Explicaciones. Mauricio Macri abrió ayer Olivos para escuchar la versión del directorio del BCRA sobre la inflación y el sistema financiero. |
Por Carlos Burgueño/Ámbito.- El Presidente recibió por primera vez a la cúpula del central, incluidos Sturzenegger, LLach y Liendo.
Los hombres de la entidad le garantizaron inflación de menos de 40% para este año y reconocieron diferencias “monetarias” con Hacienda. Quejas porque los bancos “no ponen el hombro”.
Hay "matices" en la visión de la realidad económica y financiera, pero no confrontación con el Ministerio de Hacienda. La inflación para fin de año estará "sin dudas" cerca de 1,5%. La "inflación núcleo" ya empezó a bajar sustancialmente. Este año el alza de precios su ubicará por debajo del 40% y más cerca del 35%, con lo que no habrá necesidad de reabrir paritarias, ya que el número final coincidirá con el alza salarial promedio. Los bancos privados "no estuvieron a la altura" de los cambios que este Gobierno impulsó en la economía y "se impone" una baja sustancial en la tasa de interés para los créditos privados.
Éstas fueron las principales conclusiones que obtuvieron los participantes de la primera cumbre oficial entre Mauricio Macri y la conducción del Banco Central de la República Argentina (BCRA) de ayer en Olivos.
El jefe de Estado, en su primera reunión oficial luego de su viaje por el G-20, decidió abrir la residencia al titular de la entidad, Federico Sturzenegger, y a algunos de los integrantes del directorio del organismo. Estuvieron el vicepresidente de la entidad, Lucas Llach; el gerente general, Mariano Flores Vidal; y los directores Demian Reidel y Horacio Liendo, y el subgerente de Investigaciones Económicas, Pablo Neumeyer. Aseguraban desde Olivos que la idea era mantener una reunión diplomática y formal, sin reproches y bajo el eslogan de reparar el hecho que hasta ayer nunca el Presidente se haya encontrado con las autoridades de la entidad. Incluso Macri envió saludos a los directores que no fueron de la partida (cada uno por motivos diferentes, hasta algunos que no fueron invitados), incluyendo a los miembros heredados de la gestión kirchnerista. Comenzando por Germán Feldman, el hombre que llevó Axel Kicillof al BCRA y que se mantiene gracias a que "demostró solidez y buena fe", según la definición que dio en su momento uno de los directores 100% macristas.
Todo el encuentro estuvo embanderado de optimismo en el futuro, buen humor y hasta bromas sobre el sistema financiero y los bancos. Sólo una queja apareció en el momento en que los invitados abandonaban la quinta, en horas de brunch: hubo solamente agua mineral de cortesía en Olivos, lo que provocó que alguno optara por alguna comida rápida en la avenida Del Libertador, en ruta al edificio de la calle Reconquista.
La mayor parte del encuentro la captó hablar de la inflación, incluyendo la aclaración de los hombres del Central de la inexistencia de diferencias serias con el equipo de Alfonso Prat Gay. Hubo incluso ponderaciones a la gestión del secretario de Finanzas, Luis Caputo, y la forma en que el Gobierno se salió del cepo y negoció con los fondos buitre para terminar con el default. Se reconocieron sí "matices, a veces fuertes", en la forma en que se analiza el avance en la lucha contra la inflación; en especial en la política monetaria y fiscal. Se aclaró primero que los diagnósticos cruzados con el Ministerio de Hacienda son, hoy por hoy, muy similares; con una baja concreta en la "inflación núcleo", un concepto que parece ya moda entre los economistas del macrismo. Los hombres del Central confirmaron que para fin de año se puede esperar una inflación de 1,5% mensual promedio (no se jugaron si puede ser menos); y que para este año ya se puede pronosticar un alza menor a 40%; más cercano al 35% (quizá 37%). Este simple dato tranquiliza al Gobierno, ya que se bajaría una barrera psicológica que preocupa fundamentalmente al ala política de Cambiemos: que la meta inflacionaria de 2016 sea siempre menor al 41% de 2002, año de la salida de la crisis económica. Para los hombres del Central, Macri puede respirar tranquilo: la meta política será lograda.
Hay otro logro que traería un alza de precios menor a 40%: será que el argumento de reapertura de paritarias ya no será sólido para los sindicatos combativos, ya que la promesa de atender esta cláusula surgiría sólo si la inflación anualizada para todo 2016 supera las alzas negociadas en las paritarias. Desde el ala política se toma como ejemplo el acuerdo con los problemáticos docentes de la provincia de Buenos Aires, donde el Gobierno de María Eugenia Vidal cerró aumentos de 35% con la promesa de una reapertura si la inflación supera ese porcentaje. Ese fue, por ejemplo, el eslogan de la presencia de los maestros en la movilización del viernes pasado. Si finalmente el incremento fuera de 37%, habría una especie de "empate técnico" entre el incremento de la inflación y los salarios docentes, lo que se corregiría con un plus de fin de año. Lo importante es que se evitarían la reapertura de paritarias. El dato fue comentado por Macri luego del encuentro con los hombres del BCRA a partir de la visión sobre el alza de precios final para 2015; y, con prudencia, festejado en Olivos. "Lo cual no quiere decir que el problema esté terminado; parece que le quedó claro al Presidente", insistía uno de los hombres del directorio.
Hubo, obviamente, tiempo en la quinta para hablar de las diferencias con Hacienda, pero de manera velada y diplomática. Desde el BCRA se insistió en hablar sobre "la necesidad de consistencias" entre la política monetaria y fiscal; para que las cuentas nacionales sean sólidas. Se incluyó en el análisis el compromiso pactado por el Gobierno dentro del plan de Reparación Histórica con los jubilados, fin que se llevará la mayor parte de los ingresos del blanqueo de capitales. No lo mencionó Macri con estas palabras, pero la contestación a la inquietud de los hombres del Central es que además de políticas monetarias, fiscales y económicas; el Gobierno necesita el año próximo ganar las elecciones legislativas de medio tiempo. La explicación se la dio a uno de los integrantes del encuentro y un alto miembro del ala política oficial: "La elección de 2015 fue la primera vuelta, la del año próximo el balotaje. Es tan importante ganar uno como otro".
Finalmente, se habló de la falta de "colaboración" del sistema financiero privado con la reactivación económica. Circuló en Olivos un cuadro donde se ve claramente la curva de caída en la tasa de interés de las licitaciones de las Lebac, incluyendo la baja de ayer, donde se ve una caída sustancial desde mayo hasta septiembre de más de 10 puntos porcentuales. Se cruza este dato con las tasas de interés que los bancos cobran al público (incluyendo créditos para la producción, personales, prendarios e hipotecarios), donde los intereses se sostienen por encima del 45%. Sturzenegger repitió las quejas que un día antes había lanzado en un seminario organizado por la Asociación de Marketing Bancario. Esto es, parte del propio sistema financiero. No se habló de medidas concretas. Sí quedó claro que, al menos hasta ahora y según la visión del Gobierno, no habrá que agradecerles a los bancos el haber "puesto el hombro para la salida de la recesión", según la definición de ayer de uno de los hombres importantes del ala política del macrismo, al comentar los resultados del encuentro de ayer.