Por Diario HOY.-
El Ministro del Interior había asegurado que los aumentos de las tarifas del transporte eran para reducir los subsidios, sin embargo éstos subieron en comparación a 2013. Especialistas apuntan al vínculo entre el Estado y los monopolios
El primero de enero empezó a regir un nuevo esquema tarifario para los colectivos tanto de la región como del gran Buenos Aires y la Capital Federal, en base a una suba promedio de 66%. En La Plata significó que el boleto aumentara entre un peso y $1,80, lo que fue un duro golpe al bolsillo en el comienzo del año. El Gobierno había justificado la suba asegurando que la misma permitiría una baja en los millonarios subsidios que reciben las empresas transportistas.Pero la realidad, una vez más, volvió a desnudar las mentiras de la Casa Rosada: según datos del Ministerio del Interior y Transporte, en los dos primeros meses del año se transfirieron, en promedio, $ 60 millones por día a los empresarios del sector, cuando el año pasado la cifra llegaba a $56 millones, y en 2012 apenas ascendía a $45,6 millones.
Es que el titular de la mencionada cartera, Florencio Randazzo, no es otra cosa que un mentiroso profesional. La tendencia es absolutamente inversa a la que prometió el funcionario: hace dos años el boleto era más bajo y los subsidios eran menores, hoy sube tanto el precio de la tarifa como la millonaria cifra que el Gobierno le otorga a los empresarios.
La desorganización es negocio
“El subsidio tiene que ver con la desorganización, porque la desorganización es un negocio”, explicó a Hoy el especialista en transporte Jorge De Mendonça, que ubicó el problema en la falta de control y de planificación del Estado, y en la monopolización del transporte de colectivos.
En ese sentido, ejemplificó: “Hace 24 años, los gallegos y algún turco que manejaban el transporte de colectivos en el país, eran absolutamente toscos, no tenían planificación, y también había un Estado totalmente ausente de la cuestión reglamentaria y de control. Pero aquellos señores tenían un boleto barato y no tenían subsidio, y eran empresas chicas y medianas en todo el país”.
“Hoy las empresas de transporte de todo el país son monopolios regionales o cárteles que son absolutamente ineficientes. ¿Podemos seguir con un Estado ausente en las concesiones, en las reglamentaciones o en el análisis del flujo de caja?”, se preguntó el analista. “Las empresas son absolutamente libres, y piden plata cada tanto: sea por aumento o por subsidio, y el Estado se las da”, señaló.
“La Justicia definirá si esto es connivencia. Lo que yo sí puedo decir es que nos están esquilmando desde el boleto y desde el subsidio”, concluyó Mendonça.
Las prioridades del kirchnerismo
El análisis de las cifras de los subsidios que otorga el Gobierno nacional al transporte deja en evidencia sus prioridades.
Mientras en enero se destinaron 1.876 millones de pesos a subsidiar el boleto de colectivo, se transfirieron apenas $1.520 millones al área de seguridad y $227 millones para vivienda (en este último caso se trata de apenas un 11% de lo que recibió el puñado de empresarios transportistas amigos del kirchnerismo).
A su vez, el segmento "promoción y asistencia social", en tanto, funcionó con $ 804 millones, algo menos que la mitad de los fondos de los colectiveros.
Para peor, los subsidios al transporte están muy lejos de reflejar un avance en la calidad del mismo, sino todo lo contrario, síntoma de que en realidad se trata de un gran negocio que beneficia a unos pocos.
