Por Laura Serra/La Nación.-
Apuntó contra el Grupo Clarín y el periodista Jorge Lanata, y rechazó las sospechas sobre la escala de la Presidenta en Seychelles; además, criticó a la oposición por reclamar el control de la Cámara baja
El miércoles, en Tecnópolis, la Presidenta adelantó su rechazo a la idea opositora de controlar la Cámara baja: Ése es el pasado -dijo-, y al país no le sirvió.
El oficialismo, con Cristina Kirchner a la cabeza, decidió radicalizar su discurso tras la derrota en las elecciones primarias, el domingo pasado.
A la estrategia de no reconocer el traspié electoral le sigue, ahora, una embestida contra la prensa independiente y la oposición, a los que acusó de impulsar un "ataque a la democracia" con el objetivo de desestabilizar al Gobierno. El discurso, en rigor, no es nuevo: cada vez que el kirchnerismo se vio amenazado por una situación adversa exhumó las mismas acusaciones sobre supuestas intenciones golpistas de sectores que no comulgan con el Gobierno.
Lo hizo con la crisis del campo en 2008; tras el revés electoral en 2009, y durante la rebelión en Prefectura el año pasado. Ahora, la reacción oficialista apuntó contra el Grupo Clarín y el periodista Jorge Lanata, como también contra sectores de la oposición que anticiparon que pelearán por la presidencia de la Cámara de Diputados si el oficialismo pierde allí la mayoría tras las elecciones de octubre próximo.
"[La oposición] busca un golpe institucional", denunció la jefa del bloque de diputados oficialistas, Juliana Di Tullio .
Los primeros indicios de la indignación oficialista los dio la propia Presidenta el miércoles pasado, cuando descalificó a la oposición y, en particular, al intendente de Tigre y ganador de las elecciones en Buenos Aires, Sergio Massa. Los consideró meros "suplentes" de quienes "manejan la pelota", que son, a su juicio, las corporaciones empresarias y mediáticas.
La embestida continuó ayer, luego de que el programa Periodismo para t odos (PPT), que conduce Lanata, difundiera un informe sobre un misterioso viaje de la presidenta Cristina Kirchner a un conocido paraíso fiscal, las islas Seychelles, en enero pasado, cuando regresaba de un viaje oficial a Vietnam. El periodista reveló que en aquellas islas está radicada una de las sedes de la firma Aldyne, que el empresario Lázaro Báez habría utilizado para ocultar dinero negro del kirchnerismo.
Como primera reacción, el Gobierno arremetió contra Lanata y el Grupo Clarín en un duro comunicado que elaboró la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Oscar Parrilli, en el que buscó aventar las sospechas del viaje de la Presidenta a las islas Seychelles. El funcionario insistió en que se trató de una escala obligatoria del avión por razones de seguridad de aeronavegación.
En el comunicado oficial, el Gobierno acusó a Lanata de ser un "sicario mediático" del Grupo Clarín y de su CEO, Héctor Magnetto, y enfatizó que el programa televisivo se basa en "la mentira, la infamia, el agravio" con el fin de "desprestigiar y descalificar a la Presidenta".
En su página de Facebook, Cristina Kirchner abonó luego la embestida. "Cuánta impunidad: un show mediático que movilizó a jueces, fiscales y fuerzas de seguridad en busca de bóvedas, cajas fuertes y cajas de seguridad ubicadas en Santa Cruz, donde supuestamente se guardaban miles de millones de dólares y euros de la mediática «corrupción K». Causando daño, difamando a diestra y siniestra. La operación evidente y explícita consiste en atacar la memoria del que ya no puede defenderse: del presidente Néstor Kirchner", escribió.
Las críticas continuaron luego en boca de Parrilli, quien sostuvo que Lanata "es un asesino mediático" que está "loquito" y "nervioso". En declaraciones a Radio 10, El Mundo, La Red y Continental, Parrilli cuestionó también al "resto de los periodistas que, como loritos parlanchines, repiten lo que dice él".
Otra cuestión que irritó al oficialismo es la posibilidad de perder la presidencia de la Cámara baja a manos de la oposición. "La intención de fondo es dar un golpe institucional a la democracia", opinó Di Tullio.
Ante la escalada de la ofensiva oficialista, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, instó a poner paños fríos. "En un momento como éste se debe buscar fortalecer la gobernabilidad, la institucionalidad. Es muy importante apoyar a la Presidenta para cumplir el mandato de la mejor manera posible", dijo.A la estrategia de no reconocer el traspié electoral le sigue, ahora, una embestida contra la prensa independiente y la oposición, a los que acusó de impulsar un "ataque a la democracia" con el objetivo de desestabilizar al Gobierno. El discurso, en rigor, no es nuevo: cada vez que el kirchnerismo se vio amenazado por una situación adversa exhumó las mismas acusaciones sobre supuestas intenciones golpistas de sectores que no comulgan con el Gobierno.
DESENFRENO TUITERO
El tuit que se difundió desde la cuenta oficial de la Casa Rosada
En la cuenta @CasaRosadaAr , un extraño mensaje apareció anoche, cerca de las 20.30, con una nueva crítica a Jorge Lanata; el texto desapareció poco después, tan misteriosamente como había aparecido
FURIA EN EL KIRCHNERISMO
Se habló de "golpe" y de defender la gobernabilidad
"No quieren seguir mejorando la vida de la gente. La intención de fondo es dar un golpe institucional a la democracia"
Juliana Di Tullio / Jefa del bloque diputados FPV
"Se debe fortalecer la gobernabilidad. Es muy importante apoyar a la Presidenta para cumplir el mandato"
Daniel Scioli / Gobernador de Buenos Aires
"Magnetto en nombre de los podridos intereses económicos y políticos de Clarín busca ensuciar y destruir a @CFKArgentina .Lanata basura!!!!!"
Luis D'Elía/ Dirigente kirchnerista
"Quieren generar en la sociedad odio, violencia. Lanata debe tener un complejo con Néstor Kirchner porque en vida no le pudo ganar una"
Oscar Parrilli / Sec. Gral. de la presidencia