DESAPARICIÓN DE LA VERGUENZA

En la Argentina se ha llegado a un punto, buscado incesantemente, en donde los Kirchner o sociedad presidencial, concitan odios o amores extremos. Hemos visto gorilas, pero muy gorilas, echando espuma por la boca en contra de este gobierno. Que existan estos personajes desencajados por su antiperonismo visceral, no significa que eso transforme inmediatamente a Néstor y Cristina en peronistas. También pululan por la fauna política actual, evitistas progres y antiperonistas (de Perón), que son viejos conocidos de todos los desaguisados y experimentos antropológicos probados en los últimos sesenta años en nuestra patria. La existencia de esta especie y su alineamiento con el oficialismo, no lo convierten a este en obligado adherente a la política del fallecido General. La segunda caída del peronismo, marzo del `76, ha sido distorsionada por izquierda y por derecha. Se querían tumbar las chimeneas y nuestra soberanía e independencia. Hacia allí concurrieron orquestados las Fuerzas Armadas y la guerrilla. Lamentables sucesos que se cobraran tantas vidas, de un lado y del otro. Aquella tragedia nacional, producto de una fenomenal manipulación en contra de nuestra libertad, hoy pareciera que es comedia. Las últimas ocurrencias discursivas de la Presidente, dan lástima. Hace esfuerzos por retomar desde alguna punta, la vieja, parcializada y falaz versión del golpe militar en contra de Isabel Perón. La Presidente victimiza un ya muy difundido descompromiso físico durante aquellos negros acontecimientos. No era obligatorio, ni estar, ni morir por ellos. Entonces, consideramos macabro todo montaje que le intente sacar rédito. Fusilamiento mediático y desaparición de los goles. Siguiendo en la misma línea podríamos decir que el matrimonio presidencial, es un pelotazo en contra. Verguenza ajena, produce ya cualquier explicitación de medidas u obras, sean buenas o malas, porque los sospechados de ser mal intencionados, no hacen nada para desmentirlo.