Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
Las revelaciones televisivas de Jorge Lanata sobre el lavado de 55 millones de euros, que comprometieron a Leonardo Fariña, Federico Elaskar y Lázaro Báez, originaron una causa en la justicia federal a cargo del magistrado Sebastián Casanello. Éste, después de transcurrido un año de las indagatorias a los valijeros, decidió finalmente procesarlos por lavado de dinero del narcotráfico, cuando los analistas suponían que ese lavado provenía de la sobrefacturación de la obra pública, que viene operándose desde hace diez años. Este proceso tuvo su eje en Lázaro Báez, con su empresa Austral Construcciones, que logró ganar innumerables licitaciones en Santa Cruz y en diversas provincias.
Pero el juez Casanello sorprendió a los abogados señalando que había lavado de dinero proveniente del narcotráfico, dada la relación probada en la justicia federal de Bahía Blanca. Allí, Juan Suris, íntimo amigo de Fariña, está procesado por narcotráfico, lavado de dinero y asociación ilícita para la utilización de facturas truchas para evadir los controles tributarios.
Broche de oro
Si bien en las extensas 2000 fojas de la causa Casanello no descarta la otra hipótesis que tiene como origen el lavado de dinero proveniente de la supuesta corrupción de la obra pública, en el sur sostienen que por ahora no tiene pruebas de la vinculación de Fariña y Elaskar sobre el tema. Y que tampoco tienen acreditada la relación laboral entre Báez y Fariña.
En tanto que sí está probada por escuchas telefónicas de la causa radicada en Bahía Blanca la relación entre el detenido Suris y Fariña. Aquél usó uno de los autos de alta gama en el cual Fariña fue detenido en la Capital Federal. Actualmente Fariña está detenido, entre otras cosas, por la compra de un campo en Mendoza, en donde evadió el pago de impuestos por 28 millones de pesos a la AFIP El esposo de Karina Jellinek pago el campo en 5 millones dólares cash, según dijo, en comisión para Lázaro Báez. Pero el juez Casanello no parece haber tenido en cuenta la otra causa que tramita el juez federal de la plata Manuel Blanco. En conclusión, Casanello, quien está propuesto por el cristinismo como el vocal que falta para una de las salas de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, decidió por ahora que las operaciones de lavado de dinero de Fariña y Elaskar se vinculan a las operaciones del narcotráfico que lideraba Suris.
De este modo, el juez mata dos pájaros de un tiro: detiene a dos personas por lavado de dinero del narcotráfico, en un país donde hay pocos casos con esta carátula (si hay muchos detenidos por narcotráfico pero por lavado proveniente de éste, muy pocos). Pero además hay otro resultado. Como Casanello no tiene muchas luces, se supone que algún cráneo jurídico vinculado al cristinismo, como Eugenio Zaffaroni, León Arslanián o Esteban Righi, ideó este fallo que contradice el sentido común pero que jurídicamente es bastante racional y evita el llamado a indagatoria de Báez. De este modo se alcanza por ahora un objetivo mayor y es evitar complicar a la presidente de la Nación, porque Báez le alquilaba numerosas habitaciones que no utilizaba al hotel Alto Calafate y otros pertenecientes a la sucesión de Néstor Kirchner. Esto significa que, si Casanello retoma la pista Báez, complicaría a CFK. Pero en tal caso nunca lo ascenderán a camarista federal, un verdadero récord para un juez federal que después de dos años en su cargo ya ascendería al poderoso tribunal de alzada, que cuenta con integrantes que tienen todos un mínimo de diez años como jueces federales.
