Por Ari Paluch, Periodista/El Cronista.-
Afuera llueve intensamente y la renovada quinta de Olivos es un hervidero de funcionarios, en su despacho el Presidente los va atendiendo de a varios y de a uno. Su traje de Etiqueta Negra, luce como casi siempre, huérfano de corbata.
El mendocino Ernesto Sanz se muestra sonriente y desfila por un pasillo donde Frigerio, Prat-Gay y Monzó se saludan con la distensión propia de un viernes por la noche.
Macri se muestra interesado en lo que se dice de su encuentro con el Papa y aunque no desmiente la parquedad del jesuita, considera que tuvo una buena charla y destaca que su esposa, Juliana Awada, es una ¿hechicera? que supo arrancarle una sonrisa al Santo Padre. Pero también dice que lo vio caminar con mayor dificultad que hace dieciocho meses, a su vez se ilusiona con la llegada del líder religioso a nuestro país en el 2017.
El helicóptero espera con sus hélices rotando intensamente y el Presidente repasa con entusiasmo el estado de la Nación, ensaya una especie de decálogo que podría resumirse de la siguiente manera.
1 La grieta: coincide con el Papa que el nivel de odio desde ambos bandos es insostenible, señala que Francisco no sale de su asombro por la reacción de muchos compatriotas por el hecho de haberle mandado un simple Rosario a Milagro Sala. Macri aún mantiene en sus retinas la imagen de aquellos que lo vivaban rumbo al Congreso, pero también de quienes le mostraban su desaprobación indisimulada. A uno de los militantes que lo insultaba desorbitado tuvo ganas, aunque se reprimió de bajar solo para abrazarlo. Entiende que no lo quieran, pero no que lo detesten.
No al punto de odiarlo, pero muchos de sus colaboradores, deseaban que cargara aún mas las tintas acerca de la herencia en su discurso inaugural legislativo.
2 Gestión K: Macri suele decirle a sus ministros que su gobierno recibió una mezcla de incapacidad, inmoralidad y audacia en dosis enormes. De todos modos no se muestra de acuerdo con la citación a indagatoria de Cristina en la causa Dólar Futuro e inmediatamente pone énfasis en destacar que no hay acuerdo ninguno ni posible con la ex presidente. Cuenta un ministro que hace poco el presidente le dijo, "en este sillón donde estamos hablando, me reuní con ella para el trapaso de atributos y ni eso pudimos acordar".
3 La oposición: suele comentarle a sus interlocutores que él está muy tranquilo acerca de sus intenciones para el país y convencido que atravesamos un momento de "refundación histórica", por eso propone "salvar primero a la Argentina y después compitamos". En este aspecto señala a Urtubey como alguien que comprende las circunstancias actuales.
4 Economía: Esta convencido que en el segundo semestre el país se va a reactivar. Lo que más le preocupa, fuera de la Argentina, es lo que sucede en Brasil. No parece dispuesto a inmiscuirse en la política de ese país pero implora por su resurgimiento. "Cuanto antes arranque la reactivación de ellos, para nosotros mejor", se le escucha con frecuencia. Cuando se reúne con sus asesores por el tema precios, cree que se está haciendo lo suficiente y su gran aporte será lograr transparentar costos y mercados en la Argentina. Se ilusiona con la idea de que estamos en el pico de la inflación y que febrero sin el tarifazo eléctrico mostraría desaceleración Con respecto a la aprobación de las leyes que necesita para cerrar el acuerdo con los holdouts, está seguro que sucederá lo antes posible. En Olivos no parece haber lugar para que Macri se enganche en internas entre Hacienda y el Central, suele dejar en claro que el siempre tiene la última palabra. No se entusiasma por ahora con la posibilidad de atarse al FMI para conseguir dinero a muy baja tasa.
5 Inteligencia: se muestra satisfecho con el desempeño de su amigo el escribano Gustavo Arribas, a cargo de la AFI, desmiente que lo vaya a reemplazar y a diferencia de Cristina no le preocupa la vuelta estridente de Jaime Stiuso. Sus dichos son contundentes al respecto, se muestra como una víctima del ex espía en los tiempos que este respondía al matrimonio Kirchner.
6 Empresarios: contrariamente a lo que se pronosticaba, no encontró por ahora mucha ayuda entre estos. Parece haber acusado el golpe, a uno de los más importantes del país le dijo sin levantar la voz hace algunos días, que no espera solidaridad de ellos y que avanzará con la Ley del Arrepentido, mas allá de lo que el sector empresarial opine. Recordemos que los escándalos de corrupción en Brasil se destaparon en gran parte por dichos de gerentes y CEOs.
7 Imagen de su Gobierno: Asegura que de todos los equipos de colaboradores que armó en su vida, incluidos Boca Jrs y la Ciudad, éste es el que mejor arrancó. Sostiene que con mucho espíritu irán encontrando soluciones, se irrita cuando supone que se pretende instalar que gobierna para los sectores más acomodados. En todo caso acepta que pueda comunicarse mejor las medidas que se toman y hasta ingenuamente se ilusiona que el periodismo pueda ayudarlo en esa tarea.
8 Ajuste: se muestra gradualista, acepta que no puede revisar expediente por expediente la actividad de los casi dos millones de empleados estatales designados entre mayo del 2003 y diciembre del 2015 por el kirchnerismo. Se conformaría con bajar el déficit fiscal a razón de 1,5% anual ,admite que los parches que le dejaron, hace muy complejo tocar el Mínimo No Imponible de Ganancias sin causar desaguisados y está persuadido que hasta el año próximo no entraran en vigencia los cambios en las escalas.
9 Tinelli: toma un vaso de Coca y pide que le prendan el aire, reitera a quien lo quiera escuchar, que él nunca apoyó a Segura para un nuevo período en la AFA y que fue su amigo Daniel Angelici quien lo hizo, temeroso del mundo Twitter, universo que Macri no considera representativo de la realidad. Jura y perjura que no se está tomando revancha del apoyo de Marcelo a Scioli y cuando alguien le consulta si teme lo que Tinelli pueda criticar y parodiar de su gobierno en su programa de TV, dice orgulloso que ahora este país es libre.
10 Ilusiones y temores: Mauricio Macri no encuentra a la serie House of Cards semejante a la realidad con la que le toca lidiar cada día, define al producto de Netflix como divertido pero estúpido, sugiere a los funcionarios que opten por la danesa Borgen, a la que considera un extraordinario calco de la realidad política. Cada noche al apagar la TV sueña con conducir los destinos del país con fortuna y eficacia. Sin embargo le pesa la posibilidad de defraudar a los más humildes que lo votaron y apoyan: sobre su mesita de luz se observa la carta de un vendedor de bolas de fraile que le pide que no afloje y le manda un billete de cien pesos para colaborar. El ingeniero suele ser parco, pero la carta llegada desde el interior de Santa Fe lo moviliza con cada nueva lectura.