Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
Ayer por la mañana, la fiscal Viviana Fein afirmó que nunca dijo que la muerte dudosa de Nisman fuera un suicidio, aunque todos recuerdan cuando en el programa Cámara del Crimen dijo que la bala entró por la sien en forma coherente con un disparo autoinflingido. Y además destacó especialmente que no habían intervenido terceras personas, como dijo la autopsia.
Consultados varios fiscales nos señalaron que ninguna autopsia puede determinar esa conclusión apresurada. La fiscal salió al cruce de nuestro colega Jorge Asís, quien señaló que sólo un contorsionista podría suicidarse así disparándose atrás de la oreja. De acuerdo a la pericia del perito de parte Osvaldo Raffo, se destaca que la trayectoria de la bala de la pistola Bersa 22 fue de abajo hacia arriba y de atrás hacia delante. El proyectil ingresó por la zona témporo-parietal derecha a 3 cm de la oreja y a una distancia de 1 cm, como ilustramos en la foto que encabeza esta nota. O sea, todo lo contrario de lo afirmado por la fiscal, que está claro que repite lo que le dijeron los peritos del cuerpo forense, que dependen de la Corte Suprema de Justicia. Pero como impidieron la presencia de peritos de la familia de Nisman, los forenses que hicieron la autopsia estaban presionados por los 50 hombres de prefectura y policías que respondían a Sergio Berni, quien les dijo que se había suicidado.
Hay que ponerse en la piel de los peritos de la Corte, que habrán pensado para sus adentros que, si a un fiscal tan importante lo ejecutaron, a ellos no les quedaba otra cosa que decir lo que ordenaba el secretario de seguridad, que públicamente habló de suicidio.
La pobre fiscal Fein, por su parte, se compró el paquetito que le vendieron con la presión del mismo Berni y de la Procuradora General Alejandra Gils Carbó, que la rodeó de sus hombres de prensa. Así estuvo orientada la marcha de la investigación hasta que Arroyo Salgado la destrozó, agregando que su ex marido fue ejecutado en el baño, que el asesino movió el cuerpo y se fue por la puerta. Ahora resta saber cómo entró el o los asesinos al departamento de Nisman y aquí es donde aparece la suposición de una “entregadora” a la cual el fiscal le abrió la puerta. ¿Sería Josefina Kelly, la flamante directora de la “Ojota” (oficina de escuchas judiciales) o una modelo del staff de Leandro Santos? En cuanto al o los asesinos, ahí aparecería el SEBIN venezolano, que habría enviado uno de sus hombres o bien entrenó a un killer de Berni o Milani. Todos juntos interpretaron la queja presidencial: “Sáquenme de encima a Nisman”, frase que también la presidente habría dicho del juez Claudio Bonadío. Así las cosas, el cristinismo intentará demorar la investigación del asesinato de Nisman y lo mismo quiere hacer con la denuncia de encubrimiento de aquél. ¿Podrá?
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