Por Elizabeth Peger/El Cronista.-
No funcionarán trenes y bancos. Subtes y vuelos, con limitaciones. Se pliegan los recolectores y no se venderá combustible. Los hospitales tendrán guardias mínimas
Fortalecido por el despliegue de los piquetes de la izquierda en la víspera de la protesta, el frente sindical opositor, que encarnan Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, concretará hoy el segundo paro nacional contra el Gobierno en apenas cuatro meses, medida que marca una aceleración del conflicto social en el contexto de un creciente deterioro del empleo producto de la recesión de la economía.
La nueva huelga, que se hará fuerte sobre todo en la paralización del transporte pero que también afectará actividades claves del sector servicios y algunos rubros industriales, se inscribe como una escalada en la dinámica de confrontación impuesta por el gremialismo opositor en su relación con la administración de Cristina Fernández, ante la falta de respuestas a los reclamos por la rebaja de Ganancias sobre los salarios, la caída del poder adquisitivo de los trabajadores ante la inflación y la preocupación constante por la inseguridad.
“El paro va a ser contundente a pesar de la presión, el temor y el miedo que intenta imponer el Gobierno a muchas organizaciones sindicales”, garantizó ayer el propio Moyano en medio de los cruces dialécticos con funcionarios del Ejecutivo acerca de los efectos concretos de la medida de fuerza sobre la paralización de la economía. El discurso oficial se encargó de machacar con la idea de que los piquetes y cortes de ruta dispuestos por la CTA disidente y las agrupaciones de izquierda que respaldan la protesta ponen en jaque la “libertad de trabajar” de quienes no comparten la medida, situación que –según la opinión del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich– evidencia la “debilidad” de la convocatoria del sindicalismo opositor.
“El derecho a huelga debe ser libre, no puede haber una estrategia compulsiva”, advirtió el funcionario, al tiempo que el secretario de Seguridad, Sergio Berni, admitió que podría recurrir hoy al despliegue de fuerzas federales en caso de que los cortes de rutas y calles impidan la circulación de quienes concurrir a sus trabajos.
El aporte de los piquetes y manifestaciones a la protesta fue palpable ayer en toda su dimensión con bloqueos que desde temprano interrumpieron los principales accesos a la ciudad de Buenos Aires y que, tras el mediodía, convirtieron en un verdadero caos el tránsito en el centro porteño. La postal promete repetirse hoy y podría afectar la circulación de los colectivos y el funcionamiento del subte, tras el revés político que significo para Moyano la decisión de la UTA de no plegarse a la medida.
El camionero busco ayer minimizar el efecto de la actitud de la UTA. “En muchos casos lo choferes van a parar porque son los que sufren las consecuencias”, vaticinó y prometió que también trabajadores de los gremios alineados con la CGT oficial de Antonio Caló se plegarán masivamente a la huelga. En esa línea, defendió la modalidad de protesta impulsada por la izquierda sindical (“yo no autorizo ni desautorizo ningún piquete, soy respetuoso de la decisión de cada sector”, enfatizó), y advirtió al Gobierno que, más allá de la “soberbia permanente” que -dijo- despliega la Presidenta, “tendrá que empezar a tomar alguna medida en respuesta a los reclamos”.
El nuevo paro nacional del sindicalismo opositor (el segundo de este año tras la huelga del 10 de abril) afectará diversas actividades. En el transporte de cargas la huelga será total por la adhesión del sindicato de Camioneros pero tendrá efecto parcial en el caso de pasajeros: no funcionarán los trenes (adhieren La Fraternidad y señaleros), pero si circularán los colectivos de corta, media y larga distancia y 5 de las 6 líneas del subterráneos porteño con diagrama de domingo. El respaldo de cuatro de los siete gremios aeronáuticos a la medida afectará el transporte aéreo, por lo que la mayoría de los vuelos ya fueron reprogramados, en tanto se paralizara la actividad portuaria, con impacto en las exportaciones.
Tampoco funcionarán los bancos, estará paralizada la recolección de residuos y el despacho de combustibles, mientras se resentirá la atención de bares y restaurantes por el respaldo del gremio de gastronómicos. En los hospitales públicos cuyo personal está afiliado a ATE sólo se atenderán guardias mínimas, las actividades en Tribunales fueron suspendidas, mientras en las escuelas y en la administración pública nacional y provincial la medida será parcial ya que sólo adhieren a la huelga los gremios nucleados en las centrales opositoras.
Otros sindicatos que se sumarán al paro son los que agrupan al personal de las fábricas de alimentos, los panaderos, peones rurales, trabajadores del seguro, de entidades deportivas y clubes, y operarios petroleros, entre otros.
