrina, con la que después se produce el éxtasis y el cristal”, aseguró Izaguirre. Por su parte, Rubén Massobrio, presidente del Centro de Prevención de Drogas y Otras Adicciones de Lanús (Cedrolan), aseguró a este medio que “desde hace dos años notamos un fuerte incremento en las consultas por consumo de paco y paste base. Pero fundamentalmente en los últimos seis meses el crecimiento es notorio”. Massobrio reconoció, además, que “a diferencia de otros tiempos, ahora se ve mucha venta en plena calle. Antes era más oculto”. Lo que también preocupa es que lo que se consume resulta cada vez más nocivo para la salud. “Notamos una transferencia en el consumo de cocaína a pasta base y paco. Según nos cuenta la gente que acude al centro, los propios vendedores les dicen que no tienen cocaína, pero sí pasta base y paco, porque es mucho más redituable”. El paco puede provocar la muerte de una persona en cuestión de meses, y genera una dependencia tal que los consumidores parecen estar en un estado de somnolencia, en el que son capaces de hacer cualquier cosa con tal de conseguir otra dosis.
“Uno de los chicos que tenemos en el centro nos contó que llega a gastar entre 200 y 300 pesos por día”, aseguró el presidente del Cedrolan, dando cuenta de un negocio fabuloso para los productores de estupefacientes. Además, Massobrio hizo hincapié en que en el centro que funciona en Lanús Este “actualmente tiene 65 chicos en tratamiento, de los cuales el 25% consume pasta base y paco. Estamos en un 50 y un 50%. Con algunos ganamos y los recuperamos y otros, por el entorno social, vuelven a consumir”.
FUENTE: DIARIO HOY