HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 18 de abril de 2018

¿ESPIONAJE DETRÁS DE LA INTERVENCIÓN DEL PJ?

 Lecturas lineales que se quedan cortas

        Por Pablo Sieira/Tribuna de Periodistas.- Las lecturas lineales de los acontecimientos políticos muchas veces se quedan cortas o sirven exclusivamente a la táctica del sector que las difunde, por ejemplo, la intervención del PJ como una jugarreta del Gobierno para mantener dividido al peronismo. Si algo se ha visto reflejado en el Congreso como una realidad palpable desde 2015 a la fecha es la división del peronismo: es decir, no era necesario intervenir el PJ para mantenerlo escindido porque hace tres años existen dos sectores irreconciliables. El Bloque Justicialista del diputado salteño Pablo Kosiner y el senador rionegrino Miguel Pichetto (expresión parlamentaria de los gobernadores peronistas) se ubica de un lado y el kirchnerismo con sus dirigentes afines, como el diputado José Luis Gioja -presidente del PJ hasta la intervención- del otro. Para mantener esa división, al Gobierno le basta con que los gobernadores sigan dispuestos a negociar fondos, obras y cajas varias y que sus alfiles legislativos les sigan respondiendo y manteniendo la idea de condicionar en lugar de bloquear la gestión. En efecto, la mayoría de los proyectos que el Gobierno envió al Congreso salieron convertidos en ley con modificaciones impuestas por el justicialismo, que tiene la idea de negociar y no obstaculizar al oficialismo, especialmente cuando se equivoca ("que pague el costo de sus medidas, que se desgaste", murmuran). Podría decirse que hasta aquí, el peronismo no K tuvo mayor capacidad de co-gobierno que la UCR, que integra la coalición Cambiemos (situación que ya empieza a tener coletazos dentro de la alianza).
Linealidad y nostalgia 


 El escenario del Congreso pone en evidencia que la lectura de que la mano del Gobierno está detrás de la resolución de la jueza María Servini de Cubría es demasiado lineal, aunque se apoya en dos explicaciones y una es más interesante que la otra. Primero la menos interesante: el interventor es el sindicalista Luis Barrionuevo, que jamás ocultó su simpatía por el Gobierno. Ahora la más jugosa: los espías influyeron en Servini de Cubría. En el entorno de Gioja creen que el fiscal Eduardo Miragaya, amigo de Servini de Cubría y hombre de paso por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), "le calentó la oreja" a la jueza para que dictara, como en 2005, la intervención del PJ. Miragaya se tomó licencia como fiscal en 2016 para ingresar a la AFI de la mano -según fuentes consultadas por la agencia Noticias Argentinas- de la "Señora 8", Silvia Majdalani, y abandonó el organismo en 2017.

 Lineal: Servini más Miragaya más Majdalani más AFI, igual Gobierno. 

 Sin embargo, incluso cerca de Gioja consideran que éste no fue el único factor y señalan que Servni se vio movida también por su "animadversión" hacia el kirchnerismo, que "la destrató" durante 12 años. Del otro lado de la grieta del peronismo, en el campo de los gobernadores, Pichetto y compañía, también hay una lectura lineal que se queda corta: la intervención serviría para que Barrionuevo haga "el trabajo sucio" de "limpiar" al kirchnerismo del PJ y dejarle el terreno libre, en mediano plazo, a este sector. Sin embargo, en mayo de 2016 el Congreso del PJ nombró a la actual conducción partidaria y La Cámpora no quiso entrar en ese armado, mientras que sí quedaron representados los gobernadores y sus referentes parlamentarios, con Pichetto en persona. Además, si bien los caciques provinciales y sus legisladores dieron una respuesta tardía y fríamente institucional a la intervención (lo que podría leerse linealmente como un guiño) a ninguno le gustó. En los pasillos del Congreso dicen que la viven como "una afrenta". Mientras tanto, los dos sectores irreconciliables tienen una única coincidencia: están convencidos de que la Cámara Electoral anulará la resolución de Servini de Cubría. En medio de este entuerto reapareció el ex presidente Eduardo Duhalde, que quiere mojar la galletita en el café con leche que preparó Servini: llama a Gioja, a Barrionuevo, al massismo, con ideas como reformar la carta orgánica del PJ para rejuvenecer al partido. 

 Según cuentan, todos lo atienden pero pocos le llevan el apunte. 

 El resumen de esta saga es que Servini de Cubría intervino el PJ como en 2005 y aparecieron actores como Barrionuevo, Duhalde y Gioja. Así, la intervención del PJ podría describirse en una sola palabra: nostalgia.

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