HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 27 de septiembre de 2017

LA IRRACIONALIDAD EN MEDIO DE LA TOMA DE COLEGIOS: CRISTINA KIRCHNER FOMENTA QUE NO HAYA CLASES.


      Por Alfredo Leuco/Tribuna de Pedriodistas.- Es una relación directamente proporcional: mientras Cristina más se aleja del poder, más dañina e intolerante se vuelve. Y eso la aleja todavía más del poder. No es un juego de palabras. Es un círculo vicioso en el que ella se entierra cada vez más porque el odio la ciega y no le permite tomarle la temperatura correcta a la sociedad y mucho menos hacer un buen diagnóstico. En sus últimas apariciones Cristina fogoneó y alentó a los chicos de los colegios secundarios para que continuaran y profundizaran las tomas o mejor dicho la usurpación de los colegios. Esto significa lisa y llanamente que la ex presidenta está de acuerdo en que todos los alumnos pierdan una montaña de días de clases y de conocimiento. Es absolutamente incomprensible la actitud de Cristina. Primero por el doble discurso y la hipocresía. Anoche pasamos en Los Leuco en TN, declaraciones de Alberto Sileoni, el ministro de Educación de Cristina, donde decía que se oponían a la toma de los establecimientos educativos que estaban llevando a cabo pibes en su mayoría identificados con la izquierda trotskista. Más claro: si la toma es contra Macri está bien. Si es contra Cristina está mal. Es de un nivel de oportunismo despreciable. Además de ese doble discurso hipócrita, el otro error grave de la ex presidenta es que cree que con esas actitudes gana votos y el favor de una parte importante de la población.
Y es todo lo contrario. Se gana la bronca de la gran mayoría de los padres y estudiantes que quieren volver a clase. Tomar un colegio, no permitir entrar a las autoridades ni a los chicos y profesores que quieren estudiar, demuestra un alto nivel de intolerancia, prepotencia y autoritarismo. ¿Sabe cómo son esas usurpaciones de un espacio público como es la escuela? Hacen una asamblea donde participa un ínfimo porcentaje de alumnos y profesores con la presencia de los padres más combativos, sobre todo de los que añoran la vuelta de la exitosa abogada que nunca ganó un juicio. Con suerte, los que votan a mano alzada por la toma son el 10% del total del alumnado. Pero ellos apelan a una vieja trampita setentista. Dicen que la asamblea es soberana en sus decisiones. Y listo. Si te gusta bien. Y si no te gusta también. Intimidan a los más chicos y no aceptan que la votación sea secreta y con urnas porque saben que perderían por goleada en ese escrutinio. Es una patota antidemocrática con discurso emancipador. Cristina nunca fue querida en la Ciudad de Buenos Aires. Daniel Filmus es un eterno candidato que siempre pierde por paliza. Anda por el 20% de los votos. ¿Se acuerda cuando Fito Páez dijo que le daban asco los porteños por como apoyaban a Macri? Cristina debería saber que esto no le suma un voto. 


Al contrario, los menos fanáticos y más independientes, hasta por una razón práctica, quieren que vuelvan las clases y se terminen las tomas. Los argumentos de los chicos y de los docentes sindicalistas K son absurdos. Se nota que están forzados. Porque para tomar un colegio debe ocurrir algo grave. Y se oponen a la posibilidad de hacer una pasantía en algún trabajo en quinto año, cosa que va a ocurrir solo en 17 escuelas y recién en el 2.022. ¿Se da cuenta del despropósito? Es tanta la obsesión por oponerse a Macri que rompen incluso con sus ideas tradicionales. Porque siempre fue la izquierda y el peronismo que con razón planteaban vincular el estudio a la vida laboral, que siempre esté presente la cultura del trabajo en las aulas y que de paso los chicos se preparen lo mejor posible para no ser futuros desocupados. Es una idea progresista combatida por los presuntos progresistas. Como dijo ayer Jorge Fernández Díaz: son los nuevos reaccionarios, la izquierda cheta que ocupa el lugar de la derecha conservadora. Todo el mundo tiene derecho a protestar y a quejarse de lo que no le gusta. Para eso estamos en democracia. Pero prohibir a la mayoría de los alumnos que ejerzan el derecho a estudiar es una aparateada que nada tiene que ver con el progresismo moderno. Es un acto ilegal. Por eso es tan insólito el fallo de la insólita jueza Liberatori que dijo que las tomas son un “recurso constitucional de los alumnos”. Pero hoy un fiscal aclaró que “los padres podrían tener responsabilidad penal por el delito de usurpación”. Cristina cometió muchos delitos y varias torpezas políticas. Una de las peores, la que la lleva a perder elecciones y perder el tren de la historia es luchar contra un adversario imaginario. Pelea contra el Macri que le gustaría ver y no contra el Macri que realmente es. Hace diez años que vienen denunciando que Macri va a privatizar la educación pública. Y hace diez año que no se privatiza ni un pupitre de un aula. Y lo siguen diciendo. Todo lo contrario, el PRO en la Ciudad y Cambiemos en la Nación, hacen una apuesta fuerte por la educación pública porque creen en eso. 

Pero miles se van a la escuela privada hartos de los paros de los maestros revolucionarios y de los alumnos que toman escuela sin motivos valederos. Los que dicen defender la educación pública logran el efecto contrario y son los principales responsables de que crezca la matrícula privada todos los años. Cristina lucha contra la que imagina o le gustaría que sea Macri. No contra el verdadero Macri. Por eso tira tantos puñetazos al aire que no dan en el blanco. Lo acusa de dictador, neoliberal y desaparecedor y eso no es cierto. Macri como todos tiene muchos defectos y comete muchos errores políticos. Por eso deberían criticarlo. Una oposición razonable que quiera volver a poder, debe sostener la gobernabilidad, mejorar las ideas y sus futuros ejecutores y criticar al gobierno por lo que hace mal y no por lo que no hace. Es el abc de la política. Hacer un diagnóstico correcto de la etapa y del gobierno. Y después, fijar una táctica. Por eso Cristina se equivoca tanto y perdió tantos votos. Todavía utiliza consignas vacías y apolilladas. Cuando ella y su tropa dicen que Macri quiere privatizar escuela y en una década no privatizó ninguna la que pierde credibilidad ante la opinión pública es ella. Porque nadie verifica en la práctica sus anuncios catastrofistas y apocalípticos. Pintan a Macri como un diablo que no es. Es la noticia deseada por los K. Son sus expresiones de deseo pero la realidad no encaja. 

Por eso a Cristina le agarra la desesperación y su gente apela a cualquier cosa para voltear a Macri o por lo menos generarle una crisis como la del 2001. Cortes de calles, documentos de curas ultrakirchneristas, amenazas y bombas molotov, utilización electoralista y sesgada de un drama tremendo como es la desaparición de Santiago Maldonado, sindicalistas K que quieren paros y huelgas generales cuando el trabajo está creciendo igual que el consumo y la inflación baja, lentamente pero baja. Los que toman la escuela no se atreven a protestar afuera de establecimiento educativo porque quedaría desnuda su pobreza de convocatoria, su falta de representatividad. No lo sigue la mayoría de los alumnos. Solo los más militantes que son una minoría intensa. Cristina profetiza una hecatombe que ella necesita para salvarse de la cárcel. Si Argentina entra en una senda de racionalidad y orden económico, con más igualdad de oportunidades y menos corrupción y pobreza la ex presidenta corre el serio riesgo de ir presa. Ella lo sabe y por eso apela a todas las formas del conflicto. Necesita como el agua debilitar al gobierno y ponerlo contra la pared. Es la única manera de salvarse: sola. Es huir hacia adelante. Pero de nada vale que corra, el incendio va con ella.

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