Massa “giraría a la izquierda” para captar el voto K

Por Carlos Tórtora/El Informador.- Espinoza está negociando su pase al Frente Renovador. La campaña para el 27 de octubre ya comenzó y se advierte en el Frente para la Victoria cierto desconcierto. O más bien, nadie parece saber si CFK le dará un golpe de timón a su estrategia o simplemente mantendrá el mismo rumbo. Sí trascendió, en consonancia con esta última alternativa, que el gobierno se prepara para profundizar su política del garrote y la zanahoria. Esto es, aplicar represalias a los intendentes que jugaron doble en las primarias, o sea, con Massa y con el FpV, mientras aumentaría también significativamente el otorgamiento de obras públicas y prebendas a los alcaldes leales. Aprovechando la confusión que los malos números produjeron en la Casa Rosada, la plana mayor del massismo ya está definiendo las principales líneas para el nuevo tramo de la campaña. El principal cambio sería una especie de giro del discurso de Massa para concentrarse en la captación de votos kirchneristas.
La explicación de este cambio es simple: “nosotros nos diferenciamos y los votos anti-K ya los tenemos, ahora vamos por los kirchneristas arrepentidos”, graficó un asesor del tigrense. De ahí que en los festejos del domingo pasado, el ex Jefe de Gabinete Alberto Fernández haya aparecido como vocero del Frente Renovador. Entrelíneas, la idea sería explotar la diferenciación, ya usada por otros, entre la defensa de un Néstor Kirchner supuestamente moderado y racional en contraposición al autoritarismo de su sucesora.

Por supuesto que, en este contexto, se defenderían los éxitos de la década ganada en materia social y económica y se mantendría un silencio total sobre la corrupción. Este cambio táctico hace que Massa se vuelva todavía más peligroso para la Casa Rosada. Su crecimiento podría derivar entonces en el vaciamiento de las filas del Frente para la Victoria. El “giro a la izquierda” sería además la respuesta a la intención del cristinismo de instalar que se está formando un frente de centro derecha con eje en Massa y Mauricio Macri. En este contexto, no sólo en Tigre evitarían las fotos con la gente del PRO sino que eludirían cualquier negociación pública con Francisco de Narváez. En cuanto a Hugo Moyano, trascendió que su aproximación al Frente Renovador y su alejamiento del denarvaísmo sería inminente. El líder de los camioneros dejaría al empresario sin su apoyo financiero y el aporte de su aparato sindical. En síntesis, envalentonado por el excelente resultado obtenido en la primaria bonaerense, Massa apuntaría a un objetivo superior. En vez de confrontar con el kirchnerismo trataría de absorberlo, tendiéndole un puente de plata a muchos dirigentes que a esta altura están no sólo preocupados por su futuro político en el 2015 sino temerosos de las citaciones judiciales que pueden llegarles.

 Un broche de oro 

 En este nuevo esquema de campaña, habría objetivos de primer nivel. Sin duda, el más importante a nivel territorial sería que el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, oficialice su pase al Frente Renovador en las próximas semanas. Con 1500.000 votantes, La Matanza es el corazón del voto del peronismo bonaerense y Espinoza viene de sobrellevar varios cortocircuitos con los operadores cristinitas. Por ejemplo, nunca habría superado su molestia porque fue elegido como estrella de la campaña oficial Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, un distrito de la tercera sección electoral tres veces más chico que La Matanza. Se especula con que Espinoza estaría negociando secretamente con el tigrense sobre la base de sus ambiciones de ser candidato a gobernador en el 2015. No es el único que conversa de esto, ya que el alcalde de Almirante Brown y segundo candidato a diputado del Frente Renovador, Darío Giustozzi, se considera el candidato natural del sector para suceder a Daniel Scioli. Aunque también otro massista, el intendente de Malvinas Jesús Cariglino, tendría el mismo objetivo. El pase de Espinoza, que sería acompañado por Fernando Grey, intendente de Esteban Echeverría, en caso de concretarse podría conmocionar las filas del peronismo bonaerense. Simplemente, instalaría la convicción de que la tercera sección se vuelca hacia las filas de los rebeldes. En otras palabras, que el peronismo bonaerense le da la espalda a la Casa Rosada.