HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

jueves, 23 de enero de 2014

SITUACIÓN NACIONAL: Estalló la economía: el cinismo de Cristina

Por Diario HOY.- La Real Academia Española define al cinismo como la “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”. Precisamente, eso fue lo que hizo la presidenta Cristina Kirchner, ayer, cuando volvió a encabezar un acto público que fue trasmitido por cadena nacional, luego de más de 40 días de ausencia. La primera mandataria habló durante aproximadamente 45 minutos, en la jornada económica más negra del año, donde se registró una abrupta devaluación del peso tanto en el mercado marginal como en el oficial.
Pero nada dijo de esta crisis, que recae con fuerza sobre una ciudadanía agobiada por una inflación que parece no tener freno (que se verá aún más recalentada por la devaluación) y una recesión que mantiene paralizada la actividad económica. Su única reacción ante el colapso por parte de CFK, fue responder con más de lo mismo. Ayer, en todo momento buscó negar la realidad, en una suerte de bipolaridad extrema, anunciando como si fuese la solución a todos los males un plan clientelar que consiste en asignar míseros $600 a jóvenes que no estudian ni trabajan (consecuencia directa de la exclusión generada por el ahora moribundo modelo kirchnerista) para que vuelvan a la escuela. 

 Estos chicos, que recibirán la ayuda del estado, deberán hacerse una revisación médica anual obligatoria en hospitales públicos que se caen a pedazos, que no tienen insumos, y que por estos días no están funcionando por los paros de su personal. Además, supuestamente, deberán ser recibidos en escuelas que se encuentran igual o peores condiciones que los centros de salud. Por como viene la mano, las clases no comenzarán en marzo, dado que los estados provinciales no cuentan con los recursos para satisfacer los pedidos de aumento salarial que pedirán los gremios en las paritarias, producto de la inflación que el mismo gobierno bipolar no reconoce. Según se desprenden de las palabras que ayer pronunció CFK, ante un auditorio eminentemente conformado por aplaudidores, obsecuentes y militantes rentados, no hay de qué preocuparse ya que “los trabajadores argentinos tienen el mayor poder adquisitivo de Latinoamérica”. 

 La Presidenta dijo ayer, en su alocución, que el salario mínimo es de “U$S 600” o $3.600. Esto nos arroja una cotización del dólar de $6 cuando ayer la verde divisa cerró a $7,14 en el mercado oficial. O sea, tenemos una primera mandataria tan despegada de la realidad que ni siquiera sabe cuánto vale el dólar. Eso no fue todo. La presidenta agregó, sin sonrojarse: “está molestando un régimen de plena ocupación”, utilizando los garabatos del INDEC que dicen que en la Argentina hay un 6,6% de desocupación. Es decir, según esta lógica, estamos mejor que Brasil, Chile y Uruguay. Y por ende ya ni siquiera es necesario preocuparse por la inseguridad, la crisis energética y el estancamiento económico. Será por eso que Cristina, que ayer tuvo tiempo para solidarizarse con los militantes rentados de La Cámpora que protagonizaron una escaramuza en San Isidro, no fue capaz de dedicarle una sola palabra a estos problemas. 

 En definitiva, la primera mandataria volvió a hacer lo mismo que ya hizo en diciembre pasado, cuando decidió escabullirse de la realidad y ponerse a bailar con una cacerola en Plaza de Mayo, mientras en el país había 13 muertos por los saqueos; y cuando presidió una ceremonia para entregarle el mando del Ejército al general César Milani, acusado por crímenes de lesa humanidad por todos los organismos de derechos humanos que no forman parte del kirchnerismo. Eso sí, ayer, CFK buscó nuevamente compararse con los desaparecidos, intentando reescribir la historia, queriendo hacer olvidar que en los años de plomo tanto ella como su marido muerto estaban haciéndose millonarios en el sur gracias a la usura impulsada por las políticas del siniestro José Alfredo Martínez de Hoz, mientras su cuñada –actual ministra- era funcionaria del gobierno de facto de Santa cruz. 

 Final de ciclo 

 Por más que su bipolaridad política no le permita al gobierno reconocer lo que está sucediendo, la realidad se empeña en ser la única verdad. Y está poniendo de manifiesto que el kirchnerismo transita su final de ciclo. Así como la devaluación decretada a fines de 2001 significó que el régimen de la Convertibilidad explotara en mil pedazos, la escalada sin freno que está registrando desde que comenzó el año 2014 la verde divisa en el mercado oficial y en el paralelo está produciendo un efecto muy similar. El llamado “modelo”, tan promocionado por los K en la mal llamada “década ganada”, explotó y quedó convertido en cenizas. Así como la crisis de hace 12 años estuvo motivada, principalmente, por los factores de poder económico a los que ya no les convenía mantener el esquema del 1 a 1, en estos días estamos asistiendo a un escenario muy similar. 

 Los mismos sectores concentrados de la economía que obtuvieron escandalosas ganancias en la última década por los favores del kirchnerismo, son los que ahora han decidido que Cristina ya no les resulta confiable. Le han bajado el pulgar. El manotazo de ahogado que significó querer arreglar con Club de París, lo que implica tener que desembolsar casi 10 mil millones de dólares, un tercio de las reservas que aún quedan en el Banco Central, no fue suficiente para que se apaciguaran los ánimos. Es un hecho que CFK no está dispuesta a cambiar, y se empeña en seguir por el mismo camino fracaso. Por eso, ahora, el desafío lo tiene la oposición, cuyos referentes deberán dejar a un lado la guerra de egos, las especulaciones cortoplacistas y ponerse a trabajar seriamente, con sus equipos económicos, para constituir una auténtica alternativa.

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