UNASUR

Bariloche Top, dos días, una noche. Vea a los presidentes de Iberoamérica reunidos para resolver nada. A muchos les convenía esta suerte de montaje escénico a los que son tan afectos los Kirchner. Salvo, parece ser, al más poderoso de todos: Lula da Silva. "Yo no creo en una reunión con la televisión transmitiendo en directo, cada uno hablando a su público no tiene buen resultado", habría dicho el carioca, molesto por haberse dado cuenta tarde y ya sobre el escenario. Tampoco está muy feliz el presidente colombiano. Cristina está más preocupada en llenar con sus apariciones fashion, los televisores hogareños de la Argentina, que de cualquier guerra o bases militares yanquis, rusas, británicas y de la guerrilla. No importa lo que diga, lo que les importa es poner el rostro, hacer caras y gesticular. El resto, o no, lo pone el televidente. Esto ha sido todo un anticipo de las delicias que nos esperan con los proyectos oficiales de la nueva ley de Radiodifusión o como se quiera llamar la sustitución de un monopolio por otro y la de una extorsión por otra. Extorsiva, amenazante y monopólica disfrazada, es la iniciativa oficial para los medios de comunicación. Eso si, todo en nombre de la democracia, los derechos humanos y los desaparecidos. Suponemos que se no referirán a los goles. A los problemas reales y de estado, relativos al tema soberanía en la región, defensa de sus recursos naturales y lucha contra el narcotráfico y que son necesariamente tratables y que en quedado postergados una vez más, hubo que sumarles el estupidismo mediático, pero quizás rentable de los Kirchner. Uribe se debe estar preguntando como fue tan descuidado de venir a que le peguen y ser el malo del culebrón televisado.