Por Diario HOY.-
La “épica” del relato oficial hace agua por todos lados. Las normas dictadas por el kirchnerismo para favorecer la raigambre de las multinacionales en el país en detrimento de los productores locales
Uno de los refranes populares reza que “del dicho al hecho hay un largo trecho”, y nunca mejor demostrado que con el doble discurso oficial que habla de proteger los derechos argentinos sobre la extranjerización de la economía, cuando en realidad durante la “década ganada”, lo único que se ha realizado es una parafernalia de leyes para proteger el avance de las multinacionales, perjudicando a los empresarios y productores nacionales.
El saqueo de los recursos naturales que comenzó en los '90, se sigue dando en forma sistemática bajo la era K. El panorama hoy día es el de multinacionales que se nutren de nuestros recursos incrementando sus cuentas en paraísos fiscales, y un pueblo que se sumerge en la pobreza y la marginalidad.
Las iniciativas oficiales nada tienen que ver con la “épica” que suele adornar el relato kirchnerista, sino que por el contrario, sólo se ha beneficiado a los grandes intereses económicos.
Ejemplo de ello han sido leyes como la de Glaciares, la de Bosques, la de Arrendamiento, o las que se están discutiendo en el Congreso por estos días, como las leyes de Hidrocarburos y Semillas.
En diálogo con Hoy, la profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA e investigadora del CONICET, Alcira Argumedo, advierte que “en nombre de defenderse contra la extranjerización de la tierra, se permite vender a extranjeros un total del 15% del territorio, pero actualmente hay en manos foráneas un 5% de territorio, es decir, que en nombre de protegerse de la invasión extranjera se hacen estos dislates, es casi patológico lo del gobierno”.
La socióloga y diputada nacional por Proyecto Sur, afirma que lo ideado por el kirchnerismo con estas leyes “es escandaloso, la idea es atraer inversiones a cualquier precio. La distancia entre el discurso y la realidad es abismal, estamos ante una farsa de proporciones sólo equiparables a los datos del Indec”.
“En el caso del petróleo, la minería, las semillas o los Bosques, las coimas que se cobran son siderales. En 2007 Kirchner prorrogó por 40 años los yacimientos de Cerro Dragón.
Hace unos meses, la British Petroleum se autoincriminó ante la Comisión de Valores de los E.E. U.U. de haber pagado coimas. Habría que preguntarle a quién le pagó, porque si entregás a perpetuidad los recursos de gas y petróleo del país, el premio que te dan por eso es gigante”, subraya Argumedo.
A pesar de que el aparato de propaganda oficial remarca que el país vive un “boom” minero, petrolero y agropecuario que debe ser aprovechado por los argentinos, la realidad muestra que esto es una oportunidad formidable de las transnacionales para llevarse gigantescas ganancias no reinvirtiendo un solo peso en el país, incrementando el saqueo de nuestros recursos.
El escenario actual está plagado de multinacionales, como Chevron, Barrick Gold, Monsanto, Cargill, Syngenta, Pacific Rim Mining, Dow AgroSciences, Chapman Freeborn, entre otras, ocasionando un grave daño a la economía local en complicidad con funcionarios kirchneristas, que sólo piensan en sus propios intereses y no en el bienestar de la sociedad en su conjunto.
Puntos en el centro del debate
La depredación de las multinacionales sobre los recursos estratégicos del país avanza a paso firme, con la connivencia de un kirchnerismo que actúa como socio de los grandes intereses transnacionales.
Uno de los casos más significativos se da con Chevron en Vaca Muerta, donde el contrato es secreto y con la nueva Ley de Hidrocarburos, las petroleras podrán girar al exterior después del tercer año de producción hasta el 60% de sus ganancias, fomentando el oligopolio quitando el límite de 5 unidades de producción por empresa.
Con la ley de Semillas, se crea una norma hecha para Monsanto, donde se
prohíbe a los agricultores guardar semillas de su propia cosecha para las siembras posteriores e intercambiarlas libremente.
Las leyes de Glaciares y de Bosques no se cumplen en lo más mínimo, se les da escaso presupuesto para su implementación, y se permite a los gobiernos provinciales hacer y deshacer a su antojo, sin ningún tipo de control.
Una política de segregación territorial
Durante los últimos 11 años, el kirchnerismo ha implementado una política de destrucción de las economías locales, que no ha hecho más que llevar al interior del país a una situación angustiante y con una producción desguazada.
El economista y dirigente del GEN, Martín Hourest, afirma a Hoy que “el gobierno ha creado leyes que ha llevado a la Argentina a un escenario de segregación territorial porque llevan a ciudades o pueblos rurales del interior, sencillamente a tener que migrar hacia los cordones urbanos en el país sin que haya una lógica de radicación de esas poblaciones”.
Para el exlegislador porteño, las acciones que ha llevado adelante el kirchnerismo “destroza todo lo que queda de economías populares en el interior del país, arrojando a la gente a condiciones de explotación capitalista que no están en condiciones de competir y mucho menos de sobrevivir”.
“Se hace una fuerte presión sobre los sectores populares y las PYME, mientras que las grandes empresas y determinados sectores de la economía, como la minería, petróleo, sector financiero, comercio de granos, son constantemente beneficiados con medidas incomprensibles”, señala Hourest.
Las normas K están impregnadas en la lógica de poner soja hasta en los balcones y garantizarle a mineras y petroleras que hagan lo que se les dé la gana. Se parte de la premisa de que el mundo se va a seguir tironeando en base a una soja por arriba de los 580 dólares y un petróleo arriba de los 100 dólares. Esto ha generado un desastre en la naturaleza y unas condiciones de inequidad muy grandes en el interior del país, de la que será difícil salir en el corto y mediano plazo.