Por Clarín.-
El sínodo de obispos trató de equilibrar las posturas opuestas ente aperturistas y conservadores, pero no hubo consenso para aprobar cambios profundos.
El sínodo de obispos sobre la familia convocado por el papa Francisco aprobó hoy un documento final consensuado, donde trató de equilibrar las posturas opuestas entre aperturistas y conservadores,
La "Relatio Synodi", como se llama el documento final, fue completada tras dos semanas de debate de los problemas de la familia moderna en todos los continentes y con el fin de intentar abrir la Iglesia a las uniones libres, los divorciados y los homosexuales, aunque estos dos últimos temas generaron reticencias.
Sólo se logró que el documento final proponga acoger "con respeto y delicadeza" a los homosexuales y acompañar a los divorciados.
En total 183 "padres sinodales" participaron en la votación y cada punto, de los 62 párrafos del informe, fue sometidos a votación. Tres puntos no obtuvieron la mayoría de dos tercios requerida, los referidos a la homosexualidad y al acceso a la comunión para los divorciados que se vuelven a casar, explicó el Vaticano.
Toda la documentación, tanto los borradores como las correcciones, han sido publicados por el Vaticano. "El Papa ha querido que se publique todo, con total transparencia, lo que demuestra un alto grado de madurez", explicó Manuel Dorantes, uno de los vocero.
El texto será divulgado en todas las diócesis del mundo junto con un cuestionario y servirá de base para el próximo sínodo, programado para octubre del 2015.
"Tenemos un año para madurar", afirmó el papa Francisco, quien elogió la vitalidad de los debates.
"Sin no hubiera habido discusiones animadas me habría preocupado", comentó ante los obispos.
Francisco proclamó, al final del Sínodo extraordinario, que en esta asamblea no se ha puesto en entredicho la "verdad fundamental" del "sacramento del matrimonio: la indisolubilidad".
Lo afirmó en un discurso pronunciado ante los participantes en este Sínodo, a quienes dijo que su papel como líder de la Iglesia Católica es el de "garantizar la unidad".
Además, el papa dijo que la Iglesia Católica "no mira a la humanidad desde una torre de cristal para juzgar o clasificar a las personas".