HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 17 de febrero de 2014

DURO AJUSTE: El gobierno apuesta a una gran victoria política: ajuste sin reacción social ni sindical


Por Carlos Tórtora/El Informador.- Luego de atravesar las últimas tormentas cambiarias e inflacionarias, en el gobierno predomina la idea de que está consiguiendo ganar el año. Esto es, crear condiciones para evitar una crisis de gobernabilidad. La positiva reacción de los mercados ante la suba de tasas, el blanqueo de la inflación y las negociaciones con el FMI es una de las claves. La otra es la clara predisposición mayoritaria de los caciques sindicales, tanto de Balcarce como de Azopardo, para cerrar paritarias anuales, sujetas a ciertas revisiones en caso de que la inflación se dispare.
Que el ánimo sindical no es combativo se traduce en casi todas las declaraciones y en el mismo lenguaje de Hugo Moyano, que dista mucho de ser incendiario. Con éstos y otros parches, el gobierno se encamina hacia concentrar toda su batería mediática en el Mundial de Brasil en el segundo trimestre, con lo cual podría llegar a las vacaciones de invierno con riesgos menores de un sacudimiento social. Los síntomas de recesión en Brasil y la inflación en los alimentos ponen en serias dudas que este plan se cumpla. Pero por lo menos lo está intentando en mejores condiciones que algunas semanas atrás. En este ajedrez juega también el disciplinamiento del sector empresario mediante los escraches en la vía pública, que marcan un estilo intermedio con la violencia directa aplicada por el gobierno venezolano en los últimos disturbios a través de grupos parapoliciales como Tupamaros. Una vez más -y como viene ocurriendo sistemáticamente- es la política más que la economía la que le proporciona oxígeno extra a CFK.

El pase del intendente de Merlo Raúl Othacehé a las filas del massismo, una pérdida para el kirchnerismo, agudizó la puja del tigrense no sólo con Daniel Scioli sino con Mauricio Macri quien, contra su costumbre, dijo que en el gobierno son todos unos chorros. La definición del Frente Progresista en contra de una alianza con Macri reafirmó aún más claramente la creciente multiplicación de las candidaturas presidenciales. Por ejemplo, Massa está convencido de que puede orillar el 45% de los votos en Buenos Aires y que con un aporte mínimo del interior estaría por encima del 20% en el 2015, es decir, con chances de entrar al ballotage. Por su parte, Scioli ya no tiene espacio para retroceder y el mismo cristinismo lo obliga a que mantenga su candidatura para contener a Massa. Y Macri, con serios déficits de estructura territorial, también advierte claramente que CFK podría elegirlo como oponente principal y hacerlo crecer para que esté en condiciones de disputarle un ballotage al gobierno debilitando a Massa. En síntesis, la carrera presidencial para el 2015 tiene un rasgo distintivo con respecto al pasado. Todos creen que habrá segunda vuelta y que, en esa instancia, cualquiera puede ganarle al gobierno. Prácticamente nadie cree que haya un candidato capaz de ganar en primera vuelta. 

 Oxígeno extra 

 Así las cosas, y cargando ahora con el fardo del ajuste a cuestas, el arte político del kirchnerismo consiste en mantener un piso que le permita llegar al ballotage, su famoso núcleo duro, mientras crea condiciones para que la oposición se fraccione al máximo. Por ejemplo, el puntano Adolfo Rodríguez Saá se anotaría también en la grilla presidencial para sacarles algunos puntos a Scioli y Massa. Una de las incógnitas, que seguramente se mantendrán hasta el último momento, es si Cristina optará por Scioli o preferirá una figura menos popular pero que le sume votos de centro izquierda. No deja de ser significativo el bajo costo político que el ajuste está teniendo para el gobierno en materia de crítica opositora y, habría que agregar la hasta ahora pálida reacción social. Si ésta fuera la tendencia hasta el segundo semestre, el gobierno podría luego empezar a cosechar algunos resultados positivos. Otro dato que entusiasma en Olivos es la absoluta incapacidad opositora para unificar una sola postura ante la ola de medidas económicas, algunas disparatadas, que se aplicaron en las últimas semanas. De algún modo, daría la impresión de que varios presidenciables de la oposición dieron por hecho que se produciría una virulenta reacción social y sindical y que entonces era inoportuno aparecer como agoreros de una situación de descontrol y violencia. 

Sin embargo, nada de ello ocurrió y esto le dio al gobierno un oxígeno impensado que no le hace recuperar un solo voto pero le permite replantearse la iniciativa política. Las últimas y agresivas apariciones televisivas de CFK, entre ellas la de ayer desde El Calafate, tienen un mismo sentido: demostrar que el gobierno no está en retirada y que la presidente, a su manera, está dispuesta a seguir en el timón sin cederle poder a nadie. La degradación política de Jorge Capitanich es en este sentido un caso paradigmático. Llegó al gobierno como el vocero de la moderación y el representante de una supuesta liga de gobernadores que podría hasta llegar a condicionar a la Casa Rosada y terminó convertido en una especie de Guillermo Moreno, dedicado a descalificar con argumentos de baja estofa a todo el espectro opositor. Una clara demostración de que en el cristinismo no hay espacio para matices de ningún tipo.

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