Alicia Castro, azafata, gremialista y embajadora argentina en Caracas, es muy amiga de Chávez desde hace bastante tiempo, quizás más del que se conoce con los Kirchner. Ahora, en un renovado y llamativo desborde de protagonismo, acaba de desmentir totalmente, está registrado por radio Mitre, medios gráficos y por Internet, la versión oficial sobre el desconocimiento de Cristina de Kirchner sobre las nuevas estatizaciones venezolanas a Techint. Tras la visita de un par de días al Calafate y luego de compartir la intimidad con el matrimonio Kirchner, Chávez anunció las problemáticas medidas contra las empresas de las que Paolo Roca es principal accionista. Es más, nuestra embajadora estuvo presente en el sur patagónico durante la visita y también en las conversaciones. Viene y se vive una sucesión de dimes y diretes en la destruida y bastardeada diplomacia Argentina. El tiempo que dure este sainete, falta determinar que porcentaje es actuado, tiene que ver con la duración de la caída libre de la Argentina toda. Pocos vestigios quedan de funcionamiento, direccionalidad y sentido en nuestras mayores instituciones. Nunca visto en los últimos doscientos años de existencia nacional. El bicentenario nos espera el año que viene, pero atónito y avergonzado. Kirchner y Chávez han hecho muchos negocios, lo cual no los transforma necesariamente en amigos leales a muerte. Lo demuestra también el “chiste” carioca de la exclusión brasileña a las nacionalizaciones bolivarianas. Kirchner daría la impresión de no animarse, perdido por perdido, a hacerse el “comandante Néstor”. Se trata de su pellejo y quizás esa sea una pretensión de los poderosos, que la enturbiada relación entre Néstor y Cristina, no está en condiciones de tolerar. Parece que minutos después de tomar estado público el apriete mediático en directo desde Caracas, algún resultado produjo, alguna nerviosa y urgida comunicación se mantuvo y varios medios hicieron desaparecer la noticia afirmada y publicada hace apenas unas horas en el día de hoy. Nada por aquí y nada por allá. Pero ya se había producido el hecho. De todas maneras, Chávez le ha tomado gusto al extorque mediático al que son tan afectos los Kirchner. El que a hierro mata …
