MICKY, CRISTINA, BARCELONA

¿Será la gloriosa ciudad de Rosario sede fundacional del mamarracho progre que están pergeñando los Kirchner con los socialistas? A pesar de autodenominarse como grandes progresistas, los Socialistas Populares fueron siempre muy conservadores. Sobre todo en la tracción a conservar el poder sin importar precio. Como tienen que cumplir los mandatos de la terminal ideológica internacional, eso los ha deslizado por contractuales e imprudentes caminos políticos y culturales. No tanto como los socialistas orientales, aún. El gobierno santafesino sabe que con solo otear el horizonte, lo único que se divisa son incendios, siendo el principal el presupuestario. Importante condicionante para el espectáculo que nos disponemos a ver. A la ya conocida promoción de Rosario como Barcelona, en el peor sentido antropológico y teniendo en el intendente Miguel Lifschitz -Micky en la intimidad- como su principal impulsor, se va a sumar ahora la escandalosa adhesión socialista a las políticas de Cristina y marido. Ley de medios, posible formula Kirchner-Binner (o al menos su agitación temporaria), mendicante relación de dependencia, llamada al diálogo pero para jugar a las visitas y toda la batería de monstruosidades que en nombre de su progresismo nos deleitan cada día más. María del Carmen Alarcón sería una prueba fehaciente de estos acercamientos, no tanto de su inteligencia, como así también de su traicionera ambición. Por parte de Hermes y Micky veremos de ahora en más, ponderaciones al kirchnerismo en toda la gama de los grises. La historia de Rosario muy probablemente no acredite en este período, ninguna gloria significativa de su tradición de rebeldía con causa. Es nuestra esperanza y apuesta, que lo mejor y mal arriado de los rosarinos los convoque en un futuro inmediato a renovadas desobediencias conducentes. A los contrastes notorios de un Rosario pobre que nada tiene que ver con la prosperidad de Barcelona, apostamos a que los contrastes con una contracultura decadente sean el agresivo convocante del espíritu popular argentino movilizado por las calles Rosarinas.