NO ES UNA VACA CUALQUIERA

Quizás desde siempre la exclusiva y recurrente maniobra de los Kirchner, por cierto muy perversa para la Argentina pero eficaz como trampa, engaño y montaje circunstancial, haya sido intentar gorilizar al campo, los empresarios e industriales, la prensa, las capas medias altas urbanas y todo lo que caiga en la volada. Convengamos que en unos cuantos casos, mucho no les cuesta. Provocado fácilmente el gorilismo subyacente y enquistado en muchos argentinos aún, este concurre puntualmente en contribución, ad honorem, de los planes para los que ha sido convocado. ¿Y porque todo esto, porque habrían de realizar, los Kirchner, semejante despropósito? En principio diremos que para que van a hacerlo bien, pudiendo hacerlo mal o espantoso. Pero la principal razón es una fenomenal actuación. De la especulación financiera pasaron a la especulación política. Recordemos que hoy la verdadera e intocable oligarquía, es la financiera. De pronto se encontraron con un poder concedido y con una poderosa caja que parecía eternamente jugosa. ¿Cuánto tiempo tenemos?, se preguntaron. Tenían que pintarse la cara y contender contra algo y así parecer que estaban peleando por gobernar la Argentina. Primero fue contra los “resabios de la derecha” y la bandera de los derechos humanos. Pero llegó un momento que fue insuficiente y activaron el “módulo antioligárquico”, onda daguerrotipo de la vieja Sociedad Rural y empezaron a hacerse los peronistas ortodoxos por un rato y paladines de la justicia social. Por algo Biolcatti, bien asesorado, habla no sin razón, de la pobreza extrema y creciente en nuestra patria y sugiere las principales responsabilidades, no sin antes ponerse en paralelo con los pobres del campo. A pesar de los esfuerzos publicitarios de unos y otros, para manejar la iniciativa de una agenda mediática de la disolución nacional, el argentino común ya sea del campo o la ciudad, se resiste heroicamente a convertirse en pasto para las fieras, todas ellas. Por más que los dirigentes de las entidades agropecuarias estudien y midan cuidadosamente todas sus palabras, es mucha la desconfianza y bronca que despiertan y provocan, en la dirección de su irrepresentatividad respecto del corazón mayoritario de la labor rural como medio de vida de cientos de miles de argentinos humildes y trabajadores. No casualmente, la espada de Damocles de la Mesa de Enlace, doblegada circunstancialmente, fueron los autoconvocados. Bah, el pueblo sin aditamentos. La democracia social y directa, emergió desde las profundidades como un grito que perturbó a los poderosos y sus empleados. La pelea del campo fue como una pintura de un futuro posible y superior para los argentinos. Mal que les pese a los usureros de toda laya que detentan el poder y la nefasta burocracia de la dirigencia rural y de las otras, que no son muy distintos de los por ellos “criticados”.