Por Jorge Raventos/El Informador.-
"Todo va bien, señora marquesa.
Nada va mal, todo va bien
Pero es preciso que la diga
que lamentamos una cosita:
si ardió el establo, señora,
es porque el castillo se incendió
Aparte de eso, señora marquesa
Todo va bien, muy bien, muy bien."
Paul Misraki, Tout va très bien, madame la marquise.
Ensimismado en el relato de los éxitos que proclama, el gobierno parece no registrar el creciente aislamiento en que se encuentra. Está a punto de conseguir que su proyecto de colonización de la Justicia se convierta en leyes (algunas ya están promulgadas). Pero el júbilo por ese logro se ve empañado por la constatación de que, con ley de Medios y todo, sólo puede dañar al Grupo Clarín -al que ha colocado en el lugar de Enemigo central- con las ocurrencias de Guillermo Moreno; la trabajosa ley que hoy trata de administrar Martín Sabbatella le resulta por el momento inaplicable. Del mismo modo, las leyes que hoy le suministra un Congreso obediente es difícil que prosperen cuando sean examinadas por los Tribunales.
Sofocado por sus logros
En paralelo, aunque el oficialismo demore en detectarlo, el gobierno se empantana gravemente: su ofensiva destinada a controlar todas las palancas del poder lo va dejando solo; la imagen presidencial cae sostenidamente en las encuestas mientras crece el tema de la corrupción oficial y paraoficial como una de las preocupaciones mayores de la opinión pública. La avanzada sobre la Justicia no sólo recibe una dura respuesta de magistrados y políticos argentinos: en el exterior crece la censura a lo que se observa como una chavización acelerada del país. Y el objetivo político oficialista -posibilitar en 2015 la re-reelección de la señora de Kirchner- se vuelve cada vez menos alcanzable. El peronismo, entretanto, empieza a reagruparse al margen del núcleo gubernamental.
El tema de la corrupción se agrava por el silencio oficial ante las resonantes denuncias que son de dominio público. Esta semana la Presidente se ufanó de un triunfo judicial que obtuvo en Italia sobre una periodista del Corriere della Sera que cinco años atrás afirmó que en Roma, en un alto de la Cumbre contra el Hambre a la que asistía, la señora de Kirchner había comprado joyas en la afamada Casa Bulgari. En aquella oportunidad la Presidente mostró una respuesta veloz: demandó a la periodista por difamación y envió una desmentida al diario porteño La Nación, que reprodujo en sus páginas el artículo del Corriere. Llama, por eso, la atención que la diligencia exhibida por la Casa Rosada en 2008 para litigar y refutar no se ponga de manifiesto ahora ante la seguidilla de informaciones acusatorias que se difunden, particularmente las que desde hace más de tres semanas viene dando a conocer ante audiencias de millones de personas Jorge Lanata en su programa de tevé. El propio periodista le reclamó al poder que responda y, eventualmente, desmienta sus denuncias, pero la Presidente probablemente mira otro canal.
Señales de hastío
En cuanto a la ofensiva contra la Justicia, va más allá de los cuernitos que la Presidente le dedicó a la Corte Suprema durante un discurso oficial. Las respuestas que recibe vienen también de más allá.
Esta semana se conoció el informe redactado por la Relatora Especial de las Naciones Unidas (ONU) sobre la independencia de los magistrados y abogados. Se trata nada menos que de una brasileña, Gabriela Knaul. Ella exhortó al gobierno de la señora de Kirchner a que reconsidere los proyectos de ley de reforma del Consejo de la Magistratura y de regulación de las medidas cautelares, recién aprobadas en la Cámara de Diputados.
La “disposición sobre la elección partidaria de los miembros del Consejo de la Magistratura” y “las limitaciones aprobadas a las medidas cautelares” son “contrarias a varios artículos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, señaló Knaul. La funcionaria de la ONU apuntó sobre todo a la disposición que amplía el número de miembros del Consejo -de 13 a 19- y establece la elección popular en elecciones nacionales. “La disposición sobre la elección partidaria de los miembros del Consejo de la Magistratura es contraria al artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y a los Principios básicos relativos a la independencia de la judicatura”, afirmó.
“El Estado tiene el compromiso de asegurar la independencia de la judicatura mediante el respeto de su legislación a los estándares internacionales”, dijo la funcionaria de la ONU e hizo “un llamado a Argentina a que establezca procedimientos claros y criterios objetivos para la destitución y sanción de jueces, y que se asegure un recurso efectivo a los jueces para impugnar dichas decisiones, en aras de salvaguardar la independencia judicial”.
El gobierno promulgó el lunes la ley sobre las medidas cautelares. La Relatora Especial aseveró: “Las limitaciones aprobadas a las medidas cautelares son contrarias a los artículos 2 (3) y 14 (1) del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, entre otros estándares internacionales relevantes”.
La Presidente despertó al canciller Timerman y le reclamó que Relaciones Exteriores se quejara y hasta la procuradora Alejandra Gils Carbó fue movilizada para protestar por el tono de la oficina de la ONU: “Me pareció raro que un organismo internacional de esa envergadura tenga ese tipo de reacción. Me llamó la atención”. Efectivamente, la Relatora Especial de la ONU utilizó procedimientos reglamentarios pero excepcionales, sólo explicables porque cuenta con sustento y estímulo para obrar de ese modo. El motivo de lo que deja perpleja a la señora Gils Carbó probablemente sea que el comportamiento del gobierno argentino se ha tornado fastidioso para demasiados jugadores del país, de la región, del mundo.
El rancho cascoteado
El influyente diario The Wall Street Journal entregó a la filosa pluma de Mary Anastasia O’Grady el análisis de la situación argentina. “La fea realidad es que el estado policial venezolano no es ignorado por los argentinos, que ahora se ven amenazados por el intento de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de tomar control de la Justicia, un arrebato de poder que presagia un fin similar de sus libertades”, escribió la columnista.
El diario de las finanzas y las inversiones señala que sólo los intereses que no coinciden con los de la Presidente han conseguido impedir a esta “implementar una agenda socialista completa, más notablemente cuando intentó imponer impuestos confiscatorios a las exportaciones del sector agrícola en 2008. Otro motivo por el que los disidentes han sido relativamente exitosos en mantener a raya a la presidente hambrienta de poder son los medios de comunicación independientes, lo que explica por qué ella intenta estrangularlos”. Y explica este punto a sus lectores: “El gobierno de Kirchner ha estado privando de ingresos a los periódicos independientes al instruir a empresas de alimentos y electrónicos para que no anuncien con ellos. Los minoristas están muy conscientes de que al ser el único proveedor de licencias de importación y del tipo de cambio oficial el gobierno de Kirchner puede poner en aprietos a los que no acaten”.
Agrega WSJ: “Kirchner no sólo estaba descontenta con la empresa de medios, sino también con el poder judicial independiente de Argentina (…) los kirchneristas están desesperados por ganar una mayoría para poder cambiar la ley con el fin de permitirle a la presidenta postularse a un tercer mandato. ”
En fin, el principal diario de negocios de Estados Unidos coincide en sus preocupaciones por Argentina con la Relatora Especial de la ONU: los intentos de acumular la suma del poder en manos del Poder Ejecutivo. “La sociedad civil argentina se ha alborotado por esta agresión informa WSJ-. El 18 de abril, aproximadamente un millón de argentinos salieron a las calles de Buenos Aires a protestar contra su gobierno. Los expertos legales, grupos de derechos humanos, el grupo anticorrupción Transparency International y defensores de la libertad de prensa están todos advirtiendo que la ley pondrá fin a la separación de poderes. Unos días antes de que el Congreso aprobara la reforma de Kirchner, un tribunal de apelación falló que obligar a Clarín a vender activos bajo la ley de medios de 2009 es inconstitucional. Se prevé que el gobierno apele en la Corte Suprema, pero analistas prevén que Clarín prevalecerá. A menos que el tribunal supremo también declare inconstitucional la reforma judicial de Kirchner, eso podría ser el último suspiro de la república argentina. Simplemente pregúnteles a los venezolanos”, concluye The Wall Street Journal.
En Washington, en el Senado de Estados Unidos, circula entretanto un informe preparado por Douglas Farah, investigador del “think-tank” International Assessment and Strategy Center para información y debate de los congresistas. El documento comienza de modo muy elocuente: “Bajo el corrupto gobierno populista de Cristina Fernández de Kirchner la Argentina está regresando a la ruina”. Otro párrafo, este de la conclusión: “El gobierno de Cristina Kirchner está enfrentando múltiples crisis políticas y económicas y se ha afianzado cada vez más sus alianzas con las dos fuerzas más antagónicas a los intereses en Estados Unidos y la democracia en el continente: Venezuela e Irán”.
El trabajo de Farah no ahorra críticas ante el “creciente autoritarismo de Kirchner en el país y el aumento de desprecio por el estado de derecho a nivel nacional e internacional” (que) “pone a Argentina en el camino hacia el valor predeterminado internacional y el aislamiento de sus más importantes socios democráticos tradicionales, incluidos los Estados Unidos, Brasil, Chile y Colombia”.
El malestar externo con Argentina no se limita a las medidas contra medios y Justicia ni remite a la ONU o a Estados Unidos: las quejas empiezan en el vecindario. Uruguay está disgustado por las distorsiones que la enrevesada economía K (particularmente en sus capítulos cambiario y comercial) provoca del otro lado del Plata. El vicepresidente oriental, el frenteamplista Danilo Astori acaba de decir que la situación en el Mercosur está”en su peor momento” ya que “cada día hay una dificultad nueva en Argentina, tanto para los bienes como para los servicios, lo cual obviamente representa un serio perjuicio para Uruguay”. Brasil no está menos inquieto: sus empresas abandonan la plaza argentina donde, como en el caso de Vale, programaban fuertes inversiones, mientras se quejan por las arbitrariedades comerciales que impone Guillermo Moreno (es decir, el gobierno de la señora de Kirchner). La prensa brasilera se regodea comparando la actitud de la presidente argentina con la de Dilma Rousseff ante un tema como el de la corrupción: la brasileña desalojó a nueve de sus ministros frente a la mera sospecha de procedimientos turbios. La señora de Kirchner no.
Un león sin dientes
El gobierno que hoy enfrenta a la opinión pública, a los medios independientes, al conjunto de las fuerzas políticas opositoras, a los jueces y a los auxiliares de la Justicia, al movimiento obrero (y, más sordamente, a las personalidades de su propia coalición política que mejor sintonizan con la opinión pública) y que recibe aquellas (entre otras) señales del mundo, no está parado sobre un éxito económico que pueda sostener tales extravagancias: está empantanado en una política energética que le devora los recursos internacionales, en una política comercial que golpea negativamente sobre la producción y sobre los socios del Mercosur, en una política cambiaria que ve irse a las nubes el dólar paralelo (el único que está en el mercado) mientras arguye que el fenómeno “sólo afecta a una minoría”; en fin: en una economía que ha perdido las columnas de los superávit gemelos que sostuvieron momentos más felices. El que ruge a diestra y siniestra es, si bien se mira, un león sin dientes.
El dólar es un termómetro del malestar económico. El viernes el blue tocó el límite de los 10 pesos, duplicando casi la cotización oficial. Empeñado en no tomar medidas para no admitir lo evidente, el gobierno no escucha ni a sus propios amigos. Un león sin dientes y con problemas de audición. Economistas como Eduardo Curia, que a menudo es consultado por ministros como Julio De Vido, discuten hoy el dogma oficial de que el blue carece de importancia porque “es un mercado demasiado chico”. Curia retruca: “Puede ser chico, pero es importantísimo en varios frentes”. Si la brecha se prolonga, admiten otros técnicos del oficialismo “puede jugar sobre las expectativas”. ¿No está ocurriendo eso ya mismo?
La Casa Rosada suele invitar al Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, para sentirse respaldada en sus críticas al neoliberalismo. Tal vez haría bien en oír lo que Stiglitz dice por estos días sobre el daño que produce no contar con buenas estadísticas, subestimar la inflación o trabajar con varios tipos de cambios.
Pero parece evidente que el gobierno sólo escucha lo que quiere oír. Como en aquella festiva canción francesa: Tout va très bien, madame la marquise (Todo marcha muy bien, señora marquesa) http://www.youtube.com/watch?v=EEOZMMG3lRQ
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
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