Por Diario HOY.-
La Villa 1-11-14 se ha transformado en el epicentro de la droga en la Argentina y en un símbolo de la violencia social. Especialistas consultados por Hoy, advierten sobre las consecuencias de un flagelo que está causando estragos en el país.
El aumento que ha sufrido el narcotráfico en la última década es una de las problemáticas que más preocupa a la sociedad, debido sobre todo a la incapacidad mostrada desde el gobierno nacional para acabar con uno de los karmas que viene destrozando al país desde sus propias entrañas.
Cada día más jóvenes ingresan en el mundo de la droga y el delito, sin que las autoridades hagan acciones efectivas que tiendan a revertir este proceso que va en incremento y sin miras que vaya a retroceder en el corto y mediano plazo.
El aumento que ha sufrido el narcotráfico en la última década es una de las problemáticas que más preocupa a la sociedad, debido sobre todo a la incapacidad mostrada desde el gobierno nacional para acabar con uno de los karmas que viene destrozando al país desde sus propias entrañas.
Cada día más jóvenes ingresan en el mundo de la droga y el delito, sin que las autoridades hagan acciones efectivas que tiendan a revertir este proceso que va en incremento y sin miras que vaya a retroceder en el corto y mediano plazo.
El 70% de las muertes de jóvenes son causadas por el narcotráfico y por el uso y abuso de las drogas.
La villa 1-11-14 localizada en el barrio porteño del Bajo Flores se ha convertido en los últimos años en uno de los epicentros del narcotráfico en la Argentina y en un símbolo visible de la violencia social que sacude al país. Producto de la mafia narco, allí se registraron 500 asesinatos en el último lustro, es decir, un promedio de 100 asesinatos al año.
Se calcula que son más de 15 las cocinas de drogas que existen dentro del territorio de la villa 1-11-14. Al producirse el clorhidrato de cocaína como se ha empezado a fabricar desde hace unos años a esta parte, se generan residuos que pasan a ser parte de la pasta base, el famoso “paco”, que antes no existía en la Argentina porque nuestro país no era productor de droga.
En diálogo con Hoy, el Presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, Claudio Izaguirre, aseveró que “habría que preguntarle a Cristina Kirchner por qué nadie hace nada contra algo que todos saben que ocurre y cómo ocurre. Lo que se ha hecho en la Argentina es permitirle al narcotráfico que opere, que produzca, que exporte y que lave dinero de la droga. Esto es lo que se ha hecho a lo largo de los últimos años en nuestro país”.
Para el Diplomado en Adicciones, “la situación es muy complicada, porque el combate al narcotráfico parte de la gente y no parte del poder político, del Poder Ejecutivo o del Poder Judicial. Lo que ha hecho el gobierno nacional, es crear normas para proteger al narcotráfico. Por eso la Argentina está como está hoy”.
A eso se le suma que organismos públicos que deberían estar encargados de proteger y vigilar que esto no ocurra, como es el caso de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) miran para otro lado, avanzando allí delitos económicos muy graves como el lavado del dinero y el blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico.
“Si la AFIP revisa cuántas propiedades o cuánto dinero tiene cualquier ciudadano normal que paga sus impuestos en tiempo y forma en nuestro país, ¿por qué no hace lo mismo con el narco peruano Marco Antonio Estrada González que conduce la villa 1-11-14 desde un country donde tiene prisión domiciliaria?, ¿por qué no revisa de dónde saca el dinero este hombre?”, se preguntó Izaguirre.
La Argentina se ha transformado en un lugar donde los narcos han escalado y crecido por las facilidades con las cuales ingresan, y lo que antes hacían en otros países como Colombia, lo han trasladado ahora a la Argentina, donde el tráfico de droga y el lavado de dinero, aumenta considerablemente debido a la falta de controles del poder oficial, que hacen que estos cárteles operen impunemente en nuestro país.
El incremento en el tráfico y consumo de drogas es alarmante para un país que anteriormente no conocía de este flagelo, y que con el paso del tiempo y políticas que van a contramano de lo que sucede en los países más civilizados, lo que se ha hecho es aumentar una problemática que causa estragos al interior de la sociedad.
Diversificando el delito
El gran negocio del narcotráfico ya ha dejado de ser sólo el tráfico de estupefacientes como ocurría hace unos años atrás, sino que ahora el delito se ha diversificado a otros rubros, generando una situación difícil de frenar –pero no imposible- para el futuro cercano.
La instalación de cárteles de droga en los barrios más pobres del país, como se puede ver en la villa 1-11-14, así como lo que sucede con la Banda de los Monos en Rosario, son dos ejemplos de cómo la amenaza narco crece día a día sin que el Estado haga algo certero para frenarla.
Lucas Schaerer, miembro de la ONG La Alameda, afirma a Hoy que “las villas tienen una gran producción de droga que se vincula con otros lugares de la sociedad. El trabajo de la droga se va otros lugares y es por eso que dentro de las villas funcionan muchos talleres clandestinos con cientos de personas en trabajo esclavo o también con la prostitución a través de una gran cantidad de prostíbulos que manejan ellos mismos”.
Según el dirigente social, “los laboratorios de la villa 1-11-14 hoy están abasteciendo a todo el narcotráfico de la Capital Federal con más de 1257 prostíbulos, todos ligados al narcotráfico y a su vez tienen ramificaciones en Córdoba y Rosario”.
“La Argentina se ha convertido en epicentro de la droga en América Latina y han transformado los barrios pobres al mejor estilo favela como Brasil o Colombia. Se han creado todos con el mismo método y a través de la producción de droga han comprado voluntades políticas y judiciales. Lo que vemos hoy en nuestro país es que el narcotráfico está financiando la campaña de los partidos políticos”, resaltó Schaerer.
Se calcula que cada laboratorio de droga ubicado en la Capital Federal por estos cárteles, tiene una ganancia promedio de 1.200.000 pesos por día, una cifra sideral que remarca el gran negocio narco en nuestro país y el nacimiento de actividades ilícitas hacia otros negocios, como el trabajo esclavo, el juego o la prostitución.