El multimedios Clarín, entre muchos otros medios e ilustres periodistas que pululan alegremente por ahí, ha tenido activa participación conspirativa en diferentes procesos de interrupción política a claros mandatos populares en la Argentina. El más importante fue contra el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón. Es ampliamente sabido que las formaciones guerrilleras y todas sus organizaciones de superficie de aquellos años, trabajaron denodadamente para el derrocamiento de Isabel Perón. Las tres fuerzas armadas también. Todo esto es público y está documentado, y ninguna voz de cualquiera de estas filas ha pedido perdón sinceramente, haya tenido la responsabilidad y conocimiento que fuere. Aquellos actos y espíritu vinculan profundamente a todos ellos, no a la inmensa mayoría de combatientes de todos los bandos que fueron victimas de un montaje y conspiración. Hoy, el inefable D`elía ha planteado señeramente para la etapa: ¡Kirchner o Clarín! También se puede elegir entre el sartén hirviendo o el fuego. “¡Que prefieren, ¿Kirchner o Clarín?!”, ya preguntó hace no muchos meses un enardecido Néstor a la concurrencia adicta. “¡¡KIRCHNER!!” revienta la tribuna. Seguramente el ex presidente se contestó en la intimidad: “Bueno, pero antes un poquito más de Clarín.” Dicho y hecho, y por un período Clarín dejó de ser el enemigo público Nº 1. Nos recuerda el clásico cuento del perdido en la selva que encontrado por una tribu de salvajes, fue violado muchas veces por los cálidos aborígenes. Pero siempre antes de cometer la felonía, el cacique lo interrogaba: “¿Dunga dunga o muerte?” Sin dudarlo, el infeliz contestaba invariablemente: “dunga dunga” y acto seguido lo pasaban al cuarto o choza en este caso. Se sucedían los días y ya inmensamente humillado, renuncia a todo. Cuando es interrogado finalmente de nuevo, sacando pecho y coraje, contesta digno: “¡Muerte!” “¿Ah sí?”, le contesta el cacique, “pero antes un poquito de ¡Dunga Dunga!”. No eran opciones. No eran términos opuestos. ¿Lo son Kirchner y Clarín? ¿A qué pelea estamos asistiendo? ¿Y que tenemos que ver los argentinos en esto?
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
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