Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
No queda ninguna duda de que la jugada de Sergio Massa oponiéndose a la reforma del Código Penal lo consolidó como el primer opositor del cristinismo. De mantenerse en ese papel tendría chances de ser presidente hasta en la primera vuelta. Por ejemplo, si repitiera el 30% obtenido en las PASO después, en la primera vuelta, una gran parte de la oposición lo podría convertir en su candidato para ganarle al gobierno como ocurrió en la provincia de Buenos Aires en la ultima elección legislativa.
Para consolidarse cuenta con la inestimable ayuda del kirchnerismo, que esta semana y los días que vienen lo acusarán seguramente de demagogo y oportunista como ya lo empezaron a hacer Capitanich, Kunkel, Arslanián, Verbitsky y otros personajes de ese sector. Por el contrario, Diana Cohen Agrest, Susana Trimarco y Carolina Píparo coinciden con la propuesta de juntar firmas para trabar el proyecto de reforma.
Para consolidarse cuenta con la inestimable ayuda del kirchnerismo, que esta semana y los días que vienen lo acusarán seguramente de demagogo y oportunista como ya lo empezaron a hacer Capitanich, Kunkel, Arslanián, Verbitsky y otros personajes de ese sector. Por el contrario, Diana Cohen Agrest, Susana Trimarco y Carolina Píparo coinciden con la propuesta de juntar firmas para trabar el proyecto de reforma.
Un compás de espera
El gobierno debe ahora decidir si sigue con esta iniciativa que le impide retomar la agenda política, aunque se prevé que las dudas se estiren una semana más, ya que el lunes 17 el papa Francisco nuevamente le dará oxígeno a una presidente con un país en recesión y con un 5% mensual de inflación. Ya trascenderán sus ruegos para que no ataquen a Cristina, que debe terminar tranquila su mandato, pero el error del Frente para la Victoria es creer que el Papa puede hacerle ganar las elecciones presidenciales en octubre del 2015 o las PASO, que se podrían adelantar. Pero sin duda que la visita presidencial al Vaticano y la reunión con François Hollande, el presidente de Francia, servirá para que la presidente retome la iniciativa y da para que se especule que se puede avanzar en el arreglo de la deuda con el Club de París, aunque para eso falta mucho tiempo. Se supone, en tanto, que le queda una semana al gobierno para insistir con la reforma penal o mandarla al sueño de los justos, situación que significaría un triunfo de Massa. Según fuentes kirchneristas, con el viaje a Europa se produciría un paréntesis y el gobierno volvería a la carga en la semana que comienza el 24 de marzo, cuando CFK tendrá la oportunidad de volver a hablar del pasado y en forma indirecta golpear a Massa.
En tanto, en la Cámara de Diputados, Julián Domínguez parece mostrarse muy generoso con los radicales y el PRO entregándoles las presidencias de varias comisiones mediante el desplazamiento de diputados del Frente para la Victoria. Resulta evidente que esta operación se realiza en detrimento del Frente Renovador. Ayer, Perfil publicó una encuesta de Federico González que le da 8% de ventaja a Massa sobre Scioli. Lo curioso es que el trabajo le baja el precio a Scioli, ya que Florencio Randazzo aparece con una intención similar de voto y un poco más abajo Capitanich y Urribarri. Esto resulta poco creíble, ya que la imagen positiva de la presidente está en un 34% cuando muchas encuestas la dan abajo del 27%. Está claro que el movedizo ministro del interior y transporte, quien maneja un presupuesto de miles de millones de pesos para recuperar el transporte ferroviario, se ha convertido en el otro gran avisador después de Scioli y Macri. Así aparece una nueva pauta publicitaria de un sector del gobierno nacional tan esquivo en suministrarla a Clarín, La Nación y Perfil, que tratan en forma destacada al dirigente de Chivilcoy.
