OBLIGADO

Las circunstancias de una importante debilidad política en Néstor Kirchner, solo llevadera por la extrema debilidad estructural de la oposición o que se dice serlo, lo obligan a competir con el único problema serio que le ha surgido, en términos de la continuidad política de su gestión. O sea en términos electorales. Y se llama Eduardo Duhalde. Duhalde parece que eligió que fuese así, pero convengamos que también las circunstancias lo han llevado hacia allí. Bueno, en eso también consiste la política. Interpretar la “ola” y poder surfearla. De este escollo político, uno de los pocos que Kirchner quizás tema verdaderamente, surge la necesidad de no ser tan refractario a la disidencia interna. De ahí su reunión con Reutemann, y el anuncio de una próxima con Felipe Solá. Conocidos Judas, que facilitaron la traumática derrota del kirchnerismo a manos del campo El matrimonio presidencial está obligado a hacer política. O hacer como que hace. Mientras intenta recuperar terreno perdido. ¿Podrá? Lo importante a saber es que esta situación, y en forma contundente, fue generada por una movilización inédita en la Argentina, producto de una realidad adversa no reconocida por el gobierno, inclusive aún ahora, como está a la vista. ¿Le convendrá a Duhalde un tironeo desproporcionado con Kirchner? Tal vez todo sea palmo a palmo y casa por casa.