UNA PICA EN FLANDES

La Cantábrica es un histórico y emblemático complejo metalúrgico fundado a principios del siglo veinte. Ubicado en Haedo, municipio de Morón, tuvo un gran impulso durante la primera y segunda presidencia del General Perón. Su esposa Evita, solía recorrerla minuciosamente a pie. Llegó a tener 8.500 empleados en su época de esplendor. Entra en decadencia a partir de los años ochenta. Quebrada y fundida, el gobernador Eduardo Duhalde la compra siguiendo las sugerencias del entonces líder de la U.O.M. y las 62 Organizaciones Peronistas, Lorenzo Miguel. Se funda un parque industrial que hoy alberga a cerca de cuarenta empresas, con una mano de obra ocupada de aproximadamente cuatro mil empleados. Recuperación industrial de primer orden, en medio de la devastación que se viene haciendo de las chimeneas argentinas. Este emblemático escenario, con toda la carga del peronismo histórico, fue el elegido por Eduardo Duhalde para una conferencia a empresarios nacionales. En plena campaña política, recorriendo antiguos bastiones peronistas, el ex gobernador bonaerense y ex presidente de la nación, ha puesto una “pica en Flandes”. Acompañado de su esposa Hilda, senadora nacional y madrina del complejo, es como si estuvieran en casa. Sugestivo mensaje del dirigente y fundador del Movimiento Productivo Argentino para toda la sociedad y fundamentalmente el gobierno nacional. Las operaciones de este sector de la dirigencia, está construyendo su propio blindaje político e ideológico, absolutamente incuestionable. Convengamos que el espacio dejado por el matrimonio presidencial en ese sentido, es inmenso. Todo, arriesgaríamos a decir. Porque, mal ocupado un espacio político durante un tiempo prolongado, pasa a ser no ocupado. Paradojas de la vida que nos da sorpresas, el que de alguna manera entronizó a los Kirchner, es muy probable que sea el mismo que concluya en destituirlos. Eso si, por la vía democrática.